¿Por qué tienen tan poca repercusión mediática los actos de los Reyes?

Rey Felipe VI
Felipe VI y doña Letizia. (Foto: AFP)

En las últimas semanas, la agenda oficial de los Reyes está cargada de actos institucionales en los que, algunas veces, tanto don Felipe como doña Letizia pronuncian unas palabras que en pocas ocasiones tienen una repercusión en los medios de comunicación diarios, a pesar de que en esos discursos se plasma la posición de la Corona sobre aspectos importantes de la economía, la sociedad, la política, o la cultura. Se ignoran esos mensajes que en muchos casos sirven para definir el punto de vista de la institución cuyos integrantes tienen vetado dar ruedas de prensa o hacer declaraciones espontáneas de forma similar a las que hacen otros personajes públicos.

Esta reflexión, puesta blanco sobre negro, viene a cuento de la escasísima repercusión en los medios de comunicación que han tenido las palabras del Rey en el homenaje al Hispanismo Internacional, un acto en el que el Monarca  ha querido expresar públicamente su admiración y gratitud a los miles de doctores y licenciados universitarios de todo el mundo que dedican su vida a promover la lengua y la cultura españolas. Y no sólo eso, sino que todos esos hombres y mujeres se dedican a potenciar el alcance universal de la cultura española que contribuye a reforzar el prestigio de los países hispanohablantes. Una vacuna, sin duda, frente a tantos otros que han intentado denigrar a España con la creación de una leyenda negra que tanto daño ha hecho a la reputación de los españoles.

La difusión de las actividades de la Familia Real es lo único que puede contribuir a proyectar a la ciudadanía la idea real de que ellos cumplen con su tarea y no están mano sobre mano, ociosos, en su residencia del recinto de La Zarzuela. Pero eso, hoy en día, importa muy poco. Frente a lo que se hacía hace una decena de años, al menos en los medios públicos, de reflejar en los telediarios y otros programas informativos sus actividades de agenda, ahora la presencia de esas tareas de los Reyes es cada vez más escasa. Por no hablar de cuando se da cuenta tan sólo una anécdota sin importancia de un acto relevante, de cuya esencia se obvia cualquier detalle, con lo cual se banaliza su trabajo oficial.

Del único lugar que no han desaparecido los Reyes, especialmente la Reina Letizia, es de las publicaciones de papel cuché, alejadas de la prensa amarilla anglosajona ya que recogen la información de la Familia Real en tono amable, aunque sin entrar en el fondo de los contenidos de las actividades que desarrollan. Su presencia en las revistas semanales, de cotilleo como las llaman algunos, desvirtúan el carácter serio del trabajo del jefe del Estado y su cónyuge, que no creen que sea apropiado que se ofrezca a los españoles una versión tan parcial de su labor.

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