Puigdemont quiere contratar en Alemania a las fundaciones que apoyan internacionalmente a ETA
La detención de Carles Puigdemont en Alemania ha obligado al independentismo a mover una red de contactos en el país, con vistas a agitar su proceso de extradición a España en aplicación de la euroorden de detención cursada contra el Tribunal Supremo.
Esta mediación está diseñada principalmente por Aleix Sarri, asesor del eurodiputado Ramón Tremosa (PdeCAT), que ha contactado ya con el entorno internacional de la izquierda abertzale para sondear su apoyo.
Entre esos apoyos se encuentra la Berghof Foundation, una organización no gubernamental especializada, según sus responsables, en la «resolución de conflictos» y la mediación internacional.
La fundación ha estado estrechamente vinculada a la situación política en el País Vasco y a la violencia etarra. En octubre de 2011, fue una de las entidades que participó en la autodenominada ‘Conferencia Internacional de Paz de San Sebastián’, un polémico foro a medida impulsado por la órbita abertzale para reclamar a ETA el fin de su actividad, aunque sin ligarlo a la disolución de la banda y con contrapartidas políticas. En la resolución aprobada se instaba, por ejemplo, a convocar una mesa de representación entre «actores no violentos» y «representantes políticos», incluyendo además una «consulta a la ciudadanía».
Además, se equiparaba a las víctimas provocadas por la banda con sus propios verdugos y se exigía la «reconciliación» con medidas para «reconocer, compensar y asistir» a todas ellas y «ayudar a sanar las heridas personales y sociales».
La fundación ha seguido colaborando con los promotores de ese encuentro, participando en otros similares, como el ‘Foro por la Paz’, celebrado en Bayona (Francia), en 2014, y en el que se proponía la reintegración de los presos etarras y medidas para facilitar el retorno de los fugados, además de la protección de sus derechos fundamentales para «establecer bases de convivencia».
Forma parte del ‘Foro Social para impulsar el proceso de paz’, una iniciativa promovida por la plataforma Lokarri, partidaria de la negociación con la banda terrorista, la legalización de Batasuna, el acercamiento de los presos y una consulta popular como ejes para la erradicación de la violencia etarra en el País Vasco. Desde la plataforma se criticó, por ejemplo, la sentencia que condenaba a Arnaldo Otegi y a Díez Usabiaga en el ‘caso Bateragune’ por dirigir una nueva línea de actuación independentista a las órdenes de ETA.
La vinculación del entorno proetarra vasco con el independentismo catalán ha sido evidente a lo largo del ‘procés’, y más aún en los últimos meses de la deriva secesionista.
De hecho, Otegi participó como invitado en la última Diada, donde fue recibido como un ídolo. El dirigente proetarra ha manifestado en multitud de ocasiones su apoyo a Puigdemont y el resto de líderes secesionistas, ahora en prisión.
Este mismo lunes, y tras la detención del ex presidente catalán, expresó en las redes sociales su respaldo incondicional. «Siempre estaremos con Cataluña». Un día antes consideró que la comunidad está en un «auténtico Estado de excepción» y reclamó «hacer frente a la ofensiva del Estado desde la unidad» y con «la contundencia política necesaria».