PP y PSOE no se fían de una moción de ERC que pide diálogo y no habla de independencia
PP y PSOE han mostrado sus reticencias ante la moción que, la próxima semana, presentará en el Congreso el grupo parlamentario de ERC.
La iniciativa se presentó el pasado diciembre, antes incluso de las elecciones del 21-D, pero su debate quedó en suspenso hasta la reanudación de las sesiones, el próximo martes. Desde entonces, la situación política se ha agitado aún más si cabe en Cataluña.
El texto registrado por los republicanos insta al Gobierno a «establecer, en base al reconocimiento del resultado de las elecciones del 21 de diciembre en Cataluña y del mandato democrático emanado de las urnas, un diálogo bilateral con el Govern de la Generalitat con el objetivo de alcanzar una resolución democrática a las demandas expresadas de manera permanente en Cataluña». Se omite la palabra independencia.
La iniciativa es consecuencia de una interpelación de ERC al Gobierno, también el pasado diciembre. En su debate, en el hemiciclo, el portavoz republicano Joan Tardà leyó una carta de Oriol Junqueras desde la prisión, dirigida a Rajoy, en la que expresaba que «las diferencias deben resolverse dialogando». «Le emplazo a respetar el resultado y a implementarlo de mutuo acuerdo», concluía la misiva.
Aunque el sentido de voto en el próximo pleno aún no ha sido consensuado, ambos partidos mayoritarios sí expresan sus recelos por la moción, que llega en un momento de máxima incertidumbre sobre los planes independentistas. Este mismo jueves, el presidente del Parlament Roger Torrent reiteró que Carles Puigdemont «es y será el candidato a la investidura» y que «la sesión se celebrará cuando sea efectiva y estén aseguradas todas las garantías».
Entre los ‘populares’ hablan de una «moción-trampa», y recuerdan que anteriores ofertas de diálogo por parte de los republicanos acabaron en la celebración de un referéndum ilegal, por el que ahora están procesados. En el Gobierno sí han aceptado el diálogo con el nuevo gobierno catalán, aún siendo independentista, pero siempre y cuando se retorne a la legalidad.
Los socialistas también expresan sus discrepancias, pese a que el partido ha defendido la vía del diálogo como prioritaria en las relaciones con los dirigentes catalanes.