Preocupación en el Gobierno con Montoro: «Pierde el hilo, desvaría, no contesta y pone vocecitas»

La preocupación se ha instalado en un sector del Gobierno por la actitud «desorientada» que está evidenciado el ministro de Hacienda, Cristobal Montoro, en plena crisis sobre la posible malversación de fondos para el referéndum independentista del 1 de octubre. Fuentes gubernamentales consultadas por OKDIARIO afirman que está empezando a ser algo frecuente ver cómo el titular de Hacienda «pierde el hilo» con facilidad y «desvaría» en su argumentación cuando se le pide respuesta a cuestiones delicadas bajo su responsabilidad. «Le preguntas por una cosa, te contesta sobre otra y pone vocecitas», resume un miembro del Ejecutivo.

Esta «falta de reflejos» detectada en Montoro ha hecho saltar las alarmas en el Ejecutivo por todo lo que está en juego. Sobre todo, tras el requerimiento del juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena para que aporte toda la documentación en que se basa para asegurar que no se destinó ni un solo euro de dinero público a la organización del referéndum separatista del 1-O.

Llarena ha hecho tal emplazamiento a Montoro a partir de la investigación realizada por la Guardia Civil según la cual casi 2 millones de euros de fondos públicos fueron desviados a la celebración del el 1-O. Y ello, en un momento en que el Gobierno ya tenía bajo vigilancia las cuentas de la Generalitat. Según las mismas fuentes gubernamentales, Montoro «no está dando muestras de tener el asunto bajo control». Es más, lo ven «incapaz» de rehacer este desaguisado, fundamentalmente por «no encontrarlo en sus plenas facultades». Montoro ha fiado su futuro a ese papel de garante de los intereses del Estado en Cataluña, pero puede pagarlo caro.

Además, tales fuentes sostienen que la reacción del ministro al requerimiento de Llarena «no ha sido nada contundente» para atajar una crisis, que lejos de amainar no hace sino recrudecerse. Ni el escueto comunicado de Hacienda, valorando «positivamente» la solicitud de Llarena en tanto le da la «oportunidad» de «aportar al Tribunal Supremo todas las actuaciones de control» sobre la Generalitat, ni las remotas explicaciones que han tratado de hilvanar sus subordinados han relajado la tensión en las altas esferas del Gobierno.

Uno de esos subalternos ha sido el secretario de Estado de Presupuestos y Gastos, Alberto Nadal, quien defendió este jueves que el Ministerio de Hacienda tomó las «medidas necesarias» para que el gasto público tuviese controles «extraordinarios» en Cataluña, aunque -admitió- pudo haber un uso «no correcto» de determinadas infraestructuras y espacios públicos.

«Cierta irritabilidad»

En ese sector del gabinete Rajoy se percibe también «cierta irritabilidad» en el ministro Montoro cada vez que este tema se aborda en privado en instancias gubernamentales. Algo que «no ayuda en absoluto», recalcan las fuentes citadas, a la hora de aunar esfuerzos para reconducir la situación. Las afirmaciones del titular de Hacienda, diciendo que no hubo malversación el 1-O, han sigo esgrimidas por los golpistas ante el juez Llanera para eludir la prisión. Una concesión imperdonable. Por ejemplo, el exconsejero de Presidencia Jordi Turull utilizó a Montoro y a Mariano Rajoy como testigos de su defensa en su última comparecencia en el Supremo, negando cualquier desvío de dinero público desde la Generalitat al referéndum.

La presión de Ciudadanos

A todo ello se une la inquietud por el desgaste electoral que esta crisis puede acarrear al partido que sustenta al Gobierno. Los populares, indican las fuentes citadas, son conscientes de que Ciudadanos quiere hacer de esta cuestión uno de sus principales caballos de batalla para continuar restando apoyos al PP por el centro-derecha. Así, tales fuentes apelan a la necesidad de poner freno a esta deriva para no seguir cediendo terreno a la formación centrista de Albert Rivera. Los naranjas van elevando aquí la presión.