Sánchez fía su supervivencia a ganar por la mínima a Feijóo y negociar una gran coalición con el PP
Sánchez ha recuperado a históricos socialistas con la voluntad de acercarse al PP de cara a las generales de 2023
Sánchez, cuesta abajo y sin frenos
Pedro Sánchez, especialista en giros de guion en función del momento y de sus intereses, está determinado a presidir el Gobierno un tercer mandato. Eso es lo que ha trasladado al nuevo sanedrín del PSOE cuando les ha propuesto conformar la Ejecutiva Federal. El secretario general, aseguran en su entorno, “está convencido” de que “puede revertir las encuestas” y situarse, en las urnas, como primera fuerza política por delante del PP de Alberto Núñez Feijóo. El retorno del viejo PSOE, los que en su momento defendieron la abstención a Mariano Rajoy frente a su no es no, y reacios a los pactos con Podemos con Bildu, “no busca otra cosa que un acercamiento al PP en aras de una gran coalición” en 2023 si queda por delante de Feijóo. De ahí también que en los últimos días haya empezado a distanciarse de Yolanda Díaz usando a Podemos como aliado. “Una mayor fragmentación del espacio progresista nos beneficia a nosotros” aseguran en Ferraz.
Su previsión es no convocar elecciones hasta el final del mandato, es decir, hasta diciembre de 2023. Pero en su entorno más cercano, con los que tiene un contacto diario, no dan por seguro ese escenario. “Si las medidas antiinflación funcionan y hay un cambio de tendencia en los sondeos, el presidente aprovechará esa coyuntura” para adelantar los comicios. “Parece difícil que pueda disolver las Cortes este mismo año” apuntan, pero “a partir de enero todo es posible”. Con el horizonte de la presidencia de turno de la Unión Europea, que quiere liderar él durante el segundo semestre, Sánchez “sólo adelantaría elecciones en primavera o con las municipales y autonómicas si las ve ganadas”.
A la espera de la evolución de la economía, con una ministra del ramo, Nadia Calviño, que ha recomendado no hacer previsiones a medio plazo, la voluntad de Sánchez -si logra sacar los Presupuestos adelante- es sacar la billetera y repartir entre los españoles en forma de ayudas y subvenciones varias. Pero la probabilidad de aprobar las cuentas, a día de hoy, es todavía baja. El acercamiento a ERC, tras la reunión con Pere Aragonés y la convocatoria de la mesa de negociación con el Govern, podría peligrar con un adelanto electoral en Cataluña y echar al traste el apoyo de los separatistas. Tampoco se sabe qué va a pasar con sus socios de Ejecutivo, con Unidas Podemos, que el viernes evidenciaron la descomposición electoral del espacio con la destitución por parte de Ione Belarra de Enrique Santiago.
Los PGE, que el mismo Sánchez esbozará durante sus vacaciones en La Mareta este mes de agosto, “se van a presentar en tiempo y forma en las Cortes”, subrayan en el entorno de la ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero -desde el sábado flamante vicesecretaria general del PSOE-. Pero si los socialistas ven que no cuentan con los apoyos suficientes, tras dejar en evidencia en público a sus socios -aprovechando su rechazo a las cuentas para escenificar la ruptura, como le piden los barones antes de las municipales y autonómicas de mayo-, retirarían el proyecto de Ley de la tramitación. Y se prorrogarían las cuentas actuales, eso sí, limitando el dispendio que el presidente prevé antes de ir a las urnas.