Transporte gratis para jóvenes y el resto de las promesas de Sánchez para encubrir la amnistía
Pedro Sánchez ha lanzado una batería de promesas para enmascarar sus cesiones al independentismo
Pedro Sánchez ha ejercido una vez más el arte en el que es experto. Intentar encubrir la protesta social con el artificio de la propaganda. En pleno rechazo ciudadano por la Ley de Amnistía, el socialista ha aprovechado el discurso de investidura para activar la maquinaria de gasto público con una batería de promesas, algunas de las cuales ni siquiera son su competencia. Del transporte público gratis para jóvenes y desempleados, a la reducción de la jornada laboral o la «bajada del IVA de los alimentos hasta junio de 2024», una medida que, sin embargo, no ha evitado el encarecimiento de la cesta de la compra en los últimos meses. Incluso ha prometido el «pleno empleo».
«Sé que hay muchos ciudadanos a los que les cuesta pagar la hipoteca y ahorrar y llenar la cesta de la compra. Vamos a dejarnos la piel», ha enfatizado el socialista, que ha tardado 85 minutos en mencionar la amnistía. Sánchez será investido tras haber amarrado el apoyo de socios de Gobierno de Sumar, los separatistas de ERC, Junts, PNV y Bloque Nacionalista Gallego (BNG), los proetarras de Bildu y Coalición Canaria.
Éstas son algunas de las promesas que ha anunciado Pedro Sánchez durante el debate de investidura para intentar rebajar el malestar social por la amnistía:
- «Impulsar» jornada laboral de 37,5 horas, con horarios más flexibles.
- Potenciar el teletrabajo siempre que sea posible.
- Bajada del IVA de los alimentos hasta junio de 2024.
- Transporte público gratuito para los jóvenes y desempleados.
- Revalorización de las pensiones. Ha anunciado que se destinarán 5.000 millones para la hucha de las pensiones.
- Mantener la subida del salario mínimo.
- Aumento del bono del alquiler.
- Línea de avales para vivienda.
- Ampliación de 30.000 a 38.000 euros el umbral máximo de renta para poder pedir ayudas al pago de una hipoteca.
- Además, ha anunciado que durante la legislatura su Gobierno «trabajará para reconocer el Estado palestino» y un Pacto de Estado con las personas LGTBI y para la erradicación de los discursos de odio y discriminación.
Amnistía
El debate está marcado por las cesiones del presidente socialista a sus socios separatistas, especialmente con la Ley de Amnistía, que borra todos los delitos cometidos durante el proceso separatista catalán, desde 2012 a la actualidad -incluyendo los de terrorismo- y permitirá el regreso inmediato del prófugo Carles Puigdemont. La ley ha provocado la reacción ciudadana a través de protestas y manifestaciones que, desde hace días, vienen desarrollándose en todo el país.
Sin embargo, el socialista apenas se ha detenido en este asunto. El socialista, que ha despreciado las críticas de los ciudadanos, jueces y fiscales -que avisan de que sus cesiones socavan el Estado de Derecho-, ha insistido en su lugar en el «respeto» a la Constitución: «Hoy en esta Cámara vamos a escuchar y a captar la voluntad del pueblo español expresada a través de sus representantes».
Sánchez ha vertebrado el debate en torno a la idea de «o yo o el caos», situando a la «ultraderecha» como el principal enemigo -«O la democracia responde proporcionando seguridad o el sentimiento de inseguridad social legítimo que tienen muchos ciudadanos se va a convertir en rabia y esa rabia acabará por nutrir propuestas políticas que acaben socavando a la propia democracia», ha valorado- y ha dedicado la mayor parte de su intervención a cargar contra la oposición con el objetivo de enmascarar la amnistía y sus cesiones al independentismo. En esa apuesta, ha señalado a esa «derecha reaccionaria» que, opina, «amordaza al Poder Judicial y censura a la prensa». Hay «profetas del odio que quieren encerrar a las mujeres en las cocinas», ha llegado a decir.
Sánchez ha dibujado un escenario oscuro -«las derechas rezuman clasismo, reniegan las conquistas en derechos laborales, desprecian a quienes aman de una forma distinta a ellos, imponen una forma de ser españoles»- que sólo puede confrontar -opina él- su Gobierno «progresista». «Mientras yo sea presidente del Gobierno, toda la fuerza del Estado se dedicará a defender los valores democráticos», ha arengado el presidente en funciones.
Congreso blindado
El Congreso se ha blindado ante la celebración de un debate, con más de 1.600 agentes movilizados, el mayor dispositivo para un evento de estas características.
Este segundo debate de investidura de la legislatura se prolongará hasta el jueves, cuando tendrá lugar la votación en la que Sánchez prevé salir elegido presidente del Gobierno con 179 votos, tres por encima de la mayoría absoluta que requiere para ser investido en primera vuelta.