El Gobierno evita relacionar el espionaje con Marruecos por temor a las represalias de Rabat

Sánchez Argelia
Pedro Sánchez y Mohamed VI, en Rabat.
Joan Guirado

Moncloa está convencida que tras el espionaje a Pedro Sánchez y Margarita Robles, a través del software Pegasus, «está Marruecos». Pero de la misma forma que lo admiten en privado, dicen «sin duda alguna», con la misma contundencia se niegan a hacer esa relación en público por ahora «por los intereses que tenemos y los acuerdos pendientes con Rabat». Desde que se conociera la intromisión ilegal a los dos miembros del Ejecutivo el jefe de gabinete del presidente, Óscar López, se ha encargado de llamar a varios periodistas tratando de relacionar el espionaje con una empresa internacional.

Y es que durante el viaje que realizó el presidente del Gobierno a principios del mes de abril a Marruecos, junto al ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, los dos países alcanzaron acuerdos como la reapertura de la frontera terrestre o incluso la creación de aduanas en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla que todavía no se han materializado. Se habían dado unas semanas que, casi un mes después, todavía no se ha puesto fecha para ambas cosas. «Dos logros de Sánchez», tras su cesión con el Sáhara, que podrían peligrar si se asocia el espionaje con Rabat, apuntan en Moncloa. El primer acceso externo al móvil del presidente se produjo un día después de su viaje a Ceuta tras la invasión ilegal permitida por el reino de Mohamed VI.

Y es que hace un año, justo cuando se accedió de forma ilegal a los teléfonos móviles de Pedro Sánchez y Margarita Robles, Marruecos denunció a varios medios de comunicación por asociarles al uso de este software israelí que permite espiar de forma masiva los teléfonos móviles de todo el mundo. La polémica, entonces, surgió por el espionaje al presidente francés Emmanuel Macron que, a diferencia de Moncloa, el Elíseo nunca confirmó para no evidenciar la vulnerabilidad de su seguridad. En las últimas horas, se ha dado a conocer que Rabat habría violado unos 10.000 teléfonos, incluyendo en la lista unos 200 españoles.

Tras conocer la infección de los teléfonos del jefe del Ejecutivo y la ministra de Defensa, este martes, se han empezado a analizar los terminales de otros ministros. En concreto, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, uno de los que también podría haber sido espiado, y la ministra de Justicia, Pilar Llop, -por entonces presidenta del Senado- han dejado sus teléfonos para ser analizados. Fuentes gubernamentales admiten que la exministra de Exteriores, Arancha González Laya, también fue espiada.

Coincidencias

Tal como relató OKDIARIO este lunes, horas después de la denuncia del Gobierno, son varias las coincidencias que hacen asociar el espionaje a los miembros del Ejecutivo con Marruecos. La entrada del líder del Frente Polisario a España de forma ilegal, Brahim Gali y la invasión de inmigrantes en Ceuta como respuesta por parte de Rabat son parte de los motivos que estarían tras la decisión de espiar a los gobernantes españoles. Precisamente tras esa invasión, Sánchez viajó a la ciudad autónoma y el día después se produjo la primera intromisión a su terminal a través de Pegasus.

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