Socialistas e independentistas trabajan ya juntos para impulsar un referéndum “pactado”
Socialistas y separatistas trabajan ya juntos para impulsar un referéndum independentista “pactado”. Ex cargos del PSC, de ERC y de la CUP mantienen contacto desde los días posteriores al golpe del 1-O para preparar el segundo asalto del plan nacionalista. Su objetivo: lograr una votación que cuente, además, con la legitimidad de una aceptación oficial para poder exigir, acto seguido, una modificación constitucional que allane el camino al reconocimiento de la autodeterminación catalana. O, como le llaman en el seno del PSC con Miquel Iceta a la cabeza, el “reconocimiento de las aspiraciones nacionales de Catalunya”.
El primer paso de estos contactos tuvo lugar con el inicio de noviembre. Y permitió alumbrar un documento donde se recogía ya la petición de caminar por la senda de lo que ellos denominan “la consulta pactada” de cara a las elecciones del 21-D. Los impulsores de esos contactos son Andreu Mas Colell -el apoyo económico de Artur Mas y mentor por excelencia de la actual mano derecha de Carles Puigdemont en el golpe de estado: Elsa Artadi. Artadi ha sido, además, la jefa de campaña de JxCAT en las últimas elecciones del 21-D y la artífice del plan de fuga del presidente regional depuesto para evitar que pudiese ser apresado por la Justicia. Artadi figura en las investigaciones de la Guardia Civil como una de las integrantes del máximo órgano golpista.
En la plataforma se encuentra también el cerebro financiero del Estatuto catalán y del tripartito que unió ya en 2003 a ERC y PSC: Antoni Castells. Él fue, de hecho, el que negoció y logró de Zapatero el privilegio de diseñar un modelo de financiación que posteriormente fue impuesto a todo el resto de comunidades autónomas. Y fue el autor del argumentario que ha servido para que todo el separatismo repita sin cesar desde aquellos años que España roba a Cataluña.
También se encuentra en primera línea de los contactos en favor del referéndum pactado el impulsor y padre político de Anna Gabriel en la CUP: David Fernández. El mismo que relanzó el papel violento de las CUP contra las empresas y el turismo: él fue el artífice del acoso al Mobile World Congress.
Todos ellos preparan ya el segundo asalto tras la neutralización por el 155 de la votación ilegal del 1-O: un asalto que consiste en proponer, desde la predominancia en el Parlamento catalán de la unión de JxCAT, ERC y la CUP, un referéndum “pactado” que afiance el separatismo y consiga lo que el 155 frenó: seguir avanzando hacia la autodeterminación de Cataluña.
El nacimiento de esta plataforma de contactos se dio un mes después del golpe del 1-O y tres semanas más tarde de la declaración unilateral de independencia que adoptó el Parlamento catalán. Y hoy, cuenta ya con los trabajos de varios de sus integrantes para avanzar en esa dirección: en la de presionar políticamente para forzar al Gobierno de España a aceptar un referéndum pactado. Entre sus peticiones se encuentra también, por supuesto, la de exigir la libertad para los ex consellers y los líderes de la ANC y Òmnium Cultural en prisión.
De estos autores nació un primer comunicado presentado el pasado mes de noviembre en el Colegio de Periodistas de Cataluña, en el que se reclamaba ya la vuelta al “diálogo” y la valoración de fórmulas de negociación política que contasen con esa posibilidad: la “consulta pactada”. Entre los apoyos a su manifiesto, y junto con los tres protagonistas mencionados, se encontró en aquel momento el también miembro del PSC Joaquim Nadal y el ex presidente del Parlamento catalán Joan Rigol. También se sumaron los secretarios generales de CCOO y UGT de Cataluña, Javier Pacheco y Camil Ros.
La idea central de su propuesta pasa por promover la “convocatoria de un referéndum acordado que permita a la ciudadanía de Cataluña manifestar libremente sus preferencias sobre las relaciones futuras entre Cataluña y el Estado”. Porque, según ellos, en caso contrario, será imposible la “vuelta a la normalidad democrática”.
Castells (PSC) ha empezado ya a divulgar su propuesta en foros económicos y académicos. Y lo ha hecho con un punto añadido: el de que se trate de una «consulta no vinculante”. La inclusión de este añadido, que puede parecer más moderado, no lo es en absoluto: “Se trata de la fórmula para intentar que ese referéndum separatista eluda el mecanismo blindado de reforma de la Constitución Española. Al no ser vinculante, pretenden que se considere sin relevancia jurídica y, en consecuencia, que escape al control constitucional”, como señala un cargo socialista conocedor de los avances en esas negociaciones.
Hay que recordar que fue el propio secretario general de los socialistas catalanes el que planteó justo antes de las elecciones del 21-D la posibilidad de un indulto para los golpistas. Y el mismo que defendió justo tras el 1-O “una negociación que debe culminar en un pacto que debe incluir el instrumento que permita votar a los catalanes con todas las garantías y, si el contenido del pacto incluye una reforma constitucional, al conjunto de los españoles”. Es decir, que sólo votarían los españoles si exige una reforma constitucional. Fuentes conocedoras de las negociaciones abiertas entre las formaciones separatistas y los socialistas señalan que, el último paso de estos avances, consistiría en trasladar la propuesta a Pedro Sánchez.