Sánchez quiere deshacerse de Podemos en la crisis que provocará tras la derrota del PSOE en Andalucía

Pedro Sánchez Podemos
Joan Guirado

Pedro Sánchez se prepara para prescindir de Podemos -que no de Unidas Podemos- en el Gobierno. El presidente hace meses que trabaja en este escenario, analizando los beneficios e inconvenientes, de ser él el que provoque su salida. Una crisis para adelgazar la estructura de cara a afrontar las generales del año que viene, reduciendo el número de carteras, como revulsivo tras el descalabro que prevén todas las encuestas en las elecciones andaluzas.

Aunque los podemitas han amenazado varias veces con salirse del Ejecutivo, cuando han querido demostrar su enfado por tener que tragar con decisiones que no compartían, nunca han ejecutado su amenaza. Ahora una remodelación del gabinete que adelgace la administración del Estado, la mayor de nuestra historia democrática, es la excusa perfecta para deshacerse del lastre de Podemos -Ione Belarra e Irene Montero-. Se lo exigen los barones de su partido de cara a afrontar con garantías un 2023 con muchas citas electorales.

De forma indirecta, Sánchez, les haría el trabajo sucio a Yolanda Díaz y Alberto Garzón -que sí seguirían manteniendo la confianza del presidente- de romper con los morados. Ambos, junto a Iñigo Errejón, preparan una nueva candidatura política en la que los actuales dirigentes de Podemos no tienen hueco. La gran duda, si ocurre esto, es cómo va a seguir gobernando, ya que pese a la gran división que hay en el seno del grupo parlamentario de Unidas Podemos entre partidarios de Belarra y de Díaz la mitad, unos 18, siguen bajo las órdenes de la organización morada. Y la coalición no está para desdeñar un solo voto.

La remodelación del Gobierno, tal como avanzó este periódico el pasado mes de marzo, está prevista para este verano. Siempre después de la cumbre de la OTAN de finales de junio y del Debate del Estado de la Nación que se celebrará a principios de julio. En el entorno del presidente incluso señalan que podría retardarse hasta septiembre, coincidiendo con el inicio del nuevo curso escolar, y los trabajos para preparar un nuevo proyecto de Presupuestos Generales del Estado.

Para reducir el número de carteras prescindiendo de nombres como el de las dos ministras de Podemos, Belarra y Montero, el jefe del Ejecutivo también prevé volver a unir ministerios como antes de la creación de la estructura mastodóntica actual. Así, pues, Universidades podría volver a dirigir Ciencia e Innovación y Educación haría lo mismo con Cultura y Deportes. En Moncloa tampoco descartan juntar Economía con Hacienda, como en la época del PP y Defensa con Interior.

Estos cambios obligarán a Sánchez a prescindir también de varios ministros del PSOE. Los titulares de Interior y Defensa, Fernando Grande-Marlaska y Margarita Robles, la ministra de Transición Ecológica Teresa Ribera, el de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones José Luis Escrivá, la de Sanidad Carolina Darias, la de Ciencia e Innovación Diana Morant y el de Cultura y Deporte Miquel Iceta están en todas las quinielas. Algunos para irse a casa, por su gestión, y otros para optar a las alcaldías de Las Palmas, Valencia y Barcelona.

Interlocución

Una de los mejores indicadores de como está la relación entre Pedro Sánchez y Podemos es la nula interlocución que hay entre el PSOE y Podemos, o entre él y Ione Belarra. Los líderes socialista y podemita hace «meses que no se dirigen la palabra», según confirman fuentes del entorno de ambos a OKDIARIO. La única relación que hay se circunscribe al ámbito parlamentario entre los portavoces de ambos partidos, Héctor Gómez y Pablo Echenique.

A nivel gubernamental, la vía de diálogo que mantiene abierta Pedro Sánchez con Unidas Podemos es a través de Yolanda Díaz y esta -que no tiene una relación fluida con las ministras de Podemos- es la responsable de trasladarles las cosas. Aunque lo hace, según fuentes moradas, «de aquella manera», convirtiendo a la líder morada en la última en saber las cosas dentro del gabinete.

Pero es tal la tensión que se vive en el espacio político podemita que a menudo, cuando hay sobre la mesa leyes importantes o decisiones de gran calado, el ministro de turno tiene que descolgar el teléfono para informar de primera mano a Belarra y así evitar una nueva crisis pública y amplificada en los medios. José Manuel Albares, ministro de Exteriores, y Félix Bolaños, ministro de la Presidencia, son los que más descuelgan el teléfono para informarles de las novedades. Son los dos pretorianos de Sánchez.

Lo último en España

Últimas noticias