Mohamed VI se la juega a Sánchez: se alía con Macron para el proyecto de hidrógeno verde que le prometió
Empresas francesas pondrán en marcha el megaparque eólico y solar clave para producir hidrógeno verde
El Gobierno de Pedro Sánchez se ha llevado un revés con la última de las alianzas firmadas por Marruecos y Francia: la construcción, próxima al Sáhara, de una enorme instalación de energía solar y eólica que asegurará el suministro eléctrico a la futura planta de producción de hidrógeno verde. El combustible que la UE señala como clave en futuras décadas y del que España busca ser potencia mundial. Mohamed VI y Sánchez habían pactado ser socios en el proyecto, pero finalmente serán competidores.
Fuentes diplomáticas españolas señalan que este acuerdo estratégico entre Marruecos y Francia supone un golpe importante para las aspiraciones de España de convertirse -de la mano de Rabat- en un productor de hidrógeno verde. España firmó, el pasado mes de octubre, cuatro acuerdos con Marruecos en este sentido durante la Cumbre del Hidrógeno Verde. Sin embargo, el proyecto clave ha terminado yendo a empresas francesas y danesas.
El hidrógeno verde es una energía que, a día de hoy, es minoritaria, ya que su alto coste de producción la deja fuera de la competencia con otras renovables. Sin embargo, se calcula que a partir de 2025 podría alcanzar el umbral de la rentabilidad y, a partir de ahí, comenzar a ser factible como alternativa. Especialmente para las industrias intensivas, a las que Bruselas ha impuesto el Pacto Verde que les obliga a reducir drásticamente sus emisiones.
Marruecos ha firmado con la multinacional francesa Total Energies y con dos empresas danesas la creación de un gran parque solar y eólico para generar 1.000 megavatios, potencia necesaria para iniciar la producción de hidrógeno verde a gran escala. La megaplanta estará situada en una provincia limítrofe con el Sáhara Occidental.
Rabat ha dejado constancia de que la decisión cuenta con el respaldo de la monarquía marroquí. En la nota de anuncio incluyen la frase «bajo la presidencia de Su Majestad el Rey Mohammed VI de Marruecos y de Emmanuel Macron, Presidente de la República Francesa». «Marruecos deja bien claro que esto es un asunto de interés estratégico nacional y que su socio en esta aventura es Francia, es un mensaje a Sánchez», señalan las fuentes diplomáticas consultadas por OKDIARIO.
España, explican, contaba con participar en ese proyecto para que ambos países formasen una alianza de cara a producir hidrógeno verde, pero las paces entre Rabat y París han provocado que el acuerdo se incline hacia Francia.
Según describe un memorando del ICEX sobre las previsiones de negocio para empresas españolas del sector, «el gran potencial de generación de energía renovable que ofrece Marruecos y la proximidad geográfica han atraído a numerosas empresas españolas de diversos tamaños». Sin embargo, se han quedado fuera del proyecto clave.
Sin aduanas en Ceuta y Melilla
Marruecos no tiene intención de abrir las aduanas de Ceuta y Melilla a corto ni medio plazo. Rabat sigue insistiendo en que hay complicaciones «técnicas» que impiden poner en marcha el proyecto, tras clausurar las aduanas de forma unilateral en 2018. Sin embargo, en el Ministerio de Exteriores relacionan la negativa de Marruecos con los acuerdos pesqueros y agrícolas que la justicia de la UE acaba de tumbar, reconociendo que Rabat no tiene el consentimiento del Sáhara Occidental para negociar en nombre del pueblo saharaui. Hasta que la UE no reconozca al Sáhara, Rabat hará lo mismo con la europeidad de Ceuta y Melilla.
La reapertura de las aduanas en Ceuta y Melilla tiene connotaciones mucho más allá de las económicas para ambas ciudades autónomas. Las tiene de forma definitiva en el terreno diplomático y geopolítico, ya que abrir puestos aduaneros supone reconocer de facto un territorio soberano de otro país. Y en el caso de Ceuta y Melilla, para Rabat, este es un asunto complejo.
Por ello, explican fuentes diplomáticas, desde Moncloa y Exteriores se entendía que abrir esas aduanas comerciales suponía un punto y aparte en las reivindicaciones territoriales de Marruecos sobre ambas ciudades. La decisión no acaba de producirse, y a Exteriores ya le ha llegado desde Rabat información sobre las causas de ese retraso sine die al proyecto: el enfado de Marruecos y de Mohamed VI con la decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) de tumbar los acuerdos pesqueros y agrícolas con Rabat. En la práctica, un revés para sus aspiraciones de soberanía sobre el Sáhara Occidental.
«Marruecos no tiene previsto dar ningún paso que suponga reconocer a Ceuta y Melilla como españolas, y, por tanto, europeas, hasta que no se arregle su problema con el acuerdo (pesquero y agrícola) y la Comisión admita productos del Sáhara como marroquíes», explican a OKDIARIO fuentes diplomáticas vinculadas directamente con el asunto aduanero. Y en ese proceso, dicen, «Marruecos espera compromiso total de España para que el futuro acuerdo se redacte en Bruselas de acuerdo a sus intereses».