Sánchez ha rechazado 11 veces reformas legales del PP frente al caos del fin del estado de alarma
Pedro Sánchez ha generado el caos en las calles tras la desaparición del estado de alarma porque ha querido, ya que el PP de Pablo Casado ha trasladado hasta 11 veces propuestas para evitar el actual descontrol frente al Covid. Y las 11 veces han sido tumbadas por la voz al unísono del PSOE y Podemos.
El primer ofrecimiento formal de una reforma conjunta para poder limitar el derecho fundamental de la movilidad sin tener que recurrir al estado de alarma de forma generalizada fue comunicado por Pablo Casado a Pedro Sánchez el ya lejano 6 de abril de 2020. La propuesta incluía el ofrecimiento de una tramitación por procedimiento de urgencia para evitar una desescalada descontrolada, ya de cara a junio del año pasado. Hay que recordar que llegado el 20 de junio de 2020, Sánchez anunció ya el fin de todas las medidas porque, según él, habíamos «vencido al virus». Hace casi un año en estos momentos.
El segundo ofrecimiento de Pablo Casado a Pedro Sánchez llegó un 12 de mayo. En esta ocasión, la oferta incluyó la especificación de un procedimiento acelerado con “lectura única para que en 15 ó 20 días la norma estuviera operativa”. Les dio igual a Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.
El 25 de mayo llegó la tercera mano tendida, bajo nombre de “desescalada jurídica”; el 15 de junio la cuarta ocasión de pacto -recibió entonces el nombre de Plan B Jurídico contra el Covid-; y el 27 de julio, la quinta posibilidad de haber contado con el voto del PP con tal de haber preparado el terreno legislativo para el recorte de derechos fundamentales sin llegar al nivel del estado de alarma y con el objetivo de poder dotar a las comunidades autónomas de herramientas jurídicas para combatir el coronavirus. Justo el escenario que vive España en estos momentos.
El 25 de agosto se repitió la escena. En esta ocasión, la sexta, el ofrecimiento especificó el rango de ley orgánica y la ley a reforma: la 3/1986 de medidas especiales en materia de salud.
El 26 de octubre, Pablo Casado volvió a la carga con Pedro Sánchez, eso sí, con idéntico resultado: el desprecio más absoluto de la izquierda. Y eso que ya era la séptima oferta de pacto y volvía la escalada de la enfermedad tras el paso de un verano sin excesivo control.
El 9 de abril de 2021 volvió a vislumbrar las ofertas del PP: era ya la octava vez que se ofrecía la mano tendida al PSOE para preparar el terreno legislativo para las pandemias.
El 14 de abril: la novena.
El 22 de abril: la décima.
Y el 10 de mayo recién pasado: la undécima.
Once ofrecimientos para evitar lo que se ve estos días en la calle: caos y descontrol tras el fin del estado de alarma que amparaba jurídicamente los toques de queda nocturnos.
Y once vueltas de espalda de quien ahora filtra que el problema es que la oposición no estaba dispuesta a responsabilizarse de la adopción de medidas contra el Covid. Hay que recordar que la transparencia, además, ha brillado por su ausencia: el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, decidió no hacer ningún tipo de comparecencia o intervención pública al término del estado de alarma que ha impuesto a los españoles durante los últimos seis meses.
Treinta comparecencias
Desde que decretara el primer estado de alarma en España el 14 de marzo de 2020 hasta este 9 de mayo de 2021, cuando ha concluido el segundo, Sánchez ha comparecido hasta en cerca de 30 ocasiones, sin contar las veces que lo ha tenido que hacer de forma obligada en el Congreso de los Diputados y en el Senado.
A los ya célebres Aló Presidente que se sucedieron durante los primeros meses de la crisis del coronavirus, se unieron también sus ruedas de prensa tras las sucesivas reuniones con los presidentes autonómicos, ruedas de prensa posteriores al Consejo de Ministros e intervenciones para informar sobre los planes de desescalada y de supuesta reactivación económica.
Pero ahora, el fin del estado de alarma se ha llevado a cabo sin realizar siquiera la rueda de prensa habitual al término de la cumbre social europea que se celebraba en Oporto (Portugal), algo inédito por parte de un presidente del Gobierno en la historia de este tipo de cumbres.