La historia de ETA y sus 858 asesinatos que Urkullu llevará a las aulas: «Era una revolución juvenil»
El Gobierno vasco llevará a las clases el próximo curso un proyecto piloto para impartir una asignatura sobre la «memoria reciente» de la comunidad, en la que se abordará la historia de la banda terrorista ETA entre 1960 y 2018. Para ello, el plan del Ejecutivo de Íñigo Urkullu es que los profesores proyecten en sus clases la serie documental Las Huellas Perdidas, emitida ya por la televisión autonómica vasca EiTB, y que a partir de ahí realicen reflexiones, dinámicas participativas y trabajos en grupos. Sin embargo, la equidistancia de este documental entre víctimas (858) y verdugos es tan manifiesta que en un pasaje de la cinta aparece una exdirigente de ETA justificando su pertenencia a la banda asesina porque era una «revolución juvenil».
«¿Por qué entraste en ETA?», es preguntada Carmen Guisasola en el documental. Enrolada en la organización terrorista desde los ochenta, la que fuera dirigente del Comando Vizcaya en los años de plomo de ETA responde en euskera: «En mi juventud era muy normal que un joven entrara en ETA. El ambiente era idóneo para eso. Tras la Guerra Civil, el franquismo metió el miedo hasta la médula en la sociedad. Pero para los jóvenes ETA suponía una revolución. Guisasola, que se acogió a la denominada vía Nanclares para etarras arrepentidos, salió de prisión en 2014 con el fin de la doctrina Parot tras haber estado 24 años en la cárcel.
Integró varios comandos de ETA entre 1982 y 1989 y fue condenada a decenas de años de cárcel por participar en cuatro asesinatos: un sargento de la Guardia Civil, un policía municipal, un marinero y un comerciante.
El Ejecutivo de Urkullu pretende extender el programa al resto de centros de la comunidad tras la fase piloto en ocho colegios
Pese a ello, su relato eufemístico es el que el Gobierno vasco quiere trasladar inicialmente a los escolares de «un número aproximado de 8 centros educativos, seleccionados de entre centros públicos y concertados» durante el curso escolar 2018/2019. El Ejecutivo de Urkullu pretende que tras dicha fase piloto se proceda a su evaluación y extensión al resto de centros escolares. «El objetivo es que antes de que finalice la presente legislatura, el programa Herenegun! («Anteayer», en euskera), pueda ofrecerse al conjunto de centros de 4º de la ESO y 2º de Bachillerato», afirman los peneuvistas.
La unidad didáctica Herenegun!, que fue presentada el pasado jueves, se apoya fundamentalmente en la serie Las Huellas Perdidas (Oinatz Galduak), que son cinco documentales de una hora ordenados por décadas, desde 1960 hasta 2011. Esta serie se estrenó en 2016 y fue el resultado de un acuerdo de colaboración en la pasada legislatura entre EiTB y la Secretaría General para la Paz y Convivencia del Gobierno vasco.
El documental tiene una duración total de cinco horas pero se proyectará a los escolares una versión reducida de cinco capítulos de alrededor de 22-23 minutos. «Desde el punto de vista didáctico y pedagógico, este audiovisual constituirá la herramienta dinamizadora central del programa Herenegun!”, subraya el Gobierno vasco.
Seis sesiones de 55 minutos
Además, la Consejería de Educación elaborará cuatro cuadernos: un texto base para el profesorado o resumen de 10 páginas de la historia del País Vasco desde 1960, con el título ETA en el contexto sociopolítico vasco: Síntesis histórica 1960-2011; un plan de trabajo dentro de la asignatura de Historia de 4º de ESO donde se prevé una dedicación a esta materia de seis sesiones de 55 minutos; otro plan de iguales características dentro de la asignatura de Historia de 2º de Bachillerato y un cuarto cuaderno con distintos textos complementarios que «pueden ser de utilidad para el profesorado».
El Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite), que preside Consuelo Ordóñez, hermana del dirigente del PP de Guipúzcoa Gregorio Ordóñez asesinado por ETA en 1995, ha exigido al Gobierno vasco que haga públicos los contenidos de esos cuadernos.
El relato de cada capítulo de Huellas Perdidas se sustenta sobre los testimonios en primera persona de una decena de protagonistas. En total, 50 testimonios que va recabando la reportera Amaia Cayero para recorrer 50 años de historia. Entre ellos, salen en escena varios exmiembros de ETA y de Batasuna, como los abogados Julen Madariaga y Jone Goirizelaia.
El relato de cada capítulo de ‘Huellas Perdidas’ se sustenta sobre los testimonios de una decena de protagonistas, entre ellos exetarras
Según explica el Gobierno vasco, cada capítulo «trata de dar una idea de lo acontecido en una década, comenzando en los 60 y terminando con la declaración de ETA del final de la lucha armada». En el primero de ellos, dedicado a los años 60, son entrevistados familiares de las primeras víctimas de ETA, «sin olvidar a quienes sufrieron en primera persona la violencia franquista», señala la Consejería de Educación que dirige Cristina Uriarte.
La cinta de los años setenta retrata los últimos coletazos del franquismo y los primeros pasos de la democracia «salpicada por vulneraciones de los derechos humanos tanto por parte de ETA como por la de grupos parapoliciales», dice el Ejecutivo peneuvista en su mezquina equiparación de víctimas con verdugos.
Los GAL y el ‘caso Laza y Zabala’
«La guerra sucia de los GAL, el atentado sangriento de Hipercor; el nacimiento de Gesto por la Paz; la construcción de la central nuclear de Lemoiz, la desindustrialización , la aparición del SIDA y la disolución de ETA político-militar son algunos de los sucesos destacados del capítulo dedicado a los años ochenta», indica la consejería.
El cuarto capítulo, el de los años 90, arranca con el asesinato de Miguel Ángel Blanco, pero rápidamente pasa a relatar la aparición de los restos de Lasa y Zabala. También en esta década se recuerda el asesinato del exvicelehendakari Fernando Buesa y su escolta Jorge Diez, así como el de Ernest Lluch. También se alude a la firma del ‘Pacto por las libertades’ entre PP y PSOE que «abrió un marco de colaboración entre las dos formaciones que llevó a la aprobación de la Ley de Partidos en 2002».
El último capítulo se centra en el «proceso» que lleva a la declaración de «abandono definitivo de las armas» por parte de ETA en octubre de 2011. No obstante, las clases abarcarán hasta el anuncio de disolución de la banda el pasado mayo.