Sánchez a Felipe VI tras anunciarle el Rey que Juan Carlos se iba de España: «Ahora debe regularizar”
El Gobierno ha marcado desde el inicio de año los designios de la Casa Real. Y lo ha hecho por medio de una continua campaña de presiones a Zarzuela entre las que no ha faltado la exigencia directa de Pedro Sánchez a Juan Carlos I para que regularizara su situación fiscal. La petición llegó de forma expresa el 31 de julio, un día en el que Pedro Sánchez y el Rey Felipe VI compartieron acto y paseo en San Millán de la Cogolla. Allí, el presidente del Gobierno no se anduvo con rodeos: “Ahora tiene que regularizar la situación fiscal”.
El contexto era la XXI Conferencia de Presidentes. Todo un baño de poder para el jefe del Ejecutivo que se veía rodeado por los máximos mandatarios de las comunidades autónomas. Por los suyos, por los de los territorios separatistas -a excepción de Quim Torra-, y por los gobernantes de las comunidades del PP.
La presencia de Felipe VI formaba parte del acto. El Rey debía recorrer ese viernes las dependencias del monasterio de Yuso de San Millán de la Cogolla. Y tenía que coincidir allí con Pedro Sánchez.
La visita no era novedosa para el Rey. Su majestad preside su Fundación desde su creación en 1998. Pero el ambiente no era el mismo de otros viajes a San Millán. Las presiones de Moncloa para que Juan Carlos I saliera de España llevaban efectuándose desde el mes de febrero. Y la continua aparición de noticias sobre movimientos de dinero opacos del emérito no ayudaba a relajar el ambiente.
Pero un argumento clave favorecía a Felipe. Ese 31 de julio, a sólo tres días de la comunicación de la salida de España del emerito, ya estaba pactado y aceptado por Juan Carlos su inminente viaje al extranjero. Su marcha de las tierras que reinó.
La visita comenzó. Y el Rey no tardó en recordar que el punto de mayor insistencia del Gobierno -esa salida del país de Juan Carlos- había sido ya incluido en la carpeta de objetivos realizados. “la salida del Rey Juan Carlos ya está hecha”, señaló Felipe VI al presidente del Gobierno.
La frase del Rey buscaba un respaldo oficial a la Monarquía como pilar constitucional. Una declaración del Gobierno o de Pedro Sánchez que dejara claro que una cosa es Juan Carlos I y otra la institución monárquica. Que en España todos están expuestos al control de la ley, Hacienda y la Justicia, pero que nada apunta más allá de la órbita estricta de Juan Carlos.
«Debe regularizar»
Pero la respuesta de Sánchez careció por completo de complicidad: “Ahora tiene que regularizar su situación fiscal”, añadió con tono imperativo el presidente del Gobierno. Un comentario que fue acogido por Felipe VI con el más absoluto silencio e incredulidad ante el trato recibido. Aunque, efectivamente, así se ha acabado cumpliendo la requerida regularización.
La visita finalizó. Acompañados ambos por el prior del monasterio, Pedro Merino, quien ajeno a la gravedad de las conversaciones exhibía a los dos visitantes un facsímil con la reproducción de la primeras palabras escritas en castellano, las denominadas glosas emilianenses. Sin saber el prior que la atención de los dos líderes se centraba más en Juan Carlos y sus ingresos opacos que en la historia del castellano.
Yuso, Patrimonio de la Humanidad desde 1997, se convirtió, de este modo, en la cuna de una nueva imposición. La que ahora vemos materializarse en forma de complementaria ante Hacienda de las cuentas del emérito.
Y todo ello se cerraba entre gritos de «¡viva el Rey!» a la llegada y salida de Felipe VI.
El tono del trato no era extraño. Al revés, parece haberse convertido en una constante de la nueva relación entre Moncloa y Zarzuela. Porque, aunque este encuentro se sellaba al máximo nivel, Carmen Calvo ha dejado ya constancia de frases incluso más tajantes en su trato con el jefe de la Casa de su Majestad el Rey.
La promesa de Calvo
La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, de hecho, dejó constancia del tono y prioridades de Pedro Sánchez frente a la situación de Juan Carlos hace ya medio año. Y lo hizo con una sentencia altisonante: “Mientras gobernemos nosotros, D. Juan Carlos no volverá a España”, tal y como ya ha publicado OKDIARIO.
La frase de Calvo fue lanzada por la mano derecha de Sánchez en el PSOE a finales de julio y ante la atónita mirada del jefe de la Casa de su Majestad el Rey, Jaime Alfonsín. Justo antes del encuentro de San Millán entre Sánchez y Felipe VI. Y esa afirmación dejó muy a las claras la estrategia de Moncloa. Una estrategia mantenida a lo largo de casi cinco meses de presión a Zarzuela para que Juan Carlos saliera de España y no volviera. Un plan, previo a la regularización fiscal, que pasaba por apartar por completo la figura del emérito del protagonismo y los medios españoles. Y un plan que no buscaba, como ahora se confirma, que Moncloa no quiere que el emérito esté en España en Navidad para proteger a la Monarquía. El verdadero propósito del Gobierno era y es la salida de Juan Carlos a largo plazo con el fin de evitar tensiones extra para el PSOE.
La frase de la vicepresidenta del Gobierno no surgió de la nada. Desde el mes de febrero y hasta el día 3 de agosto en el que Juan Carlos aceptó definitivamente abandonar España, fueron varios los encuentros entre Calvo y Alfonsín, y numerosas las presiones para que el emérito saliera de escena.
“Esto no puede seguir así. Su Majestad D. Juan Carlos tiene que salir de España”. Esa frase fue una de las que más veces tuvo que escuchar por aquellas fechas, y de forma reiterada el jefe de la Casa del Rey. Tantas veces repetida, por cierto, como contestada. Y con repuestas negativas.
Pero Moncloa insistía. Y la presión crecía a medida que las noticias surgían y salpicaban más y más la imagen de Juan Carlos.