Retirado el tercer grado al etarra Fitipaldi por no pedir perdón a las víctimas de sus 16 asesinatos
El juez considera que existen "importantes variables desfavorables"
Fitipaldi se refirió a las víctimas como "afectados por sus hechos"
El etarra José María Arregi Erostarbe, Fiti, tendrá que volver a la cárcel después de que el Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria le haya revocado el tercer grado porque considera que no ha pedido un perdón «expreso» a las víctimas de la banda terrorista ETA.
El Gobierno vasco le había concedido esta condición de semilibertad después de que se le concedieran las competencias en materia de prisiones. No es la primera vez que el juzgado encargado de la supervisión del cumplimiento de las penas revoca esta decisión a Fitipaldi. Ya se le retiró el tercer grado a finales de 2022.
El Gobierno vasco le había concedido el régimen de semilibertad después de que considerase los motivos humanitarios de su «ancianidad». Erostarbe tiene ahora mismo 77 años.
Sin embargo, el recurso de la Fiscalía justifica que no cumple con el resto de requisitos para ser liberado. Finalmente, el juzgado le ha dado la razón por entender que esta situación «debe conjugarse con las circunstancias y variables concretas del penado» y que existen «importantes variables desfavorables» en el caso del etarra.
En concreto, se refiere el magistrado «a la relativa al posicionamiento ante las víctimas, que no se pueden obviar por razón de edad». Es decir, que el titular del Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria, José Luis Castro, pondera en mayor medida la cuestión de la falta de perdón expreso a las víctimas sobre la avanzada edad del recluso. «Debe seguirse trabajando en el ámbito de la Justicia Restaurativa a fin de solventar dichas carencias», recalca el magistrado.
Añade el juez que los informes médicos no recogen «un deterioro de la salud» y que por el mero hecho de tener «70 años o más» edad, «la atención integral de personas mayores en Centros penitenciarios no contempla la excarcelación automática».
Para poder lograr el tercer grado, el juez considera que debe trabajarse «especialmente en el posicionamiento ante las víctimas, como paso previo a la clasificación pretendida». Aun así, matiza que podría verse modificado «por razón de edad o enfermedad» y que, por tanto, «se produjera un agravamiento del estado de salud del interno» en la cárcel.
«Afectados por sus hechos»
El etarra emitió una carta al Equipo Técnico del Centro Penitenciario de San Sebastián. En ella describió a las víctimas como «afectados por sus hechos». Eso sí, reconoció «el dolor causado a tantas familias». Además, expresó su «total rechazo a cualquier tipo de violencia».
Sin embargo, Fitipaldi rechazó la solicitud de pedir perdón de manera expresa a las víctimas de los atentados en los que fue partícipe. En cambio, solo escribió otro texto en el que se refería a las víctimas «en general».
«Nada puedo hacer para reparar las consecuencias de algunos de mis actos», podía leerse en el texto que transmitió al centro. «Nombrar a todos ellos en un escrito me parece frío, distante, acaso revictimizante y no quiero dejar de lado a ninguno», añadía.
El juzgado también le preguntó si colaboraría «activamente» en impedir futuras actuaciones de ETA o en aclarar otros hechos que hayan ocurrido. Fitipaldi dijo que «nadie discute que ETA se disolvió» y que no tenían «intención de resucitarla». «No creo que haya nada que yo pueda contar de interés, pues los hechos en los que participé están acabados».
Por todo ello, el juez concluye que no es «ético ni razonable el frivolizar con esto por el hecho de que la banda terrorista esté disuelta» porque «existen cerca de 300 casos de atentados terroristas sin resolver». La participación de Erostarbe en el programa de Justicia Restaurativa, cree el juez que podría permitir «un reconocimiento más profundo y real del daño causado ante las víctimas de sus actos: 16 muertos y 88 heridos»
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