Nueva fiscal general

Peramato contra los díscolos: «También en la Fiscalía cuecen habas, hay contrarios a la lucha antimachista»

La futura fiscal general alerta sobre resistencias internas a la lucha contra la violencia de género

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Teresa Peramato, nueva fiscal general del Estado propuesta por el Gobierno, ha criticado abiertamente que dentro de la Fiscalía existen «mentalidades contrarias a la lucha contra la violencia machista». La advertencia fue realizada durante unas jornadas sobre violencia vicaria en los cursos de verano de la Universidad Complutense.

«En todas las cocinas cuecen habas y también en Fiscalía hay mentalidades contrarias a la lucha contra esta violencia», afirmó Peramato durante su intervención en un curso organizado por la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género en verano. La futura fiscal general fue tajante al señalar las carencias del sistema. «Con formación es muy difícil cambiar mentalidades», esgrimió.

Peramato explicó que de los 2.600 fiscales que hay en España, sólo 54 están dedicados en exclusividad a la violencia de género. Si se suman los que trabajan en las secciones especializadas, no llegan a 200 profesionales. «El resto van interviniendo en los juzgados de guardia, en los juzgados de violencia para cubrir las ausencias a las que no podemos llegar los especialistas», lamenta.

En esas jornadas también participaron varias magistradas que compartieron sus vivencias en los juzgados en relación con la violencia machista. Una de ellas alertó sobre la invisibilización de la violencia vicaria en los procedimientos judiciales. «No tengo absolutamente ninguna sentencia de ningún juzgado de lo penal ni de la audiencia provincial que condene por violencia vicaria penalmente», reconoció una.

En ese foro Peramato recordó las múltiples herramientas legales disponibles que no siempre se utilizan adecuadamente. Destacó la reforma de la orden de protección de 2021, que establece que «desde el momento que haya indicios de cualquier manifestación de violencia de género y la violencia vicaria es violencia de género, no se puede acordar un régimen de visitas a favor del maltratador».

La fiscal remarcó la importancia de la coordinación entre la vía penal y civil. «No solamente la protección previa es importante, sino que es fundamental evitar espacios de impunidad», dijo. «Los espacios de impunidad refuerzan al agresor en su posición de dominio, de control y de violencia y ponen a las víctimas en una situación de mayor vulnerabilidad», agregó.

Desde la Fiscalía de Sala de Violencia contra la Mujer, que Peramato lideró hasta marzo, se ha realizado «un ejercicio constante» con todos los fiscales del territorio para implementar criterios de actuación.

«No me juego la mano»

Sin embargo, la fiscal ha reconocido que la aplicación de las normas contra los padres maltratadores no es homogénea. «¿Se están aplicando el 100%? Yo no pongo la mano en el fuego ni por mí misma porque me podría confundir y cometer algún error seguro», ha admitido con honestidad.

Peramato ha reivindicado la necesidad de más recursos: «Necesitamos más fiscales, necesitamos más fiscales especialistas y también necesitamos que los órganos judiciales estén dotados verdaderamente de profesionales, magistrados y de otros profesionales con esa formación completa».

La moderadora de la mesa, Esther Erice, vocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y entonces presidenta del Observatorio de Violencia Doméstica y de Género, cerró la jornada con una reflexión: «Necesitamos un impulso para que no sólo dependa de las muy loables posiciones de profesionales, sino que sea algo generalizado y asumido».

El nombramiento de Peramato como fiscal general llega un día después de que Álvaro García Ortiz presentara su renuncia tras ser condenado por el Tribunal Supremo a dos años de inhabilitación por revelación de secretos.

Peramato, de 60 años, es licenciada en Derecho por la Universidad de Salamanca e ingresó en la carrera fiscal en 1990. Es considerada «una de las grandes impulsoras» de la especialización judicial en violencia de género. En su pasado está su mancha de avalar, cuando ya estaba en vigor, la Ley Montero que excarceló a decenas de violadores.

Su trayectoria incluye haber sido fiscal delegada de la Sección de Violencia Sobre la Mujer en Madrid en 2005, miembro del Grupo de Expertos del Observatorio Estatal de Violencia contra la Mujer y fiscal de Sala contra la Violencia sobre la Mujer entre 2021 y 2025. Como sus antecesores García Ortiz y Dolores Delgado, Peramato proviene de la Unión Progresista de Fiscales, de la que fue presidenta.

La advertencia de Peramato sobre las resistencias internas en la Fiscalía apunta a que su mandato no será complaciente. Como ella misma ha sentenciado: «Para luchar y para vencer a los maltratadores necesitamos formación, sensibilidad, empatizar con las víctimas, ponernos en el sitio de las víctimas, pero sobre todo dedicación, dedicación y dedicación exclusiva a la violencia sobre la mujer».

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