Entrevista a Juan Gestal, catedrático de Medicina Preventiva

Juan Gestal, catedrático de medicina preventiva: «El Gobierno tuvo tiempo para prepararse»

Catedrático jubilado de la Universidad de Santiago de Compostela y especialista en medicina preventiva, este médico gallego es crítico con algunas decisiones: "No debieron permitirse las manifestaciones del 8M".

Los contagios por coronavirus se disparan un 2.200% en Madrid desde el 8M: de 202 a 4.665

Sigue en directo la última hora sobre el coronavirus y el estado de alarma en España

Juan Gestal, catedrático de medicina preventiva de la USC
Juan Gestal

Al cierre de esta entrevista el coronavirus arroja datos demoledores en España: 11.826 casos de ciudadanos contagiados, 533 personas fallecidas y 1.028 pacientes recuperados, según cifras oficiales del Ministerio de Sanidad.

El médico y profesor universitario Juan Gestal mantiene, entre la nube de números, una opinión realista: pese a «que se están haciendo muchos esfuerzos», la expansión de la pandemia continuará durante un tiempo. Tiempo que «el Gobierno tuvo para prepararse» y no lo hizo. A diferencia de China «donde les pilló por sorpresa», el resto de países disponían de su ejemplo previo.

PREGUTA: Una de las miembros de este Gobierno, Irene Montero,  estuvo en la manifestación del 8M. ¿Fue infectada sin saberlo? ¿Se corrió un riesgo innecesario con la convocatoria?

RESPUESTA: Con independencia de dónde se infectase, a mi juicio no debía haberse permitido la celebración de la manifestación ni animado a que se acudiese a ella. En situaciones epidémicas de enfermedades que se transmiten de persona a persona por secreciones respiratorias, como es el caso, evitar grandes concentraciones de personas es básico, fundamental y sabido desde antiguo. Sobre todo sabiendo que el período de incubación medio de esta enfermedad es de 4 ó 5 días.

P: ¿Es este período de latencia o incubación tan largo una de las mayores dificultades de esta enfermedad?

R: No. La dificultad para su contención es que el 81% de los casos sean leves y que pueda haber casos subclínicos, pues es muy difícil localizarlos y adoptar medidas de aislamiento con ellos, difundiéndose la enfermedad en la comunidad. Cuando el SARS en 2002-2003, los casos eran graves y por tanto fáciles de localizar y de poder establecer medidas de contención entorno a ellos.

P: Ahora ya estamos confinados pero las cifras muestran un crecimiento exponencial de los contagios. ¿En qué punto estamos?

R: La crisis todavía está empezando. En este momento prácticamente todos somos susceptibles de contagio. Teniendo en cuenta el número básico de reproducción -es decir, las personas a las que un positivo ha podido infectar durante su período de infección- el porcentaje del total de la población que se infectaría es del 60%, como comentó hace unos días la presidenta de Alemania, Angela Merkel. Quizás no lleguemos a alcanzarlo tras las importantes medidas de contención que se han decretado.

P: ¿Cómo valora la actuación que están llevando a cabo las autoridades?

R: La gestión de esta crisis es muy complicada y exige tomar decisiones que en algunas ocasiones son acertadas, pero donde también se han cometido errores. A China este problema le pilló por sorpresa. El resto de los gobiernos han tenido tiempo de prepararse para hacerle frente.

No entiendo que con todo el tiempo que hubo no tengamos existencias suficientes de material sanitario. Es muy importante dotar rápidamente a todos nuestros profesionales de los EPI adecuados, que les protejan de verdad, así como de equipos de apoyo a la respiración y de test para el coronavirus, que debe hacerse al mayor número posible de personas con algún síntoma, dado el elevado número de casos leves que pueden transmitir la infección.

«No debió permitirse la manifestación del 8M ni animar a que se acudiese a ella»

P: ¿Cuál es el verdadero riesgo? ¿El número de contagios o el porcentaje de fallecidos?

R: La verdadera prueba de estrés para nuestro sistema sanitario será la capacidad de respuesta de las Unidades de Cuidados Intensivos a la demanda que podamos tener en los casos especialmente graves. Lo que se está tratando de evitar con las medidas de aislamiento social es, en primer lugar, ralentizar el ritmo de los contagios y, con ello, asegurar que no se produzca un pico de casos que pueda bloquear la capacidad de atención de pacientes críticos en nuestros hospitales.

P: ¿Hay algún punto geográfico que sea más vulnerable que otro?

R: En los núcleos más poblados, como las grandes ciudades, con gran movilidad de la población, esta enfermedad se difunde más rápidamente que en las zonas en donde la población vive más diseminada.

P: ¿Con qué ritmo de contagios podría entenderse que la situación está empezando a remitir?

R: De momento es muy pronto para hablar de control, pues la enfermedad aún está comenzando a manifestarse. Podremos hablar de que se está comenzando a controlar cuando la curva de casos comience a disminuir, lo que de momento aún va a tardar.

P: ¿El verano y las altas temperaturas ayudarán?

R: En verano se hace más vida al aire libre con menor proximidad entre las personas lo que dificulta más la transmisión de las infecciones respiratorias. Por eso confiamos en que la llegada del buen tiempo ayude a su desaparición. En nuestra contra juega que se trate de una enfermedad nueva y, en tanto no pasemos la infección, se mantendrán los interrogantes.

P: Y la vacuna ¿tardará mucho en llegar?

R: Hay unos veinte grupos de investigación trabajando en el desarrollo de vacunas, con algunos desarrollos muy avanzados, pero para esta epidemia no llegarán a tiempo. Sí podrán llegar a usarse, quizás, algunos medicamentos con los que ya se están realizando ensayos clínicos, que están muy avanzados.

Lo último en España

Últimas noticias