Crisis del coronavirus

Sánchez se salta el decreto de alarma: comparecerá en el Congreso más de 2 meses después

La última vez que el presidente del Gobierno compareció por la pandemia fue el 16 de diciembre

Asesores Pedro Sánchez
Pedro Sánchez saliendo del Pleno del Congreso. (Foto: EFE)
Joan Guirado

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, volverá a comparecer en el pleno del Congreso de los Diputados el próximo 24 de febrero. Lo hará 70 días después de su última intervención en la cámara baja, el 16 de diciembre, para rendir cuentas sobre el decreto del estado de alarma que le otorga plenos poderes y tras la crisis de Filomena. El jefe del Ejecutivo se saltará así los plazos acordados con el resto de grupos parlamentarios, cuando dieron luz verde a su decreto de seis meses, comprometiéndose a acudir él al legislativo cada dos meses y a hacerlo, de forma mensual, el ministro de Sanidad, si bien la petición se realiza dentro del plazo establecido.

Han incumplido tanto él como el ex responsable de Sanidad. Y es que el ya dimitido Salvador Illa, ahora candidato del PSC a la Presidencia de la Generalitat, abandonó el cargo de ministro sin pasar por la sede de la soberanía popular para dar las explicaciones correspondientes a la aplicación del estado de alarma durante el mes de enero. Precisamente en ese período es cuando más se tiró del decreto de excepcionalidad para restringir los movimientos y libertades de los españoles. Aunque hasta última hora se planteó la posibilidad de que acudiera a la comisión de Sanidad, su marcha prematura, por cuestiones políticas, provocó que se fuese sin rendir cuentas.

A los pocos días de su huída hacía Cataluña tuvo que ser su sustituta, Carolina Darias, la que diera explicaciones de algo que aún no controlaba, cuando aún no llevaba ni 48 horas en el cargo. Aunque durante estos meses ha trabajado cerca de Illa, como responsable de Política Territorial y Función Pública, en la coordinación de la cogobernanza con las comunidades autónomas, la gran mayoría de decisiones que se han tomado en relación al estado de alarma competían directamente al anterior ministro.

De esta forma, a diferencia de lo que ocurría en la primera ola, y como pasa en la gran mayoría de países de Europa, el Gobierno evita tener que estar dando explicaciones constantemente sobre la evolución de la pandemia en España. Entre los meses de marzo y junio la coalición socialcomunista había sufrido un importante desgaste en las comparecencias quincenales del presidente para defender la prórroga del estado de alarma. De hecho, en octubre, Sánchez dejó que fuese el ministro de Sanidad el responsable de defender la solicitud del Ejecutivo ante el pleno del Congreso.

Sánchez no quería comparecer

Que a Pedro Sánchez le obligó la oposición a comparecer de forma periódica para dar cuenta de su gestión sobre la pandemia y la aplicación del estado de alarma es una evidencia que, con el retraso en su comparecencia prevista ahora para el 24 de febrero, queda más que demostrado. Y es que el presidente tuvo que tragar con esta exigencia del resto de formaciones, y ceder a sus peticiones, a cambio de recibir los apoyos necesarios para sacar adelante el decreto para un período de seis meses.

El Gobierno tuvo que modificar el decreto, publicado días antes en el BOE, añadiendo una disposición que apostillaba que «el Presidente del Gobierno solicitará su comparecencia ante el Pleno del Congreso de los Diputados, cada dos meses, para dar cuenta de los datos y gestiones del Gobierno de España en relación a la aplicación del Estado de Alarma». Asimismo obligaba al titular de Sanidad a solicitar su intervención cada mes y dejaba en manos de la conferencia de presidentes autonómicos, a los cuatro meses, la posibilidad de levantar las medidas. Sánchez no ha convocado a los gobiernos regionales en este tiempo.

La gran mayoría de grupos representados en el Congreso recelaban de la duración del decreto. Partidos como el PP o ERC querían que, como en el primer estado de alarma, Pedro Sánchez tuviera que acudir al pleno de la cámara cada quince días o un mes para solicitar la confianza de la mayoría de los diputados. Finalmente, la madrugada previa a la convalidación del decreto, y ante el temor a que alguno de los grupos se pudiera descolgar del acuerdo, la vicesecretaria general socialista Adriana Lastra acordó con el portavoz de Esquerra, Gabriel Rufián, que el presidente compareciera cada dos meses.

Y es que las negociaciones para sacar adelante el decreto habían empezado tres días antes, el domingo, tras la aprobación del nuevo estado de alarma en un Consejo de Ministros extraordinario. Pedro Sánchez incluso llegó a hablar directamente con el líder de la oposición y presidente del PP, Pablo Casado, que no cedió a sus chantajes y se acabó absteniendo. Con el acuerdo entre Lastra y Rufián, el PSOE, se aseguraba que con los votos de ERC su propuesta salía adelante. A la vez también podían rechazar la petición del PP que pedía, por ejemplo, que su rendición de cuentas fuera mensual. Compromís y Más País, que acabaron votando a favor de la convalidación del decreto, también compartían la posición de los populares de que el secretario general socialista acudiera al Congreso cada mes.

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