Fuga de Puigdemont

Los Mossos apuntan a Marlaska: una instrucción de Interior impidió detener a Puigdemont antes de la fuga

El informe remitido al juez del Supremo, Pablo Llarena, se refiere al Ministerio del Interior

Mossos Puigdemont
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

Los Mossos han informado al juez del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, que la detención de Carles Puigdemont mientras pronunciaba su mitin en Barcelona, el pasado 8 de agosto, no fue posible por una instrucción del Ministerio del Interior. Se trata de un detalle del informe remitido por la Policía catalana al magistrado, en el que, asimismo, admiten errores en el dispositivo, que no anticipó la fuga del ex presidente separatista.

En concreto, los Mossos se remiten a Interior, responsabilizándole indirectamente de la huida. Cabe recordar que Puigdemont reapareció en Barcelona en un escenario montado por su partido, Junts, en el Arco del Triunfo. Allí pronunció un discurso ante sus simpatizantes y después, en lugar de desplazarse hacia el Parlament para asistir a la investidura de Salvador Illa, decidió darse a la fuga.

«La detención del señor Puigdemont se planificó atendiendo a los criterios policiales básicos de congruencia, oportunidad y proporcionalidad. Tal y como establece el conjunto del ordenamiento jurídico y más concretamente la Instrucción número 1/2024 de la Secretaría de Estado de Seguridad por la que se aprueba el Procedimiento integral de la detención policial», destacan los Mossos en el documento remitido al Supremo.

Así, prosiguen, «el operativo de detención partía de la premisa de llevarla a cabo en el momento más congruente, más oportuno y más proporcional, que en ningún caso se correspondía, según la planificación, en la fase inicial de su posible presencia en el paseo Lluís Companys por razones de contexto y presencia de movilización ciudadana y de autoridades dirigidas a dar al señor Puigdemont protección física».

La Policía autonómica sigue apuntando así a Interior: «Tal y como se recoge en el artículo 3.4 de la Instrucción 1/2024, siempre que para efectuar la detención se requiera del empleo de la fuerza, los/las agentes deben asegurarse que la intensidad y el medio utilizado son los más idóneos y adecuados». En consecuencia, «se valoró que no era congruente, oportuno y proporcional realizar una actuación policial mediante el empleo de la fuerza en esa zona y se decidió esperar, según lo planeado, a que el señor Puigdemont se dirigiera al Parlament de Cataluña». Como es sabido, Puigdemont nunca hizo ese recorrido, y se dio a la fuga.

Errores

El informe entregado al juez hace autocrítica de la cadena de errores que desembocó en esa huida. De hecho, admiten incluso que la fuga no estaba prevista y, por tanto, no había un operativo previsto para evitarla. Por el contrario, se destinaron abundantes esfuerzos a vigilar los alrededores del Parlament, por donde presuponían aparecería el ex presidente independentista. Los Mossos, como reveló OKDIARIO, llegaron incluso a reservar habitaciones de hotel en Madrid para los policías encargados del traslado.

«Se habían preparado los vehículos que debían trasladar al señor Puigdemont en un eventual viaje a Madrid para ser puesto a disposición del Tribunal Supremo, si así fuese acordado por la autoridad judicial. Este traslado también debía realizarse en un vehículo no logotipado por parte de efectivos de la Comisaría General de Información, acompañado de dos vehículos del Grupo Especial de Intervención. Se tramitaron las correspondientes peticiones para desplazar efectivos armados de los Mossos fuera del territorio catalán, y se reservaron habitaciones de hotel en Madrid para que pudieran descansar los efectivos policiales encargados del traslado a Madrid, una vez que el detenido hubiera sido puesto a disposición del Tribunal Supremo», se recoge en el informe.

El juez Llarena solicitó a los Mossos y al Ministerio del Interior que informaran sobre el dispositivo policial desplegado por la Policía catalana en Barcelona el 8 de agosto y que tenía como objetivo cumplir con la orden de detención de Puigdemont, así como «sobre los elementos que determinaron su fracaso desde un aspecto técnico policial».

El departamento de Marlaska, por su parte, informó a Llarena que su operativo no había detectado «en momento alguno» a Puigdemont y reconoció que se activaron «recursos extraordinarios» cuando ya se había dado a la fuga.

Otro de los puntos más llamativos del informe de los Mossos es el que relata cómo se confundieron en el modelo del vehículo en el que Puigdemont huyó de la zona. Así, cuentan por ejemplo, que el único agente que le seguía no pudo comunicar su posición, mientras que los demás se centraron en la comitiva que iba hacia el Parlament.

El mosso empezó a correr tras el vehículo en el que iba el ex presidente catalán, que perdió de vista en un cambio de semáforo.

Durante la persecución, el agente trasladó a su superior que era un Peugeot, en vez de un Honda, y aportó dos matrículas al no poder apreciar uno de los números de la placa con claridad. El informe atribuye esa confusión a «la tensión del momento y por el hecho de que el agente se encontraba corriendo tras el vehículo».

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