Las grandes sedes del PP han falseado los datos de militancia para no perder el control de las Primarias

Las grandes sedes del PP han falseado los datos de militancia para no perder el control de las primarias. La explicación al hecho de que se hayan registrado tan pocos militantes de cara a las votaciones del Congreso Extraordinario del partido recae, al menos en parte, en un factor: a más militantes, más compromisarios. Y por lo tanto, a más compromisarios, más control de las primarias del PP.

Tras la votación de los militantes, los estatutos del PP recogen la votación decisiva de los compromisarios, que son realmente los que deciden en última instancia quien gobierna el partido y quién es el futuro candidato a la Presidencia nacional del Gobierno por parte de los Populares.

La clave radica en los estatutos del PP. Allí en su artículo 29 se recoge con detalle la mecánica: “Los congresos del Partido, sea cual fuere su ámbito territorial, estarán constituidos por los siguientes compromisarios:”, señala la norma. El primero de esos grupos de compromisarios son los “a) Natos: que lo serán todos los miembros de la Junta Directiva convocante del Congreso y los miembros de su Comisión Organizadora […]”. Hasta ahí, aparato puro del Partido.

El Segundo bloque de compromisarios son los “b) Electos: que lo serán, al menos, en número cuatro veces superior al de los natos, y que serán distribuidos por la Junta Directiva o en su caso, por la Comisión Organizadora, entre las organizaciones territoriales que han de participar en el Congreso atendiendo a niveles de militancia, el menos en un 75%, y al porcentaje de votos obtenidos en las elecciones inmediatas anteriores, como máximo en un 25%”. Es decir, que el factor totalmente determinante del número de compromisarios, es el de afiliados al partido. Un motivo por el que ninguna sede ha querido reconocer oficialmente que ya no tiene los militantes que tenía antes.

“El que primero hubiese reconocido la caída que hemos sufrido todos de afiliados, habría perdido poder de control sobre el resultado de los Congresos”, señala un alto mando regional del PP. “Así que todos hemos jugado a esconder los datos de pérdida de militantes. Especialmente, las plazas grandes, que son las decisivas”, añade.

Y es que hay que recordar que las votaciones internas de los congresos del PP no son primarias puras. Las votaciones se celebran en las sedes del partido de toda España en una primera vuelta con dos urnas: una para la elección de candidatos, donde sí votan los militantes inscritos; y otra para elegir a los 2.612 compromisarios electos que participarán en el cónclave.
Pero el total de compromisarios que acudirá al XIX congreso extraordinario fijado para los días 20 y 21 de julio asciende a 3.134. De esa cifra, 522 son los miembros natos y 2.612 son los electos, que son elegidos por los afiliados en la segunda urna de la primera vuelta de votación -la que tendrá lugar, era esta ocasión, el 5 de julio en toda España-. Y serán esos compromisarios totales los que realmente elijan al presidente y candidato electoral del partido.

Traducido: que quien controla los compromisarios controla la práctica totalidad de decisiones.

El resultado de este falseamiento de los datos se ha dejado notar en la cifra de votantes inscritos para estas primarias. Y es que sólo 66.384 militantes, de un censo de 869.535, se han inscrito para votar en las Primarias del Partido Popular, según los datos hechos públicos por la formación. Los afiliados disponían de plazo hasta las 14.00 horas de este pasado lunes para inscribirse, una condición para participar en la votación que tendrá lugar el próximo 5 de julio.

Los militantes debían además estar al corriente de pago para formalizar esa inscripción. El resultado ha sido ese reducido dato de inscritos para votar, que sólo representa apenas un 7,4 por ciento de la base de militantes que siempre ha estimado al PP, en torno a los 869.000 afiliados.

Pero la realidad es que no es cierta esa cifra de más 800.000 afiliados. Aunque nadie lo había querido reconocer para no perder poder en el control de las elecciones del partido y en el control de las decisiones libres de los militantes.