Venezuela

Sánchez ve ahora antidemocráticas las elecciones de Maduro que avaló el propio Zapatero

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sostiene ocho meses después que no fueron democráticas las elecciones presidenciales de mayo de 2018 en Venezuela con las que el dictador Nicolás Maduró se perpetuó en el poder, al margen de la legítima Asamblea Nacional con mayoría de la oposición.

Zapatero Yolanda Díaz
Pedro Sánchez y José Luis Rodríguez Zapatero. (Foto: AFP)
Segundo Sanz

En su improvisada comparecencia en La Moncloa, en la que no ha habido turno de preguntas para los periodistas, Sánchez ha afirmado este sábado lo siguiente: «Quiero recordar que la comunidad internacional no reconoció la legitimidad de las elecciones del pasado mes de mayo en las que se sustenta en este momento la presidencia de Nicolás Maduro, también lo hizo el gobierno de España. Esa es la razón por la que, ya entonces, los embajadores de la Unión Europea no acudieron a la ceremonia del pasado día 10 de enero».

Por el contrario, ha proseguido Sánchez, «tanto a nivel internacional como, también, a nivel europeo, sí se reconoce la legitimidad de la Asamblea Nacional venezolana, elegida democráticamente con arreglo a las previsiones constitucionales». La máxima representación de esta Asamblea Nacional es Juan Guaidó, al que Sánchez todavía no reconoce como presidente legítimo, puesto que ha dado un plazo de «8 días» a Maduro para que convoque «elecciones libres» en el país latinoamericano. Se da la circunstancia de que el régimen chavista sigue controlando al Consejo Nacional Electoral (CNE).

Con esta afirmación de no considerar democráticas las elecciones presidenciales del pasado mayo, Sánchez ha echado por tierra toda la supuesta «mediación» que llevó a cabo el exsecretario general de su partido y ex jefe del Ejecutivo José Luis Rodríguez Zapatero. Y es que este último fue uno de los principales observadores internacionales que avalaron aquella convocatoria electoral, negando irregularidades. Así, en una entrevista en Efe instó a los opositores a canalizar sus denuncias «a través de los cauces que estén contemplados en el CNE».

Aquel mismo lunes siguiente a las elecciones presidencias del 20 de mayo en Venezuela, Pedro Sánchez salió en rueda de prensa en Ferraz para reconocer el «papel y empeño» de Zapatero por encontrar una «solución dialogada» al conflicto en Venezuela

El secretario general del PSOE, que había estado en contacto con Zapatero en las semanas anteriores, antes de su viaje a Venezuela, se limitó a decir que le habría gustado que los comicios hubieran contado con las «máximas garantías», para lo que habría sido imprescindible la excarcelación previa de todos los presos políticos, e hizo alusión a las denuncias formuladas por la oposición sobre la falta de la transparencia en el proceso electoral. Con todo, puso en valor la gestión de Zapatero, quien había avalado precisamente estos comicios como observador internacional.

Como «Irak o Siria»

Desde que el pasado miércoles Juan Guaidó se convirtiera en el presidente «encargado» de Venezuela —se ha comprometido a celebrar elecciones libres en seis meses—, Zapatero ha instado a los dirigentes políticos, especialmente españoles, que favorezcan que no haya «un conflicto civil con consecuencias que pueden ser dramáticas». «Nos suena lejano pensar en Irak o Libia, pero créanme, si Venezuela acaba en un conflicto civil nos afectará y mucho», ha enfatizado Zapatero. El mismo argumentario que Podemos, los socios de Maduro en España.

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