Revueltas de Pablo Hasél

Los radicales difunden las ‘reglas’ de los anarquistas italianos para otra noche de violencia en Barcelona

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Pelayo Barro

«Este sábado VOLVEMOS». Ese es el mensaje que están distribuyendo grupos de radicales violentos a través de sus redes para convocar de nuevo a los seguidores a favor de Pablo Hasél, condenado por enaltecer a ETA, para una nueva jornada de saqueos, destrucción de mobiliario y comercios y ataques a la Policía en Barcelona. La cita es este sábado a las 18:00 horas, en la plaza Tetuán, que ya han convertido en epicentro de unas protestas que siempre derivan en desórdenes. Pero lo que llama más la atención a los Mossos son las ‘reglas’ que están difundiendo, inspiradas en los anarquistas italianos como los detenidos esta semana por intentar quemar un furgón policial. «Sin cóctel molotov no hay diversión», rezan los carteles distribuidos.

Bajo el sello del ‘Curso de Acción Directa Italiana’, las autodenominadas ‘Brigadas Pablo Hasél’ están difundiendo estas consignas para atacar a los agentes de la Brigada Móvil de los Mossos d’Esquadra y a sus comisarías este mismo fin de semana. Los radicales centrarán su acción en Barcelona.

«Hoy, políticos, empresarios y bufones del régimen saldrán a hablar de orden y recuperación. Un orden que sólo supone miseria para nosotros. La recuperación de un sistema económico que nos explota cotidianamente, hacen de nuestras vidas una mercancía más. Por mucho que se nos criminalice no dejaremos de salir a las calles», advierten los organizadores y cabecillas de este movimiento. «Cada sábado y hasta que caigan», anuncian en previsión de próximas convocatorias.

Para apuntalar sus ‘técnicas de acción’, los convocantes están difundiendo esas reglas de los ‘anarcas’ italianos, que en clave de rima y toques de supuesto ‘humor’ animan a utilizar cócteles molotov. Y otras como «a la casa okupa no volverás sin quemar una dependencia policial», «echarle nata a la carbonara, fuego a la Urbana».

La convocatoria, que acompañan de imágenes de contenedores ardiendo y símbolos anarquistas y comunistas, lleva por lema «contra el Estado, acción directa».

Convocatoria a favor de Pablo Hasél para este sábado 6 de marzo.

De esta manera, los ultras violentos llaman de nuevo a la violencia haciendo un ‘guiño’ a los 6 anarquistas italianos que esta semana fueron detenidos -en una casa okupa- acusados de participar en la quema de una furgoneta de la Guardia Urbana el pasado sábado. Unos hechos gravísimos por los que el Ayuntamiento de Barcelona se ha personado como acusación ante la Justicia.

Cabe recordar que, como adelantó OKDIARIO hace unas semanas, los Mossos interceptaron una serie de manuales para la elaboración de artefactos incendiarios, tipo cóctel molotov, que se estaban difundiendo en grupos de radicales. Un aviso que los agentes se tomaron muy en serio y que, a la vista de lo ocurrido posteriormente, suponía un peligro real.

Investigan… a los mossos

Y mientras tanto, a quienes se les está investigando es a los propios agentes que han conducido las operaciones contra el caos callejero vivido en las últimas semanas. Según fuentes policiales a las que ha tenido acceso OKDIARIO, esta investigación ya está en marcha y recae directamente sobre la División de Asuntos Internos (DAI) de los Mossos d’Esquadra.

De momento, explican, se están revisando imágenes que se han difundido en las últimas semanas en las redes sociales y aquellas que han sido emitidas en medios de comunicación. Pero además, se están requiriendo a algunas de las unidades participantes que revelen las imágenes que hayan grabado por ellos mismos de sus actuaciones. En ocasiones a través de cámaras que llevan los agentes u otros dispositivos colocados en sus vehículos.

«De nuevo, en el ojo del huracán», explican agentes de los Mossos, que se declaran «hartos de estar siempre bajo investigación» por realizar su trabajo, cuestionados por sus actuaciones y «acusados de ser poco menos que una panda de matones armados». La realidad, aseguran agentes de la BRIMO a OKDIARIO, es que «nos jugamos la vida en cada salida y sabemos que lo peor llega cuando volvamos a comisaría». Una ‘caza de brujas’ a la que ya se han acostumbrado y que ha ocurrido en el pasado.

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