Sánchez usará el Decreto de Estructura del Gobierno para meter en cintura a los ministerios de Iglesias

Pedro Sánchez guarda aún un as en la manga con el que terminar de demostrar a Pablo Iglesias que la convivencia dentro del Gobierno de España no será un camino de rosas para los morados.

Se trata del Decreto de Estructura del Gobierno, un texto que redacta en exclusiva Presidencia y que, por muchas ansias expansivas que pretenda tener el líder de Podemos desde sus ministerios y Vicepresidencia, tan sólo recogerá la versión más escueta de lo pactado y firmado negro sobre blanco en el pacto de coalición de Gobierno entre el PSOE y Podemos. Y allí no aparecen ni capacidad de gasto autónoma para los departamentos de Podemos, ni poder para financiar nuevas prestaciones con cargo a la Seguridad Social, ni capacidad decisoria final sobre el destino de los impuestos.

El Decreto se ultima en estos momentos. Y hace depender no sólo todas las competencias clave de los ministerios de Estado -como denomina el PSOE a las carteras decisivas para la gobernabilidad de España-, sino que, además, extirpa cualquier intento de Iglesias de poder gastar en sus áreas sin depender, en todas ellas, del permiso de los socialistas.

Pablo Iglesias podrá patalear, pero todo lo que quiera gastar tendrá que pasar por Pedro Sánchez

En resumen, que Pablo Iglesias podrá patalear, pero todo lo que quiera gastar tendrá que pasar por Pedro Sánchez. Por ello la Presidencia del Gobierno y el ministerio que lleva el mismo nombre ejercerán, en el futuro Gabinete socialcomunista, como un filtro de todas las vicepresidencias y del resto de carteras que formarán parte del Ejecutivo capitaneado por el líder del PSOE.

El enfrentamiento con Bruselas podrá ser atajado

Es cierto que eso no evitará el bloqueo o la derogación de normas en muchas áreas donde la iniciativa, como en el Ministerio de Trabajo -en manos de la podemita Yolanda Díaz- es morada. Pero sí hará que los sustos de derroche y enfrentamiento con Bruselas puedan ser atajados por los hombres de Sánchez.

La diseminación de las competencias entre los incontables ministerios dificultará la toma de decisiones efectivas, pero también es verdad que darán al presidente más poder para filtrar y optar entre los distintos departamentos rivales al tener que gestionar políticas interdepartamentales.