Revueltas violentas en Cataluña

La Generalitat planea blindar los cristales de comisarías de Mossos ante la «nueva realidad social»

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Pelayo Barro

La Generalitat catalana tiene previsto reforzar la seguridad de las comisarías de los Mossos d’Esquadra, uno de los objetivos de los ultras tal y como se pudo comprobar en las violentas algaradas callejeras de las últimas semanas. Un mando del cuerpo policial autonómico lo ha explicado así: «Si es un problema de vandalismo contra los vidrios, habrá que blindarlos» para «adaptarlos a la nueva realidad social» de las calles de Cataluña.

Los violentos en Cataluña se lanzan al asalto de comisarías, tratan de prender fuego a vehículos policiales con agentes dentro… y la respuesta de la Generalitat es blindar los cristales. Así ha asumido el Gobierno catalán la «nueva realidad social» a la que se enfrentan los agentes autonómicos que prestan servicio en Cataluña. Un nuevo escenario del que son partícipes grupos anarquistas venidos desde otros países, como demuestra la detención de seis antisistema italianos por la quema del furgón de la Guardia Urbana con un agente dentro del pasado fin de semana.

El asunto está sobre la mesa de la Conselleria de Interior, que ya valora un refuerzo sustancial de la seguridad en los centros e instalaciones policiales de toda Cataluña, tras convertirse estos en puntos prioritarios de ataque por parte de las hordas de ultras que campan en las últimas semanas por la región. De fondo están las imágenes del intento de asalto a una comisaría en Vic (Barcelona), que se saldó con numerosos heridos entre los agentes y cuantiosos daños materiales.

Por este tema ha sido preguntado Joan Carles Molinero, el comisario portavoz de los Mossos d’Esquadra y mano derecha del jefe policial Jose Luis Trapero, durante una entrevista en el programa ‘Basics’ del canal ‘Beteve’.

«No estamos hablando, ni mucho menos, de ‘bunkerizar’ las comisarías de los Mossos, pero sí que evidentemente el formato con el que se diseñaron en su momento las comisarías lo tendremos que revisar y adaptar a la nueva realidad social», ha asegurado Molinero, en línea con lo planteado por el departamento de seguridad catalán.

«Si es un problema de vandalización de los vidrios, tendremos que cambiar el formato de los vidrios y colocar un sistema de blindaje diferente del que tenemos en estos momentos», ha admitido.

Unas palabras que han causado gran estupor entre los miembros de la policía autonómica, que entienden que la respuesta ante el problema de la violencia «no debería quedarse en encerrar a los mossos en comisarías mejor preparados contra un asalto, sino en detener y llevar ante la Justicia a los asaltantes», valoran agentes del Cuerpo a OKDIARIO, que recuerdan que las órdenes que reciben estos días generalizan el hecho de no proceder a identificar a los cabecillas de estas revueltas.

Reunión con Trapero

Este asunto estuvo sobre la mesa de la reunión que ha mantenido el mayor de los Mossos  d’Esquadra, Josep Lluís Trapero, con más de 200 mandos policiales en el  complejo central Egara de la policía catalana, en Sabadell (Barcelona). La primera vez que el jefe del cuerpo policial reúne a sus mandos oficialmente para analizar el clima de violencia que reina en Cataluña en el marco de las protestas contra el encarcelamiento del rapero Pablo Hasél.

En esa reunión se han analizado las «lecciones aprendidas» de los altercados ocurridos en Cataluña desde el pasado 16 de febrero y se ha establecido una serie de medidas de actuación de cara a futuros episodios violentos como los vividos. Entre ellos, el refuerzo de las comisarías para evitar escenas como las vistas en las últimas semanas.

Esta reunión del mayor Trapero con mandos policiales se ha producido un día después de la cumbre de urgencia que mantuvieron el Govern y el Ayuntamiento de Barcelona tras los graves altercados del sábado, en los que los manifestantes prendieron fuego a una furgoneta de la Guardia Urbana con un agente en su interior, y después de la reunión de ayer tarde entre el conseller de Interior, Miquel Sàmper, y los alcaldes de municipios afectados por la violencia.

En cambio, desde las fuerzas políticas mayoritarias se insiste en señalar a los propios agentes como causantes de la situación de violencia actual, como ha hecho ERC. Han exigido una ‘caza de brujas’ entre los agentes para detectar abusos de poder y extralimitaciones en sus funciones, mientras ni siquiera han condenado la violencia callejera.

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