María Jesús Montero será la nº 2 del PSOE pero sin el poder que ostentaba Lastra

La ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, será la nueva vicesecretaria general del PSOE. La andaluza se convertirá así en la número dos del partido tras la salida de Adriana Lastra, que presentó su dimisión el pasado lunes tras comprobar que no contaba con la confianza de Sánchez. Pero la nueva vicesecretaria general no ostentará el mismo poder que su antecesora.

A diferencia de Lastra, Montero no tendrá bajo su negociado la portavocía del partido. La hasta el lunes vicesecretaria general había delegado estas funciones en el diputado jiennense Felipe Sicilia, que no seguirá. Pedro Sánchez supervisará, a través de su gabinete en Moncloa, la acción comunicativa del partido que liderará la nueva portavoz, Pilar Alegría. La nueva número dos tampoco asumirá la relación directa con los territorios, que depende de la Secretaría de Organización de Santos Cerdán. Montero será, pues, en una figura más bien representativa.

Con el nombramiento de Montero, que se hará efectivo en el Comité Federal urgente y extraordinario que Sánchez ha convocado para este sábado, se completan los principales cambios en la dirección del PSOE. El presidente se rodea de históricos con experiencia, muchos de ellos ministros, que está por ver si seguirán también en sus puestos en el Gobierno a partir de septiembre.

Además de Montero y Alegría también asumirán nuevos roles en el día a día del partido el hasta ahora secretario de Memoria Democrática y Laicidad, Patxi López, que relevará al tinerfeño Héctor Gómez al frente del grupo parlamentario en el Congreso. El ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, se hará cargo del puesto que deja vacante López en la ejecutiva. La catalana Eva Granados seguirá ejerciendo las funciones de portavoz en el Senado ya que el PSC no ha autorizado su relevo.

En el entorno de Pedro Sánchez asumen que estos cambios están encaminados a “relanzar la marca PSOE” otorgando “experiencia, solvencia y seriedad al proyecto” para «recuperar la confianza de los electores». El presidente, apuntan en su entorno, “ve posible” revalidar el Gobierno -pese a que ninguna encuesta le da ya como ganador” y ha decidido “ir con todo” para enderezar la situación.