De la Sanidad a la Educación: la socialista Armengol impone la dictadura del catalán en la universidad
Tras la polémica por la exigencia del catalán en la Sanidad, el gobierno de Francina Armengol (PSOE) refuerza su imposición lingüística en el ámbito educativo. El nuevo Reglamento de usos lingüísticos de la Universidad de Baleares (UIB) -al que ha tenido acceso OKDIARIO y que entrará en vigor esta misma semana- establece el catalán como «lengua propia» con carácter de «lengua oficial» y, como tal, determina que debe tener «un uso prioritario».
Así, el acuerdo del rectorado de la universidad pública balear, insta a «fomentar y normalizar» el uso de la lengua catalana, a la que se le da un trato absolutamente preferencia en todos los ámbitos universitarios, desde la docencia, a las comunicaciones o las distintas convocatorias de empleo.
El reglamento advierte a los docentes de que «el catalán es la lengua oficial propia de la Universidad de las Islas Baleares y, en consecuencia, la comunidad universitaria se ha de esforzar por hacerla vehículo preferente de enseñanza» sin perjuicio, se añade, «del derecho a usar el castellano como lengua oficial, y otras lenguas dentro de los ámbitos que las correspondientes facultades y departamentos determinen».
En este sentido, se explica que, si bien «los alumnos y profesores tienen derecho a expresarse en la lengua oficial que prefieran» pueden existir excepciones según «la naturaleza de la asignatura» y que ésta «implique el uso de una lengua determinada». Esa salvedad se observa también cuando se avisa de que ningún estudiante podrá ser «discriminado» o verse «perjudicado» por la lengua en las clases o exámenes. De nuevo, «salvo que la naturaleza de la materia implique el uso de una lengua determinada».
«La Universidad debe poner al alcance de todos los estudiantes y el personal docente visitante que lo requiera la formación necesaria en lengua catalana y castellana para que puedan adquirir el dominio adecuado en un corto plazo de tiempo», se añade.
A tal fin, el reglamento obliga a planificar cursos y «sistemas de autoaprendizaje» para que alumnos y profesores puedan «perfeccionar el conocimiento de la lengua catalana» y «adquirir un perfil lingüístico óptimo».
Saber catalán será mérito
En cuanto a los estudiantes que procedan de regiones no catalanoparlantes, la UIB obliga a que sean informados «adecuadamente» de los usos lingüísticos de la institución. Saber catalán será considerado un mérito. La universidad creará un programa de «acogimiento lingüístico» dirigido a estos alumnos y que, se explica, «actuará como red de apoyo lingüístico y de conocimiento de la cultura de las Islas Baleares».
La imposición del catalán afecta también a la rotulación, interna y externa, de todos los centros universitarios, que será «únicamente en catalán», además de en «caminos, vías e indicaciones». También irán en catalán los indicadores de oficinas y despachos, logotipos, matasellos, y otros elementos que sirvan para identificar a la institución, así como la documentación y comunicaciones internas, tanto de carácter administrativo como institucional, que se harán «preferentemente en catalán». El reglamento advierte también de que «en la atención a los usuarios, los empleados de la UIB se dirigirán en catalán a su interlocutor, salvo que éste solicite ser atendido en castellano o, en la medida que sea posible, en otra lengua».
Ordenadores en catalán
De igual forma, los ordenadores «han de tener instalada su programación preferentemente en catalán» y esta lengua será la oficial en la representación institucional de la UIB y en sus publicaciones. «Los servicios universitarios gestionados por empresas externas han de cumplir las disposiciones establecidas en este reglamento», se advierte.
El catalán como lengua preferente afectará también a las comunicaciones externas, la publicidad en medios de comunicación en territorios de habla catalana y los proyectos, estudios y otros trabajos que se encarguen a personas o empresas ajenas a la institución.
En los procesos de selección de personal, se indica que los aspirantes «tendrán que acreditar un nivel adecuado y suficiente» de catalán y español.
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