El PSOE viajó ayer a Waterloo a pedir «paciencia» a Puigdemont y la respuesta fue: «Ya se nos ha acabado»
Nuevo aldabonazo para las esperanzas del PSOE de salvar la legislatura de Pedro Sánchez. La reunión «extraordinaria y de urgencia» que iba a celebrarse en Suiza ha acabado en otro clamoroso fiasco, sólo que esta vez la cita se trasladó a Bélgica, en un hotel de Waterloo a sólo cinco minutos en coche de la casa de Carles Puigdemont, tal como ha podido saber en exclusiva OKDIARIO. La delegación socialista volvió a irse con las manos vacías tras suplicar «paciencia» a los independentistas, cuya respuesta fue un golpe a la mandíbula de Sánchez: «Eso es justo lo que se nos ha acabado».
El Gobierno de Sánchez sigue contra las cuerdas. La delegación socialista encabezada por Santos Cerdán, José Luis Rodríguez Zapatero y Juan Francisco Serrano, adjunto a Organización de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE, se dio cita con Junts en el Hotel Van der Valk de Waterloo este lunes a las 10:00 h y tras una negociación que duró hasta las 17 horas, finalmente cosecharon otro estrepitoso fracaso tras no conseguir contar con los siete votos independentistas que le permitan sacar adelante el decreto ómnibus repleto de medidas económicas y sociales y fundamental para que el Ejecutivo pueda solicitar el cuarto desembolso de los fondos europeos.
Los de Puigdemont —junto a Miriam Nogueras, Jordi Turull y Josep Lluís Alay— no se movieron un milímetro tras la crisis desatada por la suspensión de negociaciones anunciada por Junts luego de que la Mesa del Congreso hubiera decidido aplazar la decisión sobre la propuesta de los independentistas para exigir que Pedro Sánchez se someta a una cuestión de confianza. Una vez más, Junts recordó al PSOE que «no ha sido leal ni en el texto, ni en el contexto, ni el espíritu».
El PSOE había aceptado la petición de Junts para mantener una reunión urgente en Suiza, sólo que por problemas «logísticos» de los mediadores el encuentro se realizó en Waterloo (Bélgica), con la intención de reconducir la crisis entre ambas formaciones. Los independentistas volvieron a dejar claro que su apoyo a la investidura de Sánchez no era un «cheque en blanco».
«El president fue muy claro: así, de esta manera, no se puede seguir», declaró Turull el sábado durante su visita a la Feria del Aceite de Oliva Virgen Extra de Cataluña en Les Borges Blanques. El anuncio llegaba después de que Puigdemont suspendiera las negociaciones sectoriales con el PSOE, incluyendo las conversaciones sobre los Presupuestos Generales del Estado, al considerar que el Gobierno de Sánchez ha incumplido los acuerdos de investidura de 2023.
La decisión se produce después de que la Mesa del Congreso, controlada por PSOE y Sumar, decidiese este jueves posponer la decisión sobre la admisión a trámite de la proposición no de ley (PNL) con la que Junts pretendía que la Cámara Baja debatiera y se pronunciara sobre emplazar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a someterse a una cuestión de confianza. Este aplazamiento, el segundo ya, se produjo tras las negociaciones hasta última hora de los socialistas con los independentistas para que «reformularan» el texto.
En consecuencia, Puigdemont -que ya venía advirtiendo de las consecuencias para Sánchez de no dar salida a esa cuestión de confianza- ha fijado la posición de su partido, advirtiendo que tampoco negociará los Presupuestos Generales ni otras cuestiones «sectoriales».
Con ello se refiere Junts a las iniciativas o decretos ley, salvo que consideren que puedan favorecer los intereses de Cataluña, es decir, que tengan encaje en su programa electoral. Puigdemont también ha pedido una reunión urgente en Suiza entre ambas formaciones para comprobar el grado de cumplimiento de los acuerdos que sirvieron para la investidura de Pedro Sánchez. «El riesgo de ruptura es real», había advertido Puigdemont.
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