El Govern busca provocar la acción de la Guardia Civil desacatando la sentencia sobre las obras de Sijena
En 44 obras de arte que pertenecen a Aragón y están exhibidas en Lérida cree haber encontrado la Generalitat el detonante que, de una vez, provoque la intervención de la Guardia Civil en vísperas del referéndum independentista en una escena que se presta al victimismo del “España nos roba”.
Este lunes concluye el plazo que el gobierno de Carles Puigdemont tiene para cumplir la sentencia que, después de años de litigio, obliga a Cataluña a devolver las obras de arte pertenecientes al monasterio aragonés de Sijena y que a día de hoy alberga el Museo de Lérida.
El gobierno de Aragón ha presentado un escrito ante el juez solicitando el auxilio de la Policía para que los técnicos puedan entrar en el museo leridano, hacerse con las obras de arte y devolverlas al monasterio de Sijena. La administración del socialista Javier Lambán apela al artículo 701.1 de la Ley de Enjuiciamiento Civil para “la inmediata incautación judicial y posterior traslado” de las 44 piezas. Y solicita el auxilio de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, la Brigada de Patrimonio de la Policía Judicial, de la Guardia Civil o de que cualquier otra medida que la jueza estime necesaria para asegurar la ejecución de la sentencia.
Agosto, mes inhábil judicialmente
El ejecutivo catalán no está dispuesto a cumplir con la devolución en el plazo fijado por orden judicial y juega con el factor del calendario. Agosto es mes inhábil judicialmente. Esto implica que la intervención de las fuerzas de seguridad no tendría lugar, como mínimo, hasta septiembre. Serán entonces fechas en las que el Govern estará en la recta final del órdago secesionista. Primero con la Diada y después con el referéndum ilegal del 1 de octubre. Días propicios para la exaltación de la nación catalana y la manipulación de todo aquello que se preste a ser visualizado como un ataque exterior.
El desacato de la Generalitat busca la escena que no termina de encontrar en su desafío al Estado: la intervención de las fuerzas de seguridad. En este caso, agentes policiales o de la Guardia Civil entrando en el Museo de Lérida para recuperar unas obras de arte que no pertenecen a Cataluña, pero que el victimismo independentista convertirá y publicitará como otra versión del “España nos roba”.
Las penas a las que se enfrenta el consejero de Cultura, Lluis Puig, como su inmediato predecesor, Santi Vila, son claras: desobediencia y apropiación indebida, castigada con hasta seis años de cárcel.
Un litigio que viene de lejos
El conflicto sobre los bienes de Sijena afecta a tres grupos de piezas diferentes. Por una parte están las pinturas del monasterio aragonés, que fueron extraídas de su emplazamiento original durante la guerra y que ahora se exponen en el MNAC, dentro de la espectacular colección de pinturas románicas (la mejor del mundo).
Por otra parte, hay algunas piezas que fueron cedidas o vendidas por las monjas de Sijena al Museo de Lérida. Son éstas las piezas que deben ser devueltas a Aragón después de un proceso judicial que arrancó hace 12 años y que la Generalitat ha venido obstaculizando bajo el argumento de que “no se puede disgregar la obra del Museo de Lérida”.
La cuestión básica es que el monasterio de Sijena era Monumento Nacional desde 1923, y que cualquier venta de bienes tendría que haber sido declarada. El Gobierno aragonés alega que se le tendría que haber dado la posibilidad de adquirir prioritariamente estas piezas. Y la Justicia ha terminado dándole la razón.