Los golpistas llegaron a Soto del Real con ordenadores y televisiones y no fueron cacheados
Tras el reconocimiento médico que forma parte del proceso rutinario en el ingreso en prisión y haber recibido el lote de productos higiénicos, ropa de cama y cubiertos fueron dirigidos a sus celdas: cuatro habitaciones “recién pintadas y extra limpias para ellos”.
Con más privilegios que cualquier otro preso. Así es cómo han sido recibidos los golpistas catalanes a su llegada a la cárcel madrileña de Soto del Real. Los siete independentistas que se alojarán durante la celebración del juicio en el módulo más codiciado del Centro Penitenciario Madrid V –Carme Forcadell y Dolors Bassa han sido trasladadas a la prisión de Alcalá de Henares– ya han llegado la cárcel durante la tarde de este viernes.
Los responsables del centro que esperaban la llegada de los presos independentista han recibido la orden directa de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias de «no realizar el cacheo rutinario a los presos». Saltándose una de las normas básica del centro penitenciario, han dado las siguientes instrucciones a los funcionarios: «Haced un integral rápido y que entren inmediatamente».
Pero esta no ha sido la única excepción. Por primera vez se ha llevado a cabo la entrada de un interno en prisión sin guardar el turno de espera para ser entrevistado y para la asignación del módulo correspondiente. Nada más llegar a la cárcel, se han realizado estos trámites porque «no podían mezclarse con los presos comunes». Hay que recordar que en esta prisión se encuentran otros presos conocidos como el ex tesorero del Partido Popular Luis Bárcenas; el ex vicepresidente del Gobierno Rodrigo Rato; o el ex presidente del Barça Sandro Rosell, entre otros, quienes sí debieron esperar como cualquier otro interno. Por cierto, los golpistas vivirán junto a ellos, en el ‘codiciado’ módulo 10.
Ordenadores, televisiones…
Las fuentes consultadas por OKDIARIO aseguran que Oriol Junqueras, Jordi Turull, Josep Rull, Joaquim Forn, Raül Romeva, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart han llegado cargados desde Lledoners (Barcelona). En una caja grande traían ordenadores y televisiones, un equipaje que sobrepasaba los 25 kilogramos permitidos a los presos.
Su entrada en prisión ha sido correcta –Romeva ha sido el más polémico-, y parecían expectantes, «seguramente por todo lo que les espera», relatan las mismas fuentes. Se les veía cansados pero con buen aspecto físico y con ropa cómoda. Tras el reconocimiento médico que forma parte del proceso rutinario en el ingreso en prisión y haber recibido el lote de productos higiénicos, ropa de cama y cubiertos, fueron dirigidos a sus celdas: cuatro habitaciones «recién pintadas y extra limpias para ellos».