ENTREVISTA EN 'HOY RESPONDE'

Margallo: «Con Sánchez estamos al borde de una autocracia en toda regla»

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“Sánchez se está convirtiendo en un autócrata. Estamos al borde de una autocracia en toda regla”. Es la seria advertencia que hace José Manuel García-Margallo en una entrevista a HOY RESPONDE de OKDIARIO. El exministro de Asuntos Exteriores del PP dice con toda claridad que es “impresentable” la forma con la que el presidente Pedro Sánchez ha roto 45 años de política exterior de España respecto al Sáhara: “Esto de levantarse una mañana y alterar una política que es constante desde el año 1975 es, desde el punto de vista intelectual, una temeridad y, desde el punto de vista político, es un gesto autocrático como yo no recuerdo desde la época de Godoy”. Así de lejos se remonta el ex ministro, escandalizado de que Sánchez no haya hablado con nadie. Ni con el PP, ni con su propio Gobierno: “Ni Franco lo hubiera hecho así, sin consultar a su Consejo de Ministros”.

Margallo lo tiene claro: “El Gobierno de Sánchez es como un pollo sin cabeza. No da una en el Magreb, que es nuestra prioridad máxima en política exterior”. Y, por su experiencia con Rabat, afirma: “Tenemos un gobierno débil y Marruecos y Argelia se van a aprovechar”.

Ceuta, Melilla y las avalanchas

Cuenta Margallo que “en la prensa marroquí se habla estos días del compromiso de España y de Sánchez con la integridad territorial de Marruecos, pero no se dice nada de la integridad territorial de España”. Cuando Rabat habla de su integridad territorial, incluye sin ninguna duda a Ceuta y Melilla. “No sabemos qué contraprestación ha habido”, señala. “Me temo que Marruecos lo va a interpretar como una muestra de debilidad del Gobierno español”.

Margallo tiene claro que Marruecos no va a renunciar a Ceuta y Melilla y recuerda que “tienen las fronteras cerradas e incluso están construyendo piscifactorías en territorio español y, además, reclaman aguas de Canarias”. También cree que el rey Mohamed VI seguirá usando las avalanchas de inmigrantes para presionar a España y mostrarle su descontento. Es lo que ha pasado -nos recuerda- desde el inicio de la era Sánchez: “No hizo la primera visita, como es costumbre, al rey de Marruecos en Rabat y luego llegó el viaje a España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, que acelera el deterioro de las relaciones. Eso colmó el vaso hasta el punto que justifica la invasión de Ceuta”.

La inmigración, como moneda de cambio y elemento de presión. Una constante de Rabat. Margallo pone un ejemplo que vivió personalmente estando en el Palacio de Santa Cruz: “Mire usted. Las pateras salen de Marruecos cuando la Gendarmería quiere y cuando hay un problema, ellos responden mirando para otro lado y se produce una avalancha sin control. Yo tuve un incidente que fue muy conocido. La Guardia Civil detuvo una embarcación deportiva en aguas de Ceuta y dentro estaba el rey Mohamed. En tres días metieron 15.000 emigrantes en las costas de Cádiz”.

Argelia: la “majadería” de Moncloa

La otra pata de esta historia es Argelia, refugio y santuario del Frente Polisario. Los tentáculos propagandísticos de Moncloa han filtrado a su prensa afín la idea de que Argelia, con la retirada de su embajador, está haciendo un paripé temporal, pero que terminará aceptando la postura de Sánchez por el enorme negocio del gas y el dinero que puede ganar. “Eso es una majadería”, dice sin tapujos Margallo. “Europa no es capaz de librarse de la dependencia del gas ruso, que nos da el 43% de la Unión Europea y el 60% en Alemania. Estamos, por tanto, financiando a diario la guerra en Ucrania. Lo único que no le va a faltar a Argelia son compradores del gas. El gas va a subir y Argel tiene una fórmula alternativa para sacar su gas a Europa que es Italia”.

¿Contó Sánchez a Argelia el cambio de postura sobre el Sáhara? El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, corrigió esa afirmación. Este fin de semana, fuentes de Moncloa aseguraron que Argel conocía por Sánchez su decisión. La prensa argelina y, oficiosamente, su Gobierno lo desmintieron desde el primer momento. Al ser preguntado, Albares ya no pudo asegurar que el Gobierno de Argel lo supiera, confirmando que, también en esto Sánchez mintió. Una más de Sánchez y en un asunto tan extremadamente delicado y comprometido.  Y a todo esto, el presidente Sánchez, cuatro días después, sin aparecer públicamente ni dar la cara.

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