Crisis del coronavirus

La UE en una reunión con Illa dos días antes del 8-M: «Reflexionen sobre los grandes eventos públicos»

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Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

El 6 de marzo, la Comisión Europea advirtió directamente a los países sobre la gravedad del virus y la necesidad de adoptar medidas drásticas. Entre esos avisos, se instaba a «reflexionar» sobre la suspensión de grandes eventos públicos. Ocurrió en la reunión del Consejo Europeo de Empleo, Política Social y Consumidores, en Bruselas, al que asistió personalmente Salvador Illa. Dos días antes del 8-M.

El vídeo que publica OKDIARIO demuestra que las advertencias de la UE no se limitaron a informes por escrito o documentos que podrían no haber llegado a sus destinatarios. Se trató de una reunión presencial, con asistencia del máximo responsable de la Sanidad española. Allí, la comisaria de Salud, la chipriota Stella Kyriakides, fue rotunda sobre la «necesidad de adoptar decisiones valientes» para contener el virus.

«En los últimos días y semanas hemos visto lo rápido que puede cambiar la situación», «la protección de nuestros ciudadanos es nuestra prioridad fundamental», «es importante que estamos preparados»… fueron algunas de las alertas que Kyriakides lanzó durante su intervención, en la que reclamó también cooperación entre todos los países porque, aseveró, «estamos mejor protegidos si trabajamos todos juntos».

La comisaria instó así a los Estados a compartir información sobre la gestión de la epidemia y las medidas adoptadas. También apeló a las recomendaciones del Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC) -del cual Fernando Simón es asesor- y que ya desde el 2 de marzo desaconsejaba la celebración de eventos multitudinarios.

«Reflexionen sobre las decisiones relacionadas con grandes eventos públicos y reuniones de gente», reiteró la dirigente europea, ante Salvador Illa.

Una advertencia que, como demostraron los acontecimientos posteriores, fue desoída. El Gobierno no sólo rechazó prohibir las celebraciones del 8 de marzo, sino que las alentó y respaldó con la participación de varios de sus miembros. La ministra de Igualdad, Irene Montero y la de Política Territorial, Carolina Darias, dieron positivo en coronavirus apenas cuatro días despues de participar en la concentración en Madrid.

«Es extremadamente peligroso que los profesionales sanitarios de primera línea no tengan equipamiento de protección»

Desde la UE se pidió además a los países que respetasen las medidas recomendadas por la OMS, entre las que se incluía no celebrar eventos de masas. «Es importante tener pruebas científicas», destacó también. «Tenemos que planificar anticipándonos para asegurar las capacidades hospitalarias, la formación específica del personal, la disponibilidad del equipo de protección…»

Personal sanitario

Las autoridades europeas mostraban su especial preocupación por la situación del personal sanitario. El colectivo, en primera línea de la batalla contra el virus, sufrió en España las consecuencias de la falta de previsión por la falta de material de protección. Decenas de miles terminaron contagiándose.

El 6 de marzo, en cambio, la representación de la Comisión Europea ya avisó ante Illa de la necesidad de «asegurar que todo el mundo esté suficientemente equipado».

La advertencia fue reiterada: «Es extremadamente peligroso que los médicos y médicas y los profesionales sanitarios de primera línea no tengan el equipamiento de protección necesario».

Desde Europa se insistió en la colaboración. «No es el momento del pánico, es el momento de tomar decisiones valientes. Estamos dispuestos a apoyarles», concluyó Kyriakides.

En la cita tomaron también la palabra los expertos del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC).

Días antes, en concreto el 2 de marzo, el ECDC había publicado un informe en el que desaconsejaba las multitudes y alertaba de su impacto para la propagación del virus. El dossier llegó ese mismo día al correo de Simón, como atestiguó después la Guardia Civil en uno de los informes entregados a la juez del 8-M. Sin embargo, a la vista está, las recomendaciones fueron descartadas.

«Riesgo elevado»

Illa pudo escuchar, no obstante, cómo ya entonces la propagación del virus suponía un riesgo alto en Europa. Los expertos europeos, a los que el Gobierno se remite con insistencia para justificar su gestión de la crisis, avisaron de un cambio de escenario, y de que la «tendencia» al incremento de los casos seguiría «en los próximos días y semanas». «Vemos casos en los que no hay ningún vínculo con zonas afectadas o casos confirmados», avisaron, un indicio de que la epidemia empezaba a estar descontrolada.

Todo ello, explicaron, les había llevado a actualizar la evaluación de riesgo, «de moderado a elevado». También alertaron sobre una «transmisión amplia y sostenible, con más países notificando nuevos casos» y avisaron que, en ese contexto, resultaba «fundamental» que los países «intentasen controlar la transmisión al máximo» porque esa era «la mejor manera de retrasar y ralentizar la cadena de transmisión».

Para ello, los Estados miembros debían «activar su mecanismo de respuesta rápida, con medidas de salud pública, con seguimiento por parte del personal médico y capacidad hospitalaria».

También desde el ECDC se insistió en valorar los recursos sanitarios disponibles, los equipos y la formación. Y en aplicar esas medidas de salud pública, entre las que se incluía la cancelación de eventos. Para ello, ofrecieron colaboración y asesoramiento y explicaron que varias misiones de este organismo se estaban desplegando por países afectados como Italia o Grecia.

«Situación preocupante»

Illa fue el primero en intervenir en la ronda de Estados. El ministro subrayó la necesidad de «apoyo mutuo, donde se requiera, y medidas de solidaridad» en cuestiones como el abastecimiento y compra de productos sanitarios destinados a contener el coronavirus.

Y admitió que «la situación es preocupante y entraña un riesgo serio». Pero limitó las medidas a adoptar a las «recomendaciones de desplazamientos y de viajes».

También señaló algunas medidas adoptadas en España, todas de carácter protocolario, como la constitución de una Comisión Interministerial, las reuniones extraordinarias con el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud con todas las comunidades; y la elaboración de documentos y protocolos específicos para los profesionales sanitarios confeccionados con todas las sociedades científicas.

Además, destacó, el Gobierno había reforzado los equipos de Sanidad Exterior y actualizado las recomendaciones a los viajeros que se trasladan a zonas de riesgo.

«En definitiva, estamos actuando de acuerdo a los criterios y recomendaciones internacionales, con una máxima coordinación con las comunidades autónomas y entre los distintos departamentos del Gobierno», indicó.

El ministro aseguró que su departamento estaba trabajando bajo cuatro principios esenciales: toma de decisiones basada en la evidencia científica; seguimiento permanente; coordinación con las comunidades autónomas y a nivel europeo e internacional; y transparencia informativa.

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