Encuentro entre gobiernos

Sánchez sopesa cancelar su cita con Torra porque «tiene los días contados» como president

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Carlos Cuesta

La cita entre Pedro Sánchez y Quim Torra ya no es segura. Pese a estar en calendario -el próximo y muy cercano 6 de febrero- y tener hasta lugar de celebración -Barcelona-, ya no está claro que vaya a suceder. Y no es porque el presidente del Gobierno considere que Torra «no es un interlocutor válido», sino porque «no se presentará a la reelección».

Lo cierto es que el president inhabilitado, confirmado en esa inhabilitación por el Tribunal Supremo y hasta por el propio Parlamento de Cataluña, figura ya en la categoría de ‘pato cojo’. Traducido: aquel político que ya no es prioritario porque puede caer de un momento a otro. Y Sánchez apuesta firmemente por el apoyo a ERC en Cataluña.

La cita era crucial para el president Torra, para todo JxCAT y, por lo tanto, para su cabeza real, Carles Puigdemont. Para todos ellos era la demostración de que eran los hombres de Puigdemont quienes marcaban la pauta y guión del avance del separatismo, y no los de Oriol Junqueras los que doblaban la mano al ‘Estado español’ en el pulso por la independencia y el desacato a la Constitución.

Pedro Sánchez había confirmado ya que no cambiaría su agenda, pese a la decisión del Tribunal Supremo de mantener la inhabilitación a Torra tras ser condenado por el caso de los lazos amarillos. El argumento de La Moncloa se apoyaba en una justificación jurídica. «Está inhabilitado como diputado autonómico, no como presidente de la Generalitat. Y sólo a esos efectos ha sido declarada su inhabilitación», afirmaban.

Pero, en estos momentos, el guión ha cambiado porque los tiempos electorales se han acelerado.

Y es que, tras la confirmación por el Parlament de que estaba dispuesto a acatar la inhabilitación y a dejar fuera de juego a Torra, llegó de inmediato el anuncio de un posible adelanto electoral por parte de Torra. Y en esa tesitura, lo último que beneficia a ERC es que, efectivamente, los votantes catalanes visualicen que es JxCAT el verdadero separatista, el que lleva de la cuerda a Sánchez. Porque sería lo mismo que afirmar que ERC es incapaz de lograr cesiones importantes del Gobierno de Sánchez.

Por ello, Sánchez sopesa mandar al ‘pato cojo’ fuera de la escena y concentrar el protagonismo sólo en Junqueras. En ERC. Y para eso, un buen movimiento táctico, creen en Moncloa, puede ser suspender ese encuentro porque «ha dejado de ser un interlocutor válido».

Hay que recordar que la inhabilitación fue decretada inicialmente por la Junta Electoral Central (JEC) y debía surtir efectos inmediatos. El Tribunal Supremo, en contra del criterio de la Fiscalía, rechazó ya la petición del presidente catalán de suspender la inhabilitación mientras se resuelve su recurso contra la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) que le condenó a un año y medio de inhabilitación por desobediencia al poner en sedes públicas los lazos amarillos separatistas.

La JEC, además, adoptó el acuerdo de inhabilitación de Torra en aplicación del principio de ‘inelegibilidad sobrevenida’ tras haber sido condenado por no retirar los lazos amarillos de edificios públicos en periodo electoral, en una sentencia que aún no es firme pues está recurrida ante el Supremo.

Pero, pese a todo ello, Sánchez mantenía el encuentro con Torra, eso sí, hasta que han entrado en escena unas posibles elecciones. Y es que el PSOE juega ya, al cien por cien, a intentar arrebatar a JxCAT la Presidencia catalana para sentar a un tripartito con ERC a la cabeza al mando de Cataluña.

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