Malestar en la Policía: Marlaska impide el acceso de miles de agentes a la nueva Universidad policial
Miles de policías de toda España han visto frustrada su carrera profesional y su interés por mejorar su formación, después de que la Dirección General de la Policía, dependiente del Ministerio de Interior, redujera las plazas de admisión al nuevo Centro Universitario de Formación de la Policía Nacional. La gota que ha colmado el vaso de la indignación entre las plantillas policiales de toda España ha sido ha sido la aplicación de unos criterios de titulación diferentes y más exigentes de los que marca la Ley, cerrándole el paso de los estudios universitarios a miles de agentes.
La historia del proyecto del Centro Universitario de Formación de la Policía es una historia de decepción. Después de siete años de retraso desde la fecha prevista para el inicio de esta iniciativa que venía a solucionar la precariedad de la formación interna en la Policía Nacional y la falta de oportunidades de los policías para mejorar sus carreras profesionales, por fin el Ministerio de Interior anunció la puesta en marcha de la universidad policial el pasado mes de septiembre.
Fue en un acto que exudaba protocolo y solemnidad, cuando el pasado 26 de septiembre el ministro Grande-Marlaska firmaba con la Universidad de Salamanca el convenio que da rango universitario a los estudios de la nueva universidad policial cuya construcción ha comenzado recientemente. «El Centro Universitario culmina un ambicioso proyecto de modernización de la Policía» dijo entonces el Ministro, obviando que por fin se ejecutaba tras siete años de espera injustificada.
Lo que no sabían los miles de policías que llevaban siete años aguardando este momento, con sus carreras profesionales en el dique seco, y sus ambiciones de progreso y formación, anuladas por completo, es que la Dirección General de la Policía (DGP), y en concreto la División de Formación y Perfeccionamiento, les iba a cerrar las puertas de la nueva universidad a muchos de ellos.
El malestar en el Cuerpo arrancó al saberse que el nuevo centro universitario policial reducía sus plazas a 400 alumnos, dejando fuera a miles de aspirantes. El enfado se ha convertido en indignación al conocer que los policías que quieran acceder a estos estudios universitarios no van a cumplir los mismos requisitos que el resto de españoles. La DGP ha modificado y endurecido las condiciones, y deja fuera a policías que con la misma titulación podrían entrar sin problemas en cualquier universidad.
Según los conocedores del asunto, Interior se ha saltado la normativa y las recomendaciones del Ministerio de Universidades, impidiendo que policías con titulación equivalente al bachillerato accedan a la «su universidad», o haciendo lo mismo con los mayores de 25 años que aprobaron el acceso a la universidad.
Algunas organizaciones sindicales se han apresurado a reaccionar, intentando evitar que la DGP consume lo que ellos definen como injusticia. El Sindicato Unificado de Policía (SUP) anuncia su disposición de denunciar a la División de Formación y Perfeccionamiento por todo este asunto, y reclama la admisión inmediata de todos los policías en proceso de exclusión que cumplan los mismos requisitos que cualquier ciudadano. «Después de siete años de espera, no lo pueden hacer peor», aseguran, y piden una ampliación instantánea del reducido plazo que ha dado el Ministerio de Interior para cumplimentar la documentación de acceso.