Más de 4.000 policías y guardias civiles están confinados por síntomas de coronavirus

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Carlos Cuesta

La Policía lleva avisando desde hace semanas de la situación de indefensión que sufre frente a la enfermedad por culpa de la falta de mascarillas y guantes. La Guardia Civil exactamente igual: ha tenido que operar sin las más mínimas medidas de protección frente al coronavirus. La triste consecuencia se ha materializado: fuentes policiales han confirmado a OKDIARIO que «más de 4.000 agentes de ambos cuerpos se encuentran en estos momentos en confinamiento por padecer síntomas del coronavirus».

Las mismas fuentes señalan que ni tan siquiera pueden saber cuántos de esos casos se corresponden en realidad con positivos en coronavirus «porque no nos están haciendo los test, con lo que no podemos certificar los casos totales de contagio real».

“Se ha tomado la decisión de mandar a sus casas confinados a todos los que tienen los síntomas. Porque, en caso contrario, el riesgo de contagio es aún más grave”, señalan las mismas fuentes.

Pero ellos mismos advierten de un grave problema: “Si sigue así la situación y continúan sin darnos medios de protección generalizados, va a acabar habiendo una falta de efectivos con los que poder hacer cumplir las medidas de confinamiento del estado de alarma”.

Lo cierto es que las cifras de bajas del personal absolutamente necesario para mantener los servicios mínimos en un momento de pandemia empiezan a ser preocupantes.

Este mismo martes por la mañana, el Gobierno confirmaba que el número de sanitarios contagiados por el virus se elevaba a 5.400, un 14% de todos los casos de contagio nacionales. Y a ese colectivo se suma ahora el de los policías y guardias civiles, igualmente rodeados por las bajas.

Sin material protector

En España, el número total de agentes de la Policía se eleva a 65.000. Y el de guardias civiles, a 84.000. El volumen es importante, “pero hay que tener en cuenta que las funciones no se limitan exclusivamente a patrullar las calles, que se opera respetando unos turnos y que, de seguir el ritmo de contagio, la cifra puede llegar a un volumen muy significativo del total de efectivos de los cuerpos”, señala una fuente de la Policía. Y lo cierto es que, en un estado de alarma, la función policial se convierte en absolutamente necesaria para mantener las restricciones y el orden público.

Todo esto, además, ocurre mientras el Gobierno asegura que ya no hay escasez de material protector, en contra de la evidencia y en contra de las quejas de la Policía, que no deja de dar muestras de que el Ministerio del Interior sólo les ha ido proporcionando mascarillas de protección frente al coronavirus para operaciones muy concretas y muy limitadas.

Una de las situaciones más paradójicas se produjo, de hecho, hace unas semanas, cuando el Ministerio de Fernando Grande-Marlaska remitió las indicaciones internas para que los agentes se defendieran del contagio del virus. Lo hizo por medio de una guía que exigía, de forma absolutamente generalizada, el uso de mascarillas: las mismas mascarillas que Interior no le proporciona a la Policía.

Fuentes policiales calificaron ya entonces la situación de “locura”. Y la misma situación se ha dado en la Guardia Civil, donde, no contentos con esa falta de material, han empezado las restricciones exigiendo incluso la identificación detallada del uso, nombre del guardia y motivo por el que se usan las mascarillas, guantes o botes de gel contra el virus. Una situación que está ya cosechando todo tipo de quejas de las asociaciones y sindicatos profesionales ante la indefensión de los dos cuerpos frente a la enfermedad.

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