NUEVA POLÉMICA

Garzón pide a los padres que compren juguetes «en colores neutros» y muñecas con «cuerpos diversos»

Alberto Garzón juguetes
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

El ministro de Consumo, Alberto Garzón, sigue abonado a la polémica. Después de su «huelga de juguetes», el dirigente comunista ha presentado este viernes sus instrucciones para que los padres compren los juguetes de sus hijos. La Guía para la elección de juguetes sin estereotipos sexistas avisa, por ejemplo, de las «consecuencias graves» que les pueden provocar a los niños los juegos en rosa y azul.

El documento en cuestión incluye recomendaciones para que los padres elijan juguetes «libres de estereotipos». Así, por ejemplo, se recomienda que estén «libres de clichés cromáticos».

«Frente al encasillamiento clásico azul-rosa, optar por juguetes con tonos y colores neutros, nombres que no diferencien y espacios compartidos facilitan que sean las niñas y los niños quienes decidan con qué quieren jugar», dice el departamento de Garzón.

También se recomienda «equilibrar la cesta de juguetes» ya que se admite que «a veces es difícil encontrar juguetes neutros entre las opciones del mercado». En esta situación, «se puede lograr un equilibrio complementando la cesta de juguetes que ya tienen con aquellos que fomenten actividades que han practicado menos».

Otra de las recomendaciones es comprar «muñecas y muñecos con cuerpos realistas y diversos» ya que, considera Garzón, de esta forma «fomentaremos la tolerancia» de los pequeños y la «autoconfianza» de las niñas. «Puedes reforzarla con muñecas y referentes valorados por las cosas que hacen, no sólo por su aspecto. Basar la autoestima en la apariencia física puede generar complejos y frustraciones. Fomentar la seguridad en base a más aspectos es fundamental para gozar de una buena salud mental», prosigue la guía del ministro.

Otro punto a tener en cuenta es la «afectividad frente a la seducción». Así, «los juguetes con complementos como maquillaje, ropa sexy, tacones y poses seductoras pueden llevar a una interpretación de la sexualidad alejada de la afectividad y la igualdad, tanto para ellos como para ellas», se advierte.

«Si tu criatura muestra interés por juguetes que no necesariamente coinciden con el género socialmente asignado a su sexo, permítele explorar sin emitir juicios de valor», se dice en otro de los puntos.

«Cuidado con el rosa y azul»

El Ministerio de Consumo pide «tener cuidado» con una larga lista de juguetes, considerados inadecuados, como aquellos en colores rosas y azules o muy complejos, o los juegos «centrados en la belleza y sexualizados para las niñas», o «bélicos y las figuras de superhéroes para los niños».

«A las niñas les hablamos de manera dulce y lenta; a los niños, con voz grave y frases cortas. A las niñas las felicitamos por el vestido que llevan; a los niños, por ganar carreras. A las niñas les ponemos pijamas de princesas; a los niños, de superhéroes y villanos. Tanto unas como otros son capaces de reconocer estas etiquetas desde muy pronto y hacen todo lo posible por ajustarse a las preferencias y actividades de su grupo, para sentirse parte de él», avisa el Ministerio, que advierte también de que «una inocente clasificación: rosa o azul, puede tener consecuencias graves en su futuro, limitando sus posibilidades en una de las etapas más importantes para el aprendizaje».

«Los juegos y juguetes están directamente relacionados con el lugar que ocuparemos el día de mañana en la sociedad y también son una de las llaves hacia nuestra salud mental y nuestro bienestar», se recoge en la guía.

Juguetes «sexistas»

Así, Garzón considera que existen algunos juguetes y juegos «sexistas» y nos ofrece pistas para identificarlos. El ministro critica, por ejemplo, que en el caso de las niñas se utilicen gamas de colores como el rosa, tonos pastel y con predominio del morado y amarillo mientras que para ellos «se escogen tonos saturados, negro, marrón y verde».

Otra cuestión son las «formas» del juguete, diferentes para ellas,  redondeadas y curvas «que tienen que ver con lo adaptable y seductor», y para ellos, «angulosas, con picos y cuadradas».

También se censura el empleo de diminutivos en los juguetes dirigidos a las niñas, como «casita», «comiditas», «merienditas», «ratita»…mientras que, en el caso de los niños, «todo es superlativo», como «colosal», «mega», «gigante»…

La guía también ve mal que a ellas se dirijan actividades «estáticas y lentas», como juegos relacionados con la manicura, la máquina de coser, el peinado o el estudio. O que en ellos se opte por juegos relacionados con la Guardia Civil o la Legión. 

«Tampoco es habitual que las niñas jueguen a ser titanes, masters o genios, mientras que estos sustantivos sí aparecen en los juguetes dirigidos a los niños. La cuestión física también es importante, las figuras femeninas bailan como entretenimiento y las masculinas practican deportes con los que ganan trofeos. Los puestos profesionales que desempeñan las figuras con las que se identifican también nos dan pistas sobre a qué lugares pueden optar, mientras unas cuidan de los demás (enfermera, veterinaria, profesora, camarera…) otros ordenan, rescatan y guían (policía, bombero, héroe, conductor…)»,  señala Consumo.

En el caso de las muñecas, se critica que algunas sean «delgadas» y con «labios enormes» o formas de vestir «sexualizada» («ropa ajustada, tacones altos y mucho maquillaje»).

«El problema no es jugar con una muñeca delgada o un muñeco musculado si fuesen sólo un referente dentro de una variedad, sino que esos modelos se conviertan en únicos y determinen cuál es el cuerpo aceptable o exitoso», dice la guía.

En otro apartado, se critica el «consumismo» que produce, por ejemplo, «la cantidad de complementos que se diseñan para las muñecas».

«Las niñas desearán tener todo lo que tienen las muñecas con las que juegan. Hay muñecas con armarios repletos de vestidos y complementos, y cada vez empiezan a ser más habituales los centros comerciales y las tiendas como parte de los accesorios de estas muñecas, que podrán generar frustración y enfado cuando las niñas no los tengan», opina el Ministerio de Garzón.

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