Gamarra sobre Cayetana: «El proyecto del PP de ampliar su base social está por encima de cualquier cargo»

Cuca Gamarra no quiere crear más polémica con la destitución de Cayetana Álvarez de Toledo. Pero la nueva portavoz del PP en el Congreso tampoco acepta las críticas contra Pablo Casado vertidas por su predecesora en el cargo. En su primera entrevista concedida a un medio desde su nombramiento, señala a OKDIARIO que «el proyecto del PP está por encima de cualquier cargo». Porque ese proyecto, argumenta, es el de «ampliar la base social para conseguir sacar de La Moncloa al Gobierno de Sánchez e Iglesias», subrayando que «y sin esa ampliación será imposible echarlos».

Gamarra, histórica alcaldesa de Logroño, no oculta el peligro al que se enfrenta España, un peligro que «afecta ya incluso a la Monarquía». Y todo ello, como destaca esta licenciada en Derecho Económico por Deusto, en medio de una «pésima gestión en materia de coronavirus» y con un Gobierno que sólo «piensa en subir impuestos» en plena recesión.

Pregunta.- El ambiente en el que recibes este nombramiento está un poco enrarecido, ha habido mucha crítica. Casado ha explicado lo ocurrido y ha afirmado que su proyecto no es el Gobierno de concentración que defiende Álvarez de Toledo porque él nunca será «vicepresidente de Sánchez». ¿Este es el punto clave que ha dinamita la relación con la portavoz depuesta?

Respuesta.- Yo creo que el presidente ha explicado de una manera muy extensa en la Junta Directiva en qué momento político estamos, también desde el punto de vista social. La España del mes de septiembre nada tiene que ver con la España que teníamos por delante el pasado mes de marzo.  Este partido tiene un proyecto político propio por delante y está basado en ensanchar al máximo la base porque sólo ampliándola es como somos capaces de ser útiles a la sociedad, sólo de ese modo tendremos la oportunidad real de gobernar y transformar la sociedad de una manera constructiva. Sólo se transforma desde el Gobierno y al Gobierno hay que llegar con las mayorías suficientes y esas sólo te las da la amplitud en una base sociológica y  en un proyecto político que es el del PP, que es el que lidera Pablo Casado, es el que todos los españoles conocen y reconocen.

P.- Pablo Casado está siendo atacado desde muchos flancos. Ha sido atacado simultáneamente por ser duro y por ser blando. Casado representa un PP más duro, según esas críticas, pero sin embargo quita a Álvarez de Toledo para ponerla a usted, que se supone que es de la línea blanda. ¿Me lo puede explicar?

R.- Pues muy fácil: Casado es el presidente del PP, y, como le han dicho en reiteradas ocasiones, es el presidente que más difícil lo ha tenido porque el contexto que le ha tocado liderar en estos dos últimos años es francamente complejo, tanto si hablamos de cómo es la realidad política, como del fraccionamiento del centroderecha que se ha producido en los últimos años. Y también porque en estos momentos estamos ante una compleja crisis sanitaria, social, económica, e institucional y política que nadie podía imaginar, y por lo tanto es el presidente del partido que hace frente a todo eso. Con firmeza, con decisión, porque todo esto lo está haciendo simultáneamente a un crecimiento, como reflejan los resultados electorales y las últimas encuestas en las que se ve que el PP cuando crece en perspectiva de voto lo hace porque está ampliando su base electoral y social. Es decir, desde las mismas ideas estamos empatizando más con los españoles, se están identificando más con nosotros a la hora de buscar respuestas a sus problemas. Mientras todo eso se produce, ese planteamiento de duros y blandos no es más que la trampa en la que quieren que caigamos aquellos que están menguando su apoyo.

Vamos a seguir trabajando, vamos a incorporar, además, la capacidad de gestión que tiene este partido. El PP está gobernando comunidades autónomas, ayuntamientos, diputaciones, pero también ejerce una responsabilidad política en instituciones europeas o en la oposición porque hacemos el control al peor Gobierno que puede tener este país, pero de manera constructiva, con propuestas. Y es lo que tenemos que hacer, no distraernos en los debates que se generan, a nuestra derecha y a nuestra izquierda, con un único objetivo: distraernos de lo que tiene que ser nuestro camino y nuestra obligación, que no es otra que seguir trabajando junto con los españoles. Los ciudadanos tienen muchos problemas hoy y no están para que los políticos hablemos de nuestras cosas sino para que nos centremos en las suyas. Si el PP hace esto, seguiremos ampliando nuestra base electoral, social y seremos lo que tenemos que ser: el Gobierno con Pablo Casado al frente que suceda a Sánchez e Iglesias, que están llevándose por delante España.

P.- ¿Si el PP no amplía esa base electoral corre España el riesgo de repetir los resultados del 28-A y por tanto no expulsar del Gobierno a Pedro Sánchez y Pablo Iglesias?

R.- Sin duda alguna. Es decir, ¿por qué hoy no gobierna en España el centroderecha y por qué no gobierna el PP? La situación estaría siendo muy diferente, porque no hay más que mirar alrededor, qué pasa en otros países, con el mismo virus, la misma crisis sanitaria, teóricamente, y las consecuencias económicas. Y todos ellos están mucho mejor posicionados que nosotros. Cuando la OCDE o el FMI hablan de nuestra situación, confirman que hay países que están mejor que España. La política es lo que hace que la situación sea distinta, que los resultados sean distintos en un contexto similar. ¿Por qué? Porque a las últimas elecciones generales el centroderecha concurrió de una manera dividida. Y eso favorece a la izquierda y consolida al PSOE, al populismo y al comunismo de Podemos y de esto se benefician los nacionalistas, los independentistas y los sucesores del terrorismo que hemos vivido en nuestro país.

P.- ¿Esa ampliación de la base implica un corrimiento ideológico o se puede ampliar la base al centro y centroizquierda sin renunciar a los principios clásicos del PP?

R.- Evidentemente, sin renunciar a los principios básicos del PP que son los mismos que tiene desde su fundación y que permitieron en otros momentos tener una base social y electoral de 11 millones de españoles. Y eso es lo que te da la oportunidad de gobernar, de gestionar y de transformar con tus políticas la sociedad con la confianza de los españoles. Esos principios son los mismos. Lo que el presidente Casado nos dice a toda la organización, a todos los niveles, es que lo que necesitamos no es sólo nuestros principios. Necesitamos hacerlo con la escucha constante y la cercanía con los españoles, porque si establecemos esa conversación lo que estaremos haciendo es conocer los problemas que tienen los ciudadanos y adaptar los principios a los problemas a través de soluciones. Y esa es la responsabilidad que tenemos los dirigentes del PP y los servidores públicos del PP que somos los que los ciudadanos nos han elegido. ¿Qué buscan Sánchez e Iglesias? A ellos les interesa una España de frentes, dividida, de conmigo o contra mí. Porque ahí es donde ellos, con una inestabilidad política y un contexto de nacionalismos pueden gobernar apoyándose en los independentistas. Pero lo que necesita España no es eso. Es lo que el PP tiene que ofrecer a los españoles. Necesitamos un proyecto de convivencia. No somos iguales, porque ninguno de los 47 millones de españoles es igual a otro, pero sabemos lo que tenemos en común, y es lo que nos importa.

Todos hacemos nuestras pequeñas renuncias pero no las sentimos como renuncias porque formamos parte de un proyecto colectivo que para que funcione tiene que sumar los apoyos suficientes. Esa es la moderación de la que tanto se habla, la centralidad, pero sobre todo, la utilidad de un proyecto político de centroderecha. Este partido es la casa de todos, y eso significa que liberales, que conservadores, demócrata-cristianos, pero a lo mejor también socialdemócratas que han votado al PSOE y que no entienden qué está haciendo Sánchez, cómo puede estar apoyándose en Podemos, en políticas comunistas o cediendo ante Bildu por un puñado de votos, acaban diciendo que prefieren estar en un proyecto más amplio. Ese es el único camino posible, porque el fraccionamiento del voto de centroderecha ya vemos cuál es el resultado que ha dado en nuestro país y a quién favorece.

P.- Cayetana ha dado su explicación de su salida y ha lanzado unas declaraciones críticas con Pablo Casado, poniendo en contraposición su libertad con la autoridad del presidente. ¿La salida de Álvarez de Toledo y la llegada de Cuca Gamarra tiene que ver con una cuestión ideológica o es una cuestión de coordinación interna?

R.- El presidente ha sido absolutamente sincero y muy claro en la Junta Directiva. Son los momentos también, el momento actual es inédito en la sociedad española y no es el mismo con el que empezamos el 2020 y esta legislatura, ni el que pensábamos ningún español que íbamos a estar viviendo. En política tenemos que estar siempre con la mochila preparada para llegar y también para salir porque estamos al servicio de un proyecto que está siempre por encima de nosotros mismos. El proyecto del PP está por encima del propio PP, está al servicio de los españoles. Un partido es el instrumento de la sociedad y los ciudadanos, para que haya democracia, para que se puedan articular políticas e ideas desde unos principios muy concretos, que son diferentes en este caso a las políticas socialistas, populistas, comunistas, nacionalistas. Son las políticas liberales en lo económico, sociales cuando hablamos de cómo enfocar el Estado del Bienestar…

Son los momentos los que marcan cómo deben ser los liderazgos y el trabajo en equipo. Si por algo se caracteriza este inicio de curso que está a punto de recibir el pistoletazo de salida es porque afrontamos una crisis social, sanitaria, económica, más una crisis política e institucional inédita que procede del propio Gobierno, porque son los propios miembros del Gobierno los que buscan desestabilizar nuestro marco constitucional y por tanto querer cambiar el marco de convivencia y las reglas del juego. Cuando cambian los escenarios hay que tomar decisiones y ése es un papel del líder, en este caso, del presidente de un partido y que todos le hemos dado estatutariamente.