Detención de Puigdemont

Sánchez se blinda junto a su núcleo duro en Moncloa tras la sorpresiva detención de Puigdemont

En Moncloa preocupa que la detención de Carles Puigdemont afecte a la estabilidad del Gobierno y su apuesta por el diálogo con Cataluña

detención Carles Puigdemont
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (Foto: Efe)
Joan Guirado

Las prioridades para Pedro Sánchez han cambiado. Aunque Moncloa el martes expresaba que posiblemente se iba a quedar en la isla de La Palma hasta este sábado, la detención de Carles Puigdemont anoche en Cerdeña (Italia) ha hecho variar sus previsiones. El presidente abandona este mediodía la isla canaria poniendo rumbo hacia el  Palacio de La Moncloa. Esta misma mañana los gabinetes de la Presidencia de Sánchez y Pere Aragonès han mantenido contacto tras lo sucedido, con el fin de mantener los puentes tendidos.

Desde el complejo presidencial, Sánchez, junto a su núcleo de colaboradores más cercano, monitorizará minuto a minuto lo qué ocurra en el tribunal del Alguer, que a esta hora está tomando declaración al ex presidente catalán. Aunque probablemente intervención de Puigdemont ante el juez finalizará con él en el avión, su equipo le mantendrá informado de todo durante el viaje.

A los mandos de este comité de crisis que se ha creado en La Moncloa tras la detención del dirigente separatista está, desde anoche, el ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños. Este abogado del Estado, gran conocedor del funcionamiento de la Justicia, analiza todos los escenarios a los que pueda tener que hacer frente el Gobierno en los próximos días. De hecho Bolaños tenía previsto acudir este mediodía a la Feria del Libro de Madrid, pero no se ha presentado.

Además de Bolaños, la ministra de Política Territorial y portavoz, Isabel Rodríguez, y los juristas del Consejo de Ministros, Margarita Robles (Defensa), Fernando Grande-Marlaska (Interior) y Pilar Llop (Justicia) están en permanente contacto con el presidente para aclarar todas las dudas que están surgiendo entorno al embrollo jurídico sobre el estado en vigor o no de la orden de detención y entrega europea sobre Puigdemont. También el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, está pendiente del tema mientras vuelve de Nueva York. La detención del expresidente prófugo podría provocar un conflicto diplomático.

Y es que en el Ejecutivo, según fuentes oficiales consultadas por este periódico, nadie sabía nada de lo que iba a pasar. Aunque el CNI, tal como ha revelado OKDIARIO, seguía los pasos del líder separatista en todo momento y dio el avisó cuando abandonó Bruselas. Fue entonces cuando se preparó un dispositivo en Italia que permitió su detención nada más bajar del avión, por parte de dos agentes de paisano de la policía fronteriza. Una operación así, sostienen fuentes conocedoras, no se decide sin ponerla antes en conocimiento de la ministra del Interior italiana, que mañana se verá con Marlaska en Málaga. Pero de saberlo, no le dijo nada a su homólogo, según esas fuentes.

En Moncloa esperan que lo ocurrido anoche en Italia no afecte a la estabilidad del Gobierno y a la política nacional. Sin los separatistas de ERC, tras los indultos que les alejaron de Ciudadanos, Sánchez no lograría aprobar los Presupuestos. De momento confían en que eso sea así, pero no descartan absolutamente nada. Y el principal temor es que una radicalización de Junts, que ya ha llamado a ocupar las calles, obligue a ERC a adoptar una postura más frentista a la del diálogo que propugna. Y eso puede dinamitar todos los puentes y poner en riesgo la legislatura.

Desde La Palma, donde ha anunciado ayudas para «la reconstrucción de la isla», el presidente se ha referido a la detención de Puigdemont afirmando que «debe comparecer y someterse a la acción de la Justicia». Aunque reivindica «más que nunca» la vía del diálogo como solución al conflicto político, recuerda que el expresidente «huyó con un gobierno diferente al actual».

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