La presidenta del Congreso, la socialista Meritxell Batet, ha evitado amonestar este jueves al portavoz de ERC, Gabriel Rufián, cuando en el debate parlamentario de Presupuestos ha llamado mentiroso al policía agredido por el ex diputado Alberto Rodríguez (Unidas Podemos) y ha atribuido así una presunta prevaricación al Tribunal Supremo, que condenó e inhabilitó a este individuo en una sentencia firme con hechos probados.
Así, durante su intervención en el Pleno, Rufián ha manifestado: «En un país en el que se le retira el acta de diputado a un diputado de izquierdas por la denuncia falsa, repito falsa, de un policía, mientras aún aquí en este país no se sabe quién es M. Rajoy, el miedo no sólo lo tenemos que tener nosotros». Unas graves acusaciones que han sido aplaudidas por la extrema izquierda del hemiciclo.
Tras el turno de Rufián, el portavoz adjunto de Ciudadanos, Edmundo Bal, abogado del Estado en situación de servicios especiales, ha pedido la palabra a Batet en virtud del artículo 103 del reglamento que se refiere a «proferir palabras o conceptos ofensivos contra el decoro de la Cámara y sus miembros y de instituciones del Estado, pero también cualquier otra persona o entidad». Tras ello, ha enfatizado que si Rufián «no estuviera amparo por el privilegio de inviolabilidad, esto sería un delito de calumnia, por acusar falsamente a alguien de cometer otro delito, de denuncia falsa, además de insinuar que el Tribunal Supremo ha debido prevaricar al aceptar esa denuncia» que el separatista ha calificado de «falsa».
El portavoz adjunto de Cs ha pedido a Batet que «le llamara al orden si lo tiene a bien». Este emplazamiento de Bal ha sido aplaudido no sólo por los diputados de Ciudadanos, sino también por miembros de bancadas de PP y Vox. Sin embargo, Batet ha declinado llamar al orden a su socio independentista y se la limitado a decir: «El señor Bal ha tenido oportunidad de hacer mención a aquello que le ha parecido ofensivo y así quedará reflejado en el Diario de Sesiones». Ninguna advertencia a Rufián y ninguna defensa de la Policía, por lo que ha sido abucheada por diputados de la Cámara. Incluso se ha escuchado decir a un parlamentario: «¡Ya está bien!». Otra vez el doble rasero de Batet y su torticero manejo del comodín de la libertad de expresión.