Fuerzas Armadas españolas

Los militares se hartan de las acusaciones de ultraderecha de Podemos: «Es una caza de brujas»

Militares Podemos
240 militares participan en Andalucía en la Operación Baluarte.
Pelayo Barro

Desde la asociación profesional de suboficiales de las Fuerzas Armadas (ASFASPRO) han aprovechado la efeméride del 40 aniversario del golpe del 23-F para recordar el papel de los militares a la hora de frenar aquella sublevación de 1981, así como para mostrar su estupor e indignación con la comisión de investigación propuesta por ERC y Bildu y que cuenta con el apoyo decidido de Podemos para buscar vínculos de los militares españoles con la ultraderecha. «Es una caza de brujas», denuncian.

En medio del pulso que mantiene Podemos con la ministra de Defensa, Margarita Robles, a quien han convertido en el enemigo interno a batir dentro del Gobierno de coalición, los de Pablo Iglesias se han lanzado a relacionar a las Fuerzas Armadas españolas con la ultraderecha. Lo han hecho utilizando como pretexto el chat de militares retirados en el que se publicaron mensajes como que habría que «fusilar a 26 millones de españoles». De sus participantes, tan sólo una pequeña parte estuvó en activo, el resto tan sólo fueron alumnos de la Academia Militar en tiempos de Franco.

Sin embargo, eso le ha valido a Podemos como caballo de batalla para respaldar en el Congreso una comisión de investigación, a propuesta de sus socios ERC y EH Bildu, para relacionar a las Fuerzas Armadas actuales con la ultraderecha. Algo con lo que los militares se muestran profundamente indignados cuando recuerdan su vocación democrática.

«Hoy hace 40 años las Fuerzas Armadas pararon a los golpistas y aseguraron la democracia y desde entonces lo venimos haciendo. Paradójicamente, ahora de manera interesada se está achacando al personal militar males imaginarios que deforman la realidad atribuyéndonos la ideología que entonces se frenó», advierten desde ASFASPRO en una carta con motivo del 23F.

Achacan los ataques al crédito ganado por los militares durante la pandemia. «Un efecto colateral del Covid-19 ha sido que la ciudadanía tuviera la ocasión de comprobar directamente el trabajo y la valía de las Fuerzas Armadas, que desde el final del servicio militar obligatorio se habían ido convirtiendo en unas desconocidas para buena parte de la población. Los militares hemos estado, junto a otros colectivos, en el foco informativo y hemos recibido buenas palabras. Al mismo tiempo, las asociaciones militares hemos expuesto públicamente nuestros graves problemas profesionales, como llevamos haciendo desde hace años directamente a los grupos políticos, Senado, Congreso y al Ministerio de Defensa, con independencia de quien gobierne», recuerdan.

De héroes a villanos

«Con el cambio de año nos encontramos con un vuelco en la imagen del militar: de la noche a la mañana hemos pasado de ser héroes a villanos sin necesidad de prueba alguna. Ahora los militares somos presuntos franquistas, fascistas… Asistimos atónitos a la creación en el Congreso de una comisión para investigar si estamos penetrados por la extrema derecha y, por si fuera poco, la Subsecretaría de Defensa ha dictado una resolución para fomentar en los centros militares de enseñanza los valores constitucionales, cuando nadie que no sea profesional del Derecho estudia tanto la Constitución como los militares.

Sobre la comisión impulsada por ERC, Bildu y Podemos, aseguran que «persigue fantasmas» y que esa resolución está «vacía porque desde hace años en todos los planes de estudios militares figura el estudio de la Constitución y de sus valores. Dos decisiones que sólo sirven para dar pábulo a la imagen del militar faccioso y que crea sospechas infundadas sobre todos los militares», aseguran.

«Cuando nuestras reivindicaciones por el reconocimiento de nuestra carrera y por unas retribuciones dignas están llegando a la ciudadanía, de golpe y porrazo nuestra imagen pública se ve vilmente ensuciada y quien debería preocuparse por nuestras condiciones de trabajo abona las sospechas con acciones de cara a la galería».

«ASFASPRO rechaza categóricamente la burda táctica de crear una cortina de humo para desviar los graves y reales problemas de los militares profesionales: no son de carácter ideológico, puesto que demostramos día a día la más estricta neutralidad política, sino que nuestros problemas son, entre otros, la falta de reconocimiento a nuestra enseñanza de formación y el sufrir unas nóminas paupérrimas. Estos son nuestros problemas, y es indignante que se pretenda taparlos inventando males imaginarios», advierten.

Seguir con su misión

«Los hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas, que hemos estado y seguimos estando al pie del cañón durante la pandemia descontaminando, montando hospitales, custodiando cadáveres, rastreando enfermos con los servicios de salud… no nos merecemos esta campaña de desprestigio que pretende nuestro aislamiento social. Rechazamos las absurdas acusaciones veladas y todo tipo de caza de brujas».

«Exigimos el respeto que todo profesional merece, y seguiremos luchando por nuestros derechos profesionales, porque nuestra profesión es tan digna como cualquiera», concluye la carta.

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