Inmigración ilegal

Una pelea entre inmigrantes ilegales destroza el hotel que aloja a 300 ‘menas’ en Canarias

Cristales rotos, electrodomésticos destrozados, mobiliario destrozado. La última gran pelea entre menores no acompañados acaba con cuatro detenidos. En comisaría averiguaron que uno de ellos es mayor de edad.

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Alfonso Egea
  • Alfonso Egea
  • Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.

Desde el pasado fin de semana vienen produciéndose al sur de Gran Canaria diversos altercados que han acabado  en denuncias y detenciones cuyos protagonistas están siendo los inmigrantes ilegales llegados a las Islas durante la crisis migratoria. El último y más grave de estos episodios ha sido inmortalizado en vídeos y fotografías que muestran la violencia de quienes el Gobierno de España, a través de los ministerios de Migraciones y el de Interior, mantiene alojados en varios complejos hoteleros y campamentos de la isla. Concretamente la situación de los ‘menas’, los menores no acompañados es la que más preocupa por la reiteración de episodios violentos que rodea a este colectivo.

Uno de estos hoteles está siendo lugar habitual de escaramuzas y hechos más o menos violentos durante los últimos meses, pero lo que sucedió la noche del pasado lunes día 8 ya ha pasado de castaño a oscuro. OKDIARIO ha tenido acceso a varios vídeos y fotografías de una enorme pelea entre los inmigrantes que ocupan el establecimiento turístico enclavado en la zona de Puerto Rico, y el escenario que quedó tras la intervención policial es literalmente el de una batalla campal.

Pero vamos por partes. Las imágenes que acompañan este artículo se corresponden a un complejo de apartamentos localizado en el municipio de Mogán, sí, el mismo en el que se encuentra el puerto de Arguineguín, lugar de llegada de las embarcaciones con inmigrantes ilegales. Este complejo en concreto está dedicado exclusivamente al alojamiento de ‘menas’, menores no acompañados, por lo que todo lo que se ve en las imágenes y lo que relatan los testigos debería haber sido protagonizado por menores de edad. O tal vez no. Lo veremos más adelante porque uno de los graves problemas de seguridad que vienen denunciando fuentes policiales en Canarias en la incapacidad de separar inmigrantes adultos de menores. ¿Y esto es importante? Mucho. Para empezar los centros en los que hay menores están custodiados por educadores y trabajadores sociales. Sin embargo, los campamentos u hoteles con adultos están vigilados por policías o guardias civiles. Y obviamente una cosa no es igual que la otra, sobre todo en términos de capacidad de respuesta ante un disturbio como el ocurrido el lunes por la noche.

300 ‘menas’ alojados

Al parecer en el complejo, que está lleno hasta la bandera y en cuyo interior los inmigrantes ilegales se reparten en pequeños grupos en cada uno de los apartamentos, el lunes comenzó una discusión entre dos grupos personas en su interior. Fuentes policiales explican que en todos los apartamentos y habitaciones de este complejo hay repartidos 300 inmigrantes ilegales. En los últimos días el ambiente ha estado más enrarecido de lo normal después de haberse producido varias peleas entre los residentes, amenazas y agresiones contra los educadores e incluso una amenaza muy grave por parte de uno de los ‘menas’ a un vigilante de seguridad al que se dirigió en actitud violenta con un cuchillo en la mano.

El lunes los educadores del centro acudieron a una de las plantas del complejo alertados por el ruido de cristales rotos y los gritos de los menores. Al llegar al lugar del escándalo se encontraron el pasillo lleno de personas que se abultaban en torno a dos puertas de dos apartamentos que estaban al final de uno de los pasillos. En uno de los vídeos puede apreciarse como uno de los inmigrantes alojados en los apartamentos golpea a patadas una y otra vez una de las puertas con la firme intención de echarla abajo. Entra en escena entonces otro de los inmigrantes ilegales, que sale de la habitación, a la que pretendían entrar los otros, con lo que parece una pieza de loza en sus manos, seguramente desprendida de un lavabo o un inodoro, con la que comenzó a amenazar a los que estaban en el pasillo.

Mientras tanto, en el exterior del hotel, comienzan a tomar posiciones los agentes de la Guardia Civil, a los que los vecinos y educadores del lugar ya han avisado del problema, y sabedores de donde van llegan pertrechados con vestimenta y material antidisturbios. Los vecinos del barrio, sí, porque el apartahotel está rodeado de viviendas particulares, también saben lo que va a pasar, así que alguno se aventura incluso a salir de su casa para cambiar su coche de sitio por si acaso.

La pelea sube de tono dentro y los que no participan en ella se agolpan en los balcones para recibir a la Guardia Civil como vienen haciendo cada vez que son llamados a la zona: tirándoles objetos y mobiliario. Como no podía ser de otra manera los agentes lograron entrar, sofocaron la pelea y detuvieron a cuatro personas, cuatro ‘menas’, o eso creían ellos porque al menos de uno pudieron confirmar su edad, y de menor d edad no tiene nada, por eso está en los calabozos pendiente de ir al juzgado.

Con las primeras luces del día las fotos pudieron dar fe del rastro de la violenta pelea e hicieron varias fotos: electrodomésticos destrozados, baños completamente arrasados, mobiliario reventado y cristales rotos por doquier. Las asociaciones de guardias civiles piden refuerzos y que las unidades trasladadas fuera de la isla regresen para dar apoyo en estas situaciones. La Delegación del Gobierno en Canarias dice que no, que no hay una situación de inseguridad que lo justifique. Las imágenes y los testimonios dicen lo contrario.

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