Sánchez usa el avión más grande y contaminante del Estado para ir a Roma con decenas de colaboradores
Sánchez ha cambiado el Falcon que usa para sus desplazamientos por un avión más grande y contaminante para desplazar a toda la comitiva que le acompaña
Sánchez sólo consigue reunirse con cuatro líderes del G-20 y una invitación a un acto masivo de Biden
Pedro Sánchez ha viajado este viernes a Roma para acudir como invitado a la reunión anual del G-20. Pero pese a no ser protagonista de la cumbre, ya que España no es considerada una de las veinte potencias económicas del mundo, el presidente del Gobierno se ha desplazado hasta la capital italiana acompañado de un séquito importante que incluye desde la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, hasta su ayudante o su médico personal, además de su esposa Begoña Gómez, que hacía mucho tiempo que no viajaba con él.
Son tantos los colaboradores o cercanos a Sánchez que han viajado a Roma que el Ministerio de Defensa ha tenido que fletar el Airbus A310, el avión más grande y más contaminante que tiene el Estado para el transporte de personalidades, para poder llevarles a todos en el mismo desplazamiento. En este tipo de aeronave caben alrededor de unas ochenta personas, con la composición que tiene el avión de Estado, ya que está modificado para dar cabida a salas de reuniones e incluso una habitación con ducha. Para estas cumbres y por la distancia a recorrer, generalmente, se usa el Falcon con una veintena de plazas.
Entre las personas que han acompañado en el avión presidencial al jefe del Ejecutivo a Roma están Calviño, también con una parte importante de su equipo; el responsable del departamento económico de la Presidencia Manuel de la Rocha; la directora de información internacional Carmen Pérez; varios asistentes personales de Sánchez o su médico privado. También ha viajado en la delegación su amigo íntimo y director de Agenda Urbana y Arquitectura, Ignacio Carnicero, que ha intervenido en un acto en la Real Academia de España en Roma para apoyar a la institución, de apenas una hora de duración, y que se ha celebrado doce horas antes del inicio de la cumbre.
El avión, que pertenece al grupo 43 del Ejército del Aire, y con una autonomía de doce horas en el aire, ha tomado tierra en el aeropuerto romano de Ciampino a las cinco y media de la tarde. De allí, en distintos coches oficiales y furgonetas blindadas, se han desplazado Sánchez y su séquito hasta los dos actos oficiales que tenían previstos este viernes. La agenda institucional del presidente, así como la del resto de miembros que han viajado con él, ha finalizado alrededor de las ocho y media.
El avión del presidente volverá a Madrid, con todos los integrantes de la representación española, el domingo. Tras la rueda de prensa que ofrecerá una vez finalice la cumbre del G-20 en Roma, Sánchez partirá hacia España. Será a última hora de la tarde. Horas después, el lunes por la mañana, el jefe del Ejecutivo volverá a volar, en este caso a Glasgow, para acudir a la cumbre del clima. La mayoría de presidentes, así como los periodistas, viajan directamente de Roma a la ciudad escocesa.
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