El Tribunal de Cuentas también investiga los chiringuitos de Vara: ahora el Festival de Mérida

Fernández Vara vacuna
Guillermo Fernández Vara, presidente de la Junta de Extremadura. (Foto: EFE)
Carlos Cuesta

El Tribunal de Cuentas también quiere comprobar los movimientos de dinero en las entidades dependientes del presidente extremeño Guillermo Fernández Vara. En esta ocasión acaba de poner en marcha un procedimiento para investigar las irregularidades contables en la gestión del Festival de Teatro Clásico de Mérida.

La causa que esgrime el Tribunal de Cuentas para entrar a comprobar los movimientos de dinero en el Festival público es el posible descubierto producido en los fondos públicos, en concreto por irregularidades en el arrendamiento de inmuebles, gastos corrientes, facturación a proveedores y retribuciones. «Con motivo del posible descubierto producido en los fondos públicos del Consorcio Patronato Festival Teatro Clásico en el Teatro Romano de Mérida en relación con su gestión, en concreto por irregularidades en el arrendamiento de inmuebles, gastos corrientes, facturación a proveedores y retribuciones», señala el Tribunal de Cuentas en su providencia a la que ha tenido acceso OKDIARIO.

Guillermo Fernández Vara
Providencia del Tribunal de Cuentas para investigar movimientos económicos en el Festival de Teatro Clásico de Mérida.

A partir de ahora los afectados por la gestión del Festival pueden comparecer en los autos personándose en un plazo de nueve días. De hecho, la propia Junta de Extremadura podría personarse como administración perjudicada. El único problema es que la investigación atañe a los años previos a 2011 y quien hoy gobierna en la Junta es el mismo: Fernández Vara.

Es más, el procedimiento del Tribunal de Cuentas se va a solapar con la causa judicial ya abierta contra este Festival y en la que están ya en condición de investigadas dos antiguas consejeras de Cultura Fernández Vara: Leonor Flores y Manuela Holgado. También están como investigados los antiguos directores de Promoción Cultural, Francisco Javier Alonso de la Torre y José Antonio Agúndez.

El Tribunal de Cuentas quiere aclarar los pagos realizados a través de un sistema por el que el abono de facturas procedentes del Festival de Teatro fueron asumidas por la Consejería de Cultura bajo la justificación de la falta de fondos. La Intervención ya ha considerado estos pagos como irregulares.

El escándalo se le suma a Fernández Vara a otro recién destapado: el de la empresa pública Gisvesa, que se ha convertido en un auténtico chiringuito de enchufes con más de 20 cargos y familiares socialistas colocados a dedo.

Allí, la ex presidenta del PSOE extremeño, Carmen Heras, enchufó a su jefe de gabinete. Heras, condenada hace menos de dos años por prevaricación e inhabilitada para el cargo político, aprovechó la empresa pública de la Junta de Extremadura para colocar a un cargo de su máxima confianza: Javier Sevilla de la Montaña.

Hay que recordar que Heras, que además de líder del PSOE en esta región era alcaldesa de Cáceres, fue condenada por el Juzgado de lo Penal Número 2 de Cáceres a ocho años de inhabilitación para el empleo o cargo público por un delito de prevaricación administrativa. La condena se produjo tras probarse que se habían fraccionado los pagos con dinero público y eludido el concurso en la contratación del Festival Urban Screens de 2010, un espectáculo que buscaba promocionar la candidatura de Cáceres a la capitalidad europea de la cultura en 2016.

En Gisvesa también, fue el propio presidente extremeño, el socialista Guillermo Fernández Vara el que aprovechó para colocar a su cachorro político: José Antonio Pajuelo. Vara había intentado ya meterlo como gerente del Instituto de Consumo modificando las condiciones del cargo, pero el escándalo generado en su momento —2016— bloqueó las posibilidades de enchufarlo. El líder socialista extremeño no cesó en su empeño y ha acabado colocando a su cachorro político en Gisvesa como coordinador jurídico. Pajuelo es el delfín de Vara y fue ya su candidato a las primarias en Badajoz, votaciones que perdió.

También Andrés Licerán, marido de Belén Fernández, alto cargo directo de Sánchez en la Ejecutiva del PSOE, ha sido enchufado en Gisvesa. A los tres meses de casarse, como si se tratase de una dote, el marido ya fue colocado en la empresa.

Y Ventura Sánchez Amor, hermano del portavoz de Exteriores en el Congreso, que está contratado en la empresa como auxiliar administrativo. Ventura es el hermano de una de las personas más influyentes en el área de Exteriores del equipo personal de Pedro Sánchez, secretario general de los socialistas: Ignacio Sánchez Amor, diputado y portavoz de Asuntos Exteriores del Grupo Socialista en el Congreso.

Todo ello en una empresa pública, Gisvesa, que figura a cierre de 2017 en situación de «quiebra» con un «agujero económico» un 330% superior al del ejercicio pasado.

Los socialistas, de hecho, pretenden hacer ahora un rescate en toda regla de la sociedad —con el pago de 1,6 millones— para evitar el escándalo que puede provocar el hecho de haber tumbado la sociedad pública por culpa de los enchufes. Pero el escándalo ha provocado que Podemos haya anticipado ya su oposición a la inyección de dinero.

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