La policía de Pamplona superada por el aumento de graves delitos cometidos por menores tutelados
Los responsables policiales han pedido que la Junta de Seguridad prepare un plan conjunto tras dispararse el número de robos y agresiones
Un joven agredido por un mena la noche de Fin de Año en la capital navarra ha perdido la visión de un ojo por la paliza que recibió
Navarra en general y Pamplona en particular vienen sufriendo una ola de acontecimientos delictivos violentos que está poniendo al límite la capacidad de respuesta de las policías que actúan en territorio foral. La situación ha llevado a que incluso el alcalde de Pamplona haga un llamamiento público al Gobierno Foral para que ejerza mayor control sobre los menores extranjeros tutelados por el Ejecutivo de María Chivite. Fuentes policiales aseguran que gran parte de los delitos que más alarma están provocando en Pamplona los cometen estos menores, algo que no acepta la Consejería de Derechos Sociales.
La pasada Nochevieja un joven de 21 años fue asaltado en las calles de Pamplona por parte de un agresor que pretendía robarle. El joven opuso resistencia y la reacción de su agresor fue extremadamente violenta, propinándole una brutal paliza que ha tenido fatales consecuencias. El chico ha perdido la visión de un ojo y la Policía trata de dar con el agresor para detenerlo por agresión, robo y lesiones. Saben que se trata de un menor tutelado. De hecho, fuentes policiales pamplonicas han confirmado a OKDIARIO que aquella misma noche hubo varias detenciones por hechos similares, pero con consecuencias menos graves. La mayoría de los detenidos también eran menas.
Para ilustrar esta noticia este periódico ha usado un vídeo grabado a principios de esta misma semana en una céntrica plaza de Pamplona, en la que se ve cómo varias dotaciones policiales tienen que emplearse a fondo para detener a varias personas tras un robo cometido en un local de la ciudad. Escenas como la citada y otros episodios violentos han llevado al alcalde de la ciudad a hacer un llamamiento público al Gobierno autonómico, responsable de la tutela de estos menores y de su seguimiento una vez que por edad abandonan los centros de acogida.
«Situaciones de inseguridad»
El alcalde de la ciudad, Enrique Maya, asegura que pese a que “Pamplona es una ciudad segura es evidente que están aumentando las situaciones de inseguridad (…) se trata de un problema serio y no nos podemos andar con medias tintas”. Maya cree que el Gobierno de Chivite debe tomar cartas en el asunto al ser responsable de la custodia de estos menores, pero consciente de la falta de actitud por parte del Departamento autonómico de Derechos Sociales, quienes directamente niegan la existencia del problema, ha exigido una reunión con la Junta de Seguridad. La Policía Local de Pamplona, la Policía Nacional, la Guardia Civil y representantes del ámbito judicial preparan ya un plan de respuesta conjunta ante el deterioro de la seguridad en la ciudad.
Desafortunadamente, el alcalde de Pamplona no tiene que lamentar sólo los hechos ocurridos en Nochevieja. Días antes, el 23 de diciembre, otro joven, en este caso un menor de 17 años, fue asaltado por una docena de menas en las calles de Pamplona. Lo primero que le preguntaron fue si llevaba dinero encima y casi cuando no había respondido le cayó una lluvia de golpes. El chico acabó en el hospital con la nariz y uno de los pómulos rotos.
Este incidente llegó pese a un refuerzo de la vigilancia en la zona en la que el chico fue asaltado. Un dispositivo en el que participaron todos los cuerpos policiales con presencia en Pamplona. Las cifras de aquel operativo son inasumibles para una localidad del tamaño de la pamplonica: casi 60 detenidos en un puñado de calles, todos ellos dedicados a intimidar y a robar a viandantes. Los detenidos fueron menas y miembros de bandas latinas.
Pero más allá de Pamplona otros vecinos navarros han experimentado un deterioro de la seguridad de las localidades en las que residen y que ellos mismos vinculan a la presencia de centros de acogida de menores tutelados por el Gobierno navarro. Es el caso de Marcilla, una localidad a 60 kilómetros de Pamplona y en la que se ubica uno de esos centros. Sus vecinos, menos de 3.000, están desesperados, porque desde finales del año pasado denuncian un aumento de hechos delictivos y sensación de inseguridad sin precedentes: robos en cajeros, hurtos de teléfonos, peleas en locales y episodios de acoso a mujeres del pueblo desesperan a los vecinos, quienes atribuyen el origen de sus problemas a un centro de menores abierto en su pueblo desde hace tres años.
¿Y qué dice el Gobierno de Navarra? Ellos no ven el problema con los menores tutelados, al menos eso se desprende de un comunicado divulgado a través de la agencia EFE por la consejera de Derechos Sociales, Carmen Maeztu: «Tenemos un compromiso expreso de no recurrir a discursos estigmatizantes y criminalizadores (…) Los delitos los cometen las personas concretas no los colectivos o grupos sociales. Nadie entendería que se diga que las y los navarros cometemos delitos por el hecho de que algún navarro lo haga».