En Marea da el sorpasso (en votos) al PSOE y apuntilla el futuro de Pedro Sánchez

Sorpasso a la gallega. La candidatura de Pablo Iglesias ha vivido el escrutinio en Galicia con la respiración contenida, aunque, finalmente, ha visto cumplida su expectativa de superar a los socialistas, aunque sea solo por votos. Aún sin finalizar el escrutinio, ambos partidos empatan a 14 escaños aunque En Marea supera en 15.000 votos a los socialistas. El PSdG pierde cuatro diputados con respecto a 2012 y firma su peor resultado histórico.

Para el secretario general del PSOE, este 25-S revestía de un especial significado interno. El candidato, Xoaquín Fernández Leiceaga, designado in extremis tras la dimisión del imputado Gómez Besteiro, fue su apuesta personal en unas primarias no exentas de polémicas. De ahí, por tanto, que estas elecciones tuvieran un sentido de reválida en la semana previa al Comité Federal en el que Sánchez habrá de vérselas con sus barones. El resultado compromete, una vez más, su supervivencia al frente del partido.

Para la dirección nacional, la única esperanza era mantener la segunda plaza -18 diputados en 2012- aumentar la distancia sobre la Marea que vaticinaban los sondeos y, para cuadrarlo, que Feijóo no revalidase la mayoría absoluta. Frustrados los tres escenarios, las elecciones en Galicia dejan a Sánchez muy debilitado. El ambiente en el partido, irrespirable, se convierte ya en asfixia.

Los socialistas han contenido el aire en un recuento muy ajustado. El fantasma del sorpasso ha ido sombreando toda la campaña de Sánchez en Galicia. El líder del PSOE se volcó para tratar de contener la marejada de En Marea: en diciembre, los de Iglesias y sus socios les superaron en votos, aunque no en escaños. En junio, les ganaron tanto en papeletas como en asientos (un diputado más). Ahora, ese escenario, bautizado ya como la ‘tragedia del sorpasso’, queda de nuevo confirmado.

Los resultados son, sin duda, un nuevo varapalo para un líder que ha agotado los pretextos para aferrarse al poder interno. Galicia es punto muerto para los socialistas: una federación que funciona ya con una gestora, y con la supervivencia en el aire. Sánchez tendrá que rendir cuentas el próximo sábado ante el Comité Federal de su partido, que se prevé incendiado. Antes, este mismo lunes, reunirá a su Ejecutiva.

Iglesias desinfla sus expectativas

Los de Iglesias habían acudido a estos comicios visiblemente desinflados por sus luchas internas. Para empezar, la candidatura in extremis con En Marea, por la que Podemos se vio obligado a diluir las siglas, ha generado una ruptura irreconciliable entre las bases gallegas y la dirección podemita, sin un fin inminente. De hecho, el pasado viernes, los críticos de Podemos llamaban a boicotear la lista encabezada por Luis Villares pidiendo el voto para la candidatura alternativa de Ganemos Galicia.

Por si fuera poco, el partido morado estalló en sus diferencias justo en la semana previa a las elecciones, con una disputa tuitera entre Iglesias y Errejón que enfrentó a los dos bandos sobre la estrategia del partido. La bronca fue recibida con desagrado en Galicia y en especial por Villares, ya del todo desapegado de la dirección nacional del partido.

Consciente del malestar, Iglesias optó por mantener un perfil bajísimo en esta campaña y solo se desplazó a Galicia en una ocasión, este mismo martes. El frío recibimiento resumió el clima que se vive en el partido, y en esta federación, una de las más distanciadas con el núcleo del secretario general y con una líder, Carmen Santos, totalmente desautorizada.

Feijóo revalida su mayoría

El triunfador absoluto de las elecciones ha sido el popular Alberto Núñez Feijóo, que podrá gobernar durante los próximos cuatro años con una cómoda mayoría absoluta. El PP logra 41 escaños, con la mayoría absoluta fijada en 38.

Revalidada la mayoría absoluta con la que gobierna desde 2009, Galicia se convierte en el gran bastión para los de Rajoy y el presidente de la Xunta en el dirigente autonómico más consolidado en el partido. De hecho, es ya el único presidente regional con mayoría absoluta en España. El espléndido resultado obtenido por el PP en Galicia refuerza la posición de Rajoy para intentar ser investido presidente del Gobierno.

Las elecciones en la comunidad gallega han tenido un claro sentido de ‘todos contra uno’ para el candidato del PP. Así se demostró ya en el debate del pasado 12 de septiembre, cuando el resto de rivales confrontaron en una dura oposición contra el presidente de la Xunta y sus dos legislaturas de mayoría. En campaña, todos siguieron la misma táctica y evitaron la disputa directa para centrarse única y exclusivamente en un fuego abierto contra el candidato popular. La única incógnita, a la vista de los sondeos, era si Feijóo lograría amarrar la mayoría sin depender de un incierto resultado de Ciudadanos.

Finalmente, los de Rivera no han logrado entrar en el Parlamento gallego. Los resultados confirman a esta región sigue siendo una de las más hostiles para el partido.