El protocolo antiacoso de La Moncloa obliga a identificarse para denunciar casos como el de Salazar
El canal del PSOE, donde finalmente denunciaron las víctimas de Salazar, permite presentarlas anónimamente
El modelo de denuncia en Moncloa incluye un campo para el nombre, apellidos, DNI y puesto de trabajo
Nombre, apellidos, DNI y puesto de trabajo. El Gobierno exige todos estos datos a las mujeres que quieran exponer situaciones de acoso sexual, como las que vivieron las mujeres que denunciaron a Paco Salazar, estrecho colaborador de Pedro Sánchez. Y es que el protocolo antiacoso de administraciones públicas obliga a identificarse en un primer momento, aunque posteriormente la denuncia se anonimice.
Sin embargo, el canal interno del PSOE permite elevar este tipo de quejas sin tener que proporcionar información personal. Este método permite a las víctimas explicar los hechos sin tener que exponerse. Esto facilita que trabajadoras, como las subordinadas de Salazar que denunciaron haber sufrido acoso sexual, opten por plataformas de denuncia como las de Ferraz pese a que los hechos ocurran en la sede del Ejecutivo.
El Ministerio de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, de Félix Bolaños, aprobó en 2024 el último protocolo de actuación frente al acoso sexual y al acoso por razón de sexo en el ámbito de la Administración General del Estado y de sus organismos públicos. Es decir, el que rige también en los órganos ministeriales.
Tanto es así que «todos los Departamentos Ministeriales y más de 35 organismos» hicieron «suyo el texto que se negoció» para el plan anterior, si bien «adaptándolo específicamente a sus respectivas organizaciones cuando fuera necesario». Todo ello según la resolución por la que se aprobaba el III Plan de Igualdad en la Administración, es decir, el plan anterior, que también proponía el mismo modelo de denuncia.
En otras palabras, los modelos de denuncia se publican, primero, en el Plan de Igualdad y, posteriormente, se copian y pegan en los órganos ministeriales para ofrecérselo a las víctimas.
El último protocolo de actuación contiene, como el anterior, un «Modelo de Comunicación de Activación». Esto es un documento que sirve como ejemplo de cómo presentar una denuncia interna de acoso sexual. Los campos que tienen que rellenarse en esta hoja, además de la descripción de los hechos, son los siguientes:
- Nombre y apellidos.
- Número de identificación fiscal.
- Sexo.
- Teléfono de contacto.
- Centro de trabajo.
- Puesto de trabajo.
- Vinculación laboral.

Trámite anónimo, a posteriori
Es decir, todos ellos son detalles que permiten identificar plenamente a la víctima. Si bien, tal y como reza la norma, «desde el momento en que se formule la comunicación», los responsables de su tramitación «asignarán unos códigos numéricos identificativos tanto a la persona presuntamente acosada (víctima) como a la persona o personas sobre las que existen evidencias de haber cometido acoso, preservando así su identidad». Es decir, que se anonimiza la denuncia, pero a posteriori. En definitiva, implica la existencia de un documento con el nombre y los datos de la persona denunciante.
Otra de las garantías con las que la norma trata de asegurar la confidencialidad de la denuncia es a través de la «obligación de guardar una estricta confidencialidad y reserva» sobre las actuaciones relativas a acoso sexual. «No deben transmitir ni divulgar información sobre el contenido de las comunicaciones presentadas, resueltas o en proceso de investigación de las que tengan conocimiento», exige la norma.
El canal de comunicación para denuncias internas del PSOE, sin embargo, no obliga a incluir los datos personales de la víctima en las denuncias de acoso sexual. Si bien permite presentarlo con los datos personales, hay una opción de elevarla anónimamente y sólo con un relato de los hechos, fecha del presunto acoso y las personas involucradas.
Todo ello explicaría por qué las mujeres que denunciaron el presunto acoso sexual de Paco Salazar prefirieron el buzón de Ferraz sobre el de La Moncloa, pese a que los hechos se produjeron en la sede del Gobierno.

El ‘casi’ relevo de Cerdán
Estas mujeres aseguraron ser víctimas de acoso sexual por parte de Salazar. La denuncia de esta trabajadora de La Moncloa bajo las órdenes de Paco Salazar relataba cómo el político socialista le habría realizado comentarios obscenos sobre su vestimenta y su cuerpo, mensajes intempestivos con invitaciones para cenar a solas fuera del horario laboral o incluso ofrecimientos de quedarse a dormir en casa.
La queja se elevó en el mismo momento en el que Salazar iba a ser nombrado secretario de Organización del PSOE en sustitución de Santos Cerdán, en ese momento en prisión provisional por formar parte de una presunta trama corrupta en el seno del partido. Éste, a su vez, había reemplazado al ex ministro de Transportes, José Luis Ábalos, ahora entre rejas por su vinculación a ese mismo caso.
Las quejas desaparecieron cinco meses después de la plataforma del PSOE en la que se presentaron, poco después de que Salazar dejase de ser militante del partido. Algo que desde la formación de Sánchez atribuyeron a un error informático y aseguraron que, aun así, continuarían investigando los hechos denunciados.
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