La secretaria de Aldama y sus socios ratificarán las mordidas al PSOE desveladas por el comisionista
Aldama confía en que su entorno confirme sus revelaciones explosivas realizadas en la Audiencia Nacional
Víctor de Aldama ha protagonizado este jueves una declaración en la Audiencia Nacional que deja temblando al Gobierno de Pedro Sánchez. La gran pregunta pasa por saber cómo el cerebro de la trama Koldo logrará probar, entre otras cosas, que entregó dinero en negro a altos cargos del Gobierno. Fuentes del caso indican a OKDIARIO que junto a nuevas declaraciones de Aldama ante el juez Ismael Moreno, la clave pasa por el lunes y el martes que declaran Los cuatro mosqueteros, es decir, los socios de Aldama, y Piedad Losada, la secretaria personal del empresario y comisionista.
La defensa de Aldama cuenta con que la declaración del empresario a modo de bomba atómica no será un testimonio aislado en la investigación sobre la presunta trama de mordidas en la compra de mascarillas durante la pandemia. Sus socios más cercanos y su secretaria previsiblemente respaldarán las revelaciones sobre la supuesta financiación irregular del PSOE.
Aldama, figura central en la investigación de contratos irregulares durante la pandemia, no operaba solo. Contaba con un grupo cercano de colaboradores a los que también se ha calificado de testaferros. Los cuatro mosqueteros desfilarán este lunes por la Audiencia Nacional y podrán dar testimonio de las decenas de empresas que crearon al calor de la trama. Empresas de todo tipo con las que, además, podrían haber blanqueado el dinero de comisiones millonarias de los contratos de Soluciones de Gestión SL.
Además, la secretaria personal de Aldama, que trabajaba en la sede de la calle Antonio Maura durante años, ha tenido acceso directo a documentación, agenda y comunicaciones del empresario. También se perfila como una testigo clave en la investigación. Su testimonio podría aportar detalles cruciales sobre reuniones, contactos y movimientos financieros realizados durante el período investigado. Cabe la posibilidad de que también haya movido dinero en efectivo allá donde le dijera Aldama.
El juez quiere confirmar la existencia de las reuniones con altos cargos del PSOE, entender los mecanismos de la presunta financiación irregular, aportar documentación sobre movimientos de dinero y revelar toda la red de intermediarios utilizados en las operaciones.
De esta forma, Ismael Moreno escuchará en calidad de investigados a los socios de Víctor de Aldama: Ignacio Díaz–el único, César Moreno, Javier Serrano y Alberto Escolano. Estos cuatro empresarios, que comparten vínculos en un entramado de al menos 55 empresas en España, figuran en organigramas comunes, como el del Zamora CF, equipo de fútbol que presidía Aldama. Además, varias de estas compañías tienen su domicilio social en la oficina del comisionista en la citada calle. Fuentes cercanas aseguran que estos socios realizaron negocios en el Caribe y ocultaron fondos en el extranjero, siendo las personas de mayor confianza de Aldama.
Los cuatro mosqueteros compartían no solo una amistad estrecha, sino también un complejo entramado empresarial. Sus actividades abarcan sectores como hostelería, construcción y sanidad, este último bajo investigación por presuntas mordidas millonarias en contratos de suministro de material sanitario durante la pandemia. El Juzgado Central de Instrucción número 2 de la Audiencia Nacional ha imputado a los socios, quienes gestionaban directamente con Aldama o su secretaria, María Piedad Losada, también investigada por presuntamente ocultar fondos del empresario en Portugal. Su declaración está prevista para el martes 26 de noviembre.
Informes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil incorporados al sumario apuntan que los negocios de Aldama y sus socios no se limitaban a las mascarillas, sino que incluyeron controles PCR realizados a través del laboratorio Eurofins Megalab, ubicado a una calle de la oficina del empresario. Ignacio Díaz estaba a cargo de estas pruebas diagnósticas, aunque fuentes indican que ha cortado relaciones con Aldama tras el avance de las investigaciones.
Alberto Escolano, por ejemplo, está involucrado en proyectos inmobiliarios en Ibiza y localidades madrileñas como Las Rozas y Moralzarzal. César Moreno gestiona empresas del sector automotriz, mientras que Javier Serrano y él compartieron con Aldama su afición por las carreras, llegando a competir en la Copa Racer.
El grupo extendió su actividad más allá de España, con Víctor de Aldama como principal intermediario gracias a sus conexiones en gobiernos de América Latina. Viajaba mensualmente al Caribe, donde mantenía relaciones estrechas con el Ejecutivo venezolano, en especial con la vicepresidenta Delcy Rodríguez, a quien visitó en varias ocasiones. Aldama incluso organizó la polémica visita frustrada de Rodríguez a España. El imputado ha dicho este jueves que cada mes pasaba del orden de 6 o 7 días en el país de Nicolás Maduro y cada vez usaba un teléfono móvil ultraseguro diferente ya que, justifica, colaboró con fuerzas antiterroristas de la Guardia Civil, un extremo que fuentes de inteligencia han negado.
En México, el empresario buscó obtener la concesión de un ferrocarril y explorar la creación de una aerolínea que conectara Madrid con Oaxaca, donde ostentaba el cargo de cónsul honorario. También trasladó al ex ministro José Luis Ábalos al país para reunirse con senadores clave relacionados con estos proyectos. Además, junto a sus socios, intentó comercializar una vacuna y viajó a República Dominicana con grandes sumas de dinero.
La Fiscalía Anticorrupción, que coordina las pesquisas con la Audiencia Nacional, señala a Díaz, Serrano, Escolano y Moreno como testaferros de Aldama. Según el fiscal, estos socios habrían ayudado a ocultar bienes a través de empresas en España y el extranjero, lo que podría derivar en imputaciones por organización criminal, cohecho y blanqueo de capitales. Asimismo, se les acusa de canalizar pagos hacia otros investigados con cargos públicos, ya sea de manera directa o a través de intermediarios.