El Ayuntamiento de Tarragona de ERC abre un comedor social ilegal, sin licencia ni seguro

El Ayuntamiento de Tarragona de ERC abre un comedor social ilegal, sin licencia ni seguro
Un grupo de personas espera en la entrada del comedor social de Tarragona abierto por ERC.

El Ayuntamiento de Tarragona, de mano de la concejal de Nueva Ciudadanía de ERC, Paula Vargas González, ha permitido la apertura de un comedor social por parte de una ONG que carece de licencia y de seguro de responsabilidad civil. Según ha podido saber OKDIARIO, tras acceder a dos informes de la Guardia Urbana, Varas no solo ha autorizado que la ONG Alianza Internacional Sin Fronteras por los Derechos y las Libertades haya abierto ese comedor social sin licencia, sino que ha hecho gala de ello en los medios de la zona, donde ha declarado «que se trata de una iniciativa coordinada desde el Ayuntamiento».

Informes

Sin embargo, y pese a lo bondadoso de la iniciativa, la apertura de este comedor es absolutamente ilegal. La Guardia Urbana ha realizado los informes después de que, el pasado día 13 de abril, tuvieran que acudir a una pelea que tuvo lugar en ese comedor social instalado en el Centro Gallego de la citada localidad catalana. A raíz de lo que allí vieron decidieron realizar estos informes.

El informe sobre el centro (aquí íntegro) dice que la concejal Paula Varas realizó una consulta a la jefa administrativa de Licencias de Apertura de Establecimientos. Aseveran los agentes que, “sobre el Centro Gallego, la edil hizo una consulta sobre la posibilidad de hacer un comedor social en este establecimiento, dijo que el Centro Gallego requería que las personas que comieran en el local se hiciesen socias del centro. Pretendían hacer esta actividad ofreciendo comida variada para diferentes nacionalidades”.

El texto sigue diciendo que la jefa de Licencias informó de que este establecimiento disponía de licencia para la actividad cultural y social, pero que la actividad de restauración no estaba legalizada. Además, dicen los agentes, que hay una resolución donde consta que únicamente se podría consumir comida en el local cuando los socios la llevasen hecha de su casa. Por este hecho y, a requerimiento del jefe de la división de proximidad de la guardia urbana de Tarragona, se procedió a comprobar la actividad del centro.

Visita al centro

Esta comprobación la hicieron varios agentes de la Guardia Urbana. Así, acudieron al local donde hablaron con Aicha El Gourgi Bouzriaa, quien se identificó como la responsable de la actividad que se realizaba allí. Además, los agentes comprobaron que había once mesas montadas para que pudieran cenar 43 personas. En la cocina, los guardias pudieron observar que había dos cacerolas de grandes dimensiones donde se estaba calentando comida para repartir las cenas.

La responsable de la ONG les explicó a los miembros de la Guardia Urbana que era un centro social, y que «realizaba la actividad de dar de cenar a jóvenes extranjeros durante la celebración del Ramadán». Según ella misma dijo, se pretendía realizar estas cenas entre el día 13 de abril y el 12 de mayo.

El informe prosigue explicando que, cuando le fue requerida, no pudo mostrar la licencia de actividad, ni el seguro de responsabilidad obligatorio para realizar este tipo de actividades. En un principio la mujer explicó que los jóvenes que cenaban en el local eran unos doce aunque, posteriormente, se desdijo y explicó que no se servía la cena en el local, sino que ellos se lo llevaban.

Un hecho, que como se puede observar en las fotografías del segundo informe, no es cierto. En él dicen los guardias urbanos que «se ve a una cantidad variada de jóvenes sentados a la mesa» esperando a recibir su cena. Sobre este punto, el informe asegura que, «una vez dentro del interior del local, se puede observar cómo cenan sentados en la mesa unos 30 jóvenes de nacionalidad marroquí. Además, también se observa que hay mesas con restos de haber consumido allí la cena». La Policía le preguntó a la señora Aicha, quien respondió que «no había solicitado al Ayuntamiento de Tarragona ninguna licencia de actividad, ni ninguna comunicación previa de actividad para poder realizar lo que estaba haciendo dársenas a los jóvenes».

Conclusiones

En sus conclusiones, la Guardia Urbana asevera que “no se cumplen las recomendaciones del Departamento de Asuntos Religiosos de la Generalitat de Cataluña, así como tampoco se cumplen las recomendaciones del Departamento de Interior por el incumplimiento de las medidas de prevención del Coronavirus”.

En cuanto al primero de los puntos, el de los asuntos religiosos, explica el informe que está prohibida la celebración colectiva del encierro del ayuno diurno. Y que, como se pudo comprobar en la inspección realizada por los agentes, el horario en el que se servían las cenas corresponde al ‘Maghrib’ alrededor de las 8:30, momento en el que se puede romper ese ayuno.

En cuanto a las medidas contra el coronavirus, explican los guardias en su informe que se incumple el aforamiento que limita al 30 por ciento el aforo de los locales y que, además, el tipo y las medidas de la mesa no garantizaba la distancia de un metro entre personas en una misma mesa.

Por último, añade que tampoco se respetaban las limitaciones horarias de 7:30 de la mañana a cinco de la tarde, que es la hora que marca la ley en Cataluña para cerrar los establecimientos donde se sirve comida dentro de los locales. En el caso de los comedores sociales esta norma horaria no se aplicaría, pero al carecer de licencia de actividad y de seguro, no entra dentro de lo que para la policía sería un comedor social, sino que se trataría de un establecimiento que debería cumplir las mismas normas que el resto de bares y restaurantes catalanes.

La pregunta que surge tras leer el informe es ¿qué habría sucedido si alguna de las personas hubiera, por ejemplo sufrido un accidente, una intoxicación o hubiera contagiado al resto de coronavirus sin tener seguro? La única realidad es que Paula Vargas González preguntó por la apertura del comedor social en el Ayuntamiento de Tarragona y sabiendo la normativa, no sólo ha permitido que se abra un comedor social sin ningún tipo de medida de seguridad y donde, según la propia Guardia Urbana, no se respetan ni las medidas anti Covid, sino que ha hecho gala de ello.

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