Marlaska al rescate de Dina: ordena a la Policía bloquear todo material «hackeado» que revele la «vida sexual»

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Carlos Cuesta

En plena polémica por el contenido íntimo que esconde la tarjeta del móvil de Dina Bousselham, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha remitido una orden a la Policía Nacional en la que remarca la necesidad de bloquear todo material “hackeado” de dispositivos o terminales móviles que revele la “vida sexual”.

La orden ha sido remitida ya a los agentes. Y subraya la necesidad de controlar el “delito de descubrimiento y revelación de secretos”. En el texto aclaratorio para los policías se les señala que “dentro del tipo genérico recogido en este artículo conviene destacar aquellos comportamientos cometidos por medio de la Red y que reciben el nombre de intrusismo informático o “hacking”, consistentes en el acceso o interferencia no autorizados”. La definición incluye ya lo ocurrido con el móvil de Dina, cuya tarjeta fue extraída y acabó en manos de Pablo iglesias, tras pasar por un medio de comunicación que se la entregó al ahora vicepresidente pese a no ser el propietario ni del móvil, ni de la tarjeta.

El texto de la orden va a más y señala que las precauciones citadas se tendrán que disparar “especialmente cuando los datos obtenidos subrepticiamente revelen algún dato de carácter personal relacionado con ideología, creencias, salud, origen racial o vida sexual”. Y, tal y como ha reconocido el propio Pablo Iglesias, la tarjeta incluye contenidos “íntimos”.

La orden incluye toda una valoración filosófica para justificar estas precauciones. Destaca que “el artículo 1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos señala que: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados de razón y conciencia, tienen el deber de comportarse fraternalmente los unos con los otros”.

Aclara que «bajo esta premisa, la Constitución Española consagra en su artículo 1 como uno de los valores superiores del ordenamiento jurídico, y en el artículo 14 como un derecho fundamental, la igualdad”. Y añade que “a continuación, en su artículo 9, establece que “corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social”.

La orden subraya igualmente que “las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, en el cumplimiento de su mandato constitucional de protección del libre ejercicio de los derechos y libertades, tienen como guía permanente dichos valores fundamentales, máxime, si tenemos en cuenta que las conductas que atentan contra la igualdad, como los delitos de odio y la discriminación, ponen en serio peligro la normal convivencia”. Y que “la situación de España, como puente entre culturas y su vocación de apertura al mundo, ha contribuido a que hoy, la nuestra, sea una sociedad abierta y orgullosa de su diversidad. Ahora bien, no cabe duda de que un aspecto destacado que puede ayudar a que esta situación se siga manteniendo es el principio de “tolerancia cero” ante cualquier conducta que pueda atentar contra los derechos humanos”.

El pasado 3 de julio, el vicepresidente segundo del Gobierno y líder de Podemos, Pablo Iglesias, reconoció que se quedó con la copia de la tarjeta de su ex asesora Dina Bousselham y, en un rocambolesco argumento, añadió que fue para no someterla a «más presión».

En una entrevista en RNE, Iglesias descartó acabar imputado en la pieza Dina del caso Villarejo, que investiga el presunto robo del teléfono móvil de Bousselham, y se reafirmó como una víctima. Pero cabe recordar que la Fiscalía Anticorrupción ha barajado apuntar a Iglesias como autor de sendos delitos de revelación de secretos y daños informáticos (obstrucción a la Justicia), a los que podría añadirse un tercero de fraude procesal.

Pero, además, el líder de Podemos añadió que tardó meses en devolverle la tarjeta de memoria a Dina con fotos íntimas de «una mujer de veintitantos años” con el fin de “protegerla”. Iglesias insistió una y otra vez en que la tarjeta le había sido entregada por el empresario Antonio Asensio a principios de 2016 y que la mantuvo en su poder para “proteger» a Dina.
«Tomo una decisión, que es no someter a Dina Bousselham a más presión».

«Habían salido varias informaciones que decían que teníamos una relación. No es la primera vez que ocurre, que una mujer trabaja conmigo y algunos digitales empiezan a decir que cualquier mujer que trabaje conmigo, sus éxitos profesionales tienen que ver con una supuesta relación. Eso le supuso a Dina una presión enorme. Entonces yo veo allí [en el despacho de Asensio] que hay una serie de fotografías íntimas, que a mí estos señores [el Grupo Zeta] me dicen que es la única copia pero, ¿quién puede saber esto?”, afirmó en la entrevista Iglesias. «Cuando empiezo a ver algunos de los contenidos publicados en OKDIARO pues le digo: ‘Compañera, aquí está, esto es lo que tienen’» concluyó el vicepresidente en su relato.

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