Sánchez e Iglesias se reunieron este martes para destensar su relación, como adelantó OKDIARIO
El encuentro es la antesala de una segunda cita la próxima semana para profundizar en el entendimiento entre PSOE y Podemos
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se han visto este martes, tal y como adelantó OKDIARIO. Los dos líderes tuvieron un encuentro en plena jornada de actos en recuerdo del 23-F y lo han aprovechado: el objetivo del encuentro ha sido destensar las relaciones entre ambas formaciones y discutir la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) que negocia en estos momentos el PSOE con el PP.
Es más, el encuentro es la antesala de una segunda cita la próxima semana para profundizar en el entendimiento entre las dos formaciones de cara a garantizar la continuidad del Gobierno socialcomunista.
La versión oficial deslizada por las dos formaciones apunta a que ambos líderes han mostrado su «confianza en que haya acuerdo en la renovación del Poder Judicial y en que no haya vetos». La referencia al veto alude al bloqueo del PP en la negociación del Poder Judicial de los dos jueces predilectos de Podemos: Victoria Rosell y José Ricardo de Prada.
El encuentro, de hecho, ha tenido como fruto la concertación de una segunda cita para continuar con el deshielo. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el vicepresidente segundo y líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, volverán a reunirse la próxima semana para seguir con la operación de destensado de las relaciones internas entre PSOE y Podemos dentro del Gobierno de coalición. El día exacto de esta segunda cita aún está por definir, porque, según fuentes conocedoras de las reuniones «no se quiere poner el foco en los encuentros para no generar más presión mediática».
Relajar las críticas a Podemos
Este primer encuentro, de hecho, ha confirmado una línea ya imperante en el PSOE. Y es que el propio Pedro Sánchez ha pedido a sus cargos que relajen las críticas a la formación morada. El mensaje, de hecho, se convertía en «aguantar y resistir». Un mensaje que Pedro Sánchez ha trasladado a los dirigentes, barones y cuadros del PSOE para aguantar los desplantes, deslealtades y ataques que reciben casi a diario de parte de sus socios de Podemos. El presidente asume que los morados no van a cambiar su forma de actuar y anima a los suyos a «convivir con su confrontación». Así lo trasladó este pasado lunes a la Ejecutiva Federal de los socialistas.
La estrategia del jefe del Ejecutivo es clara: por ahora silenciar las críticas y dejar que sean los morados los que queden en evidencia y se desgasten. Y, sobre todo, que ese ejemplo de relajación sirva para terminar de convencer a Podemos de que el camino debe ser la prolongación del Gobierno y no su puesta en peligro.
Sánchez no va a mover otra ficha. Pese a las exigencias dentro de sus filas de acelerar la salida de Podemos del Ejecutivo, sobre todo después del cuestionamiento de la democracia española por parte de Pablo Iglesias o Pablo Echenique, el líder socialista aguantará. Paralelamente quiere que los suyos dediquen su tiempo a proclamar las bondades del Gobierno y vendan la acción gubernamental.
En Ferraz y en Moncloa son conscientes de que los morados son los que más se desgastan formando parte del Gabinete ministerial. Aunque algunas de sus salidas de tono pueden afectar también a los socialistas, la incidencia sobre los hombres de Sánchez, aseguran, es mínima. Sin embargo la defensa de unas posturas radicales y hasta violentas en la calle, y el tener que asumir un doble discurso dentro del Gobierno, apuntan, «aleja a Podemos cada vez más del puritanismo que defienden». Y de su electorado.
Uno de los ministros de la bancada socialista resume la situación que viven los morados con un nítido «no pueden ser pueblo y poder». Lo dice tras los reproches por la actuación policial en las protestas por Pablo Hasél, aunque en la Ejecutiva el presidente evitó desautorizar a sus socios para no echar más gasolina al fuego. Otros dirigentes critican a sus socios por «hacer oposición desde dentro del Gobierno» con el desgaste que eso supone para la imagen de España. Es una de las cosas que más incomodan en Ferraz y por la que a diario le piden a Pedro Sánchez mano dura contra Podemos.
El presidente, cada vez más cansado y disgustado con los de Pablo Iglesias, de momento hace oídos sordos a las exigencias de dirigentes y barones socialistas. Pero algo ha cambiado. Si hasta hace poco defendía a capa y espada la relación con Podemos, ahora ya no es así. Continúa apostando por ella pero, si por algún motivo, se acaba rompiendo, recompondrá el gabinete con miembros únicamente del PSOE.