Sobrevivió a las balas de Ternera

Francisco Ruiz Sánchez, víctima de ETA: «Tuvimos que pedir ayuda a Cáritas, éramos apestados sociales»

Fue ametrallado en un atentado en el que participó Josu Ternera: Francisco Ruiz, que sale en el polémico documental de Évole, sobrevivió a 12 balazos

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Francisco Ruiz Sánchez era un modesto policía en Galdácano (Vizcaya) cuando, en febrero de 1976, un comando de ETA le ametralló. Él iba con el alcalde, Víctor Legorburu Ibarreche, que era el objetivo principal de los terroristas que ejecutaron este atentado, en el que ahora Josu Ternera ha confesado que participó. El alcalde murió en el acto, cosido a balazos. Francisco Ruiz Sánchez sobrevivió milagrosamente. Su cuerpo recibió 12 balas, las que hicieron blanco de entre todas las que escupieron las ametralladoras etarras. Los terroristas le dedicaron una segunda ronda de balazos cuando estaba ya en el suelo, malherido. Querían rematarle.

Ahora, 47 años después, este superviviente del horror de ETA recuerda cómo, durante demasiado tiempo, las víctimas del terror vasco lo fueron por partida doble: tras las balas llegaba el aislamiento social en una Euskadi amordazada y amordazadora.

«Tuvimos que pedir ayuda a Cáritas, porque éramos apestados sociales», relata Francisco Ruiz al recordar, en el documental de Évole, cómo tuvieron que exiliarse del País Vasco, dejar atrás su casa, sus vidas, todo… Y marchar sin nada a empezar una nueva vida en un rincón de la que por entonces aún se llamaba Castilla La Nueva.

Esta víctima de ETA lo dijo así este sábado en San Sebastián. Pronunció esas palabras rotundas con una calma y sencillez que hicieron enmudecer a quienes se encontraban en la sala en la que se acababa de visionar el documental de Jordi Évole que da voz a Josu Ternera. No me llames Ternera, se titula el audiovisual presentado este sábado en el Festival de San Sebastián. Y Francisco Ruiz Sánchez fue allí, para ser de los primeros en verlo.

El historial de Josu Ternera

Al terminar la proyección, algunos hablaron desde sus asientos. Ruiz Sánchez se levantó del suyo y, con aplomo tranquilo, pero notoriamente sentido, dio testimonio del sufrimiento que causó ETA. Lo hizo sin rencor, sin un atisbo de odio, pero con la crudeza que solo es posible para quien fue testigo directo de las matanzas etarras. Él se cuenta en la sangrienta nómina del profesional Ternera, cuya eficaz dedicación al terror le hizo llegar hasta la cúpula de ETA para ordenar acciones brutales. Por alguna de ellas, como la de la Casa Cuartel de Zaragoza, aún no ha sido juzgado. Entre los muertos de aquella masacre se contaban seis niñas.

En el documental de Évole, Francisco Ruiz Sánchez cuenta su experiencia como víctima de ETA y de la posterior atmósfera, cruelmente espesa. Repudio social brotado en aquel País Vasco en el que sus gentes vivían entre el apoyo a la banda –unos cuantos–, el silencio por miedo –muchos– o la condescendencia que, aún cuando repudiaran los asesinatos, daban aliento de comprensión hacia los terroristas desde posiciones nacionalistas.

Esta víctima del etarra Josu Ternera también habla en el controvertido documental del periodista Jordi Évole. Éste abrazó a Ruiz Sánchez antes de que se iniciara la charla en el Festival de San Sebastián, este sábado.

Que nunca se olvide

Quien sobrevivió a doce balazos de ETA sabe bien lo que se sufrió por el terror, pero cree que difundirlo es imprescindible, hoy, para que nunca se olvide y dignificar a las víctimas. Poner a las claras lo que fue la muerte por la muerte, en la que unos disparaban y otros caían abatidos en plena democracia, porque a los pistoleros les repugnaba el Estado de derecho y la libertad.

«Durante 55 años ha habido un terrorismo que nos ha atemorizado a todos, no solamente a las personas que éramos de la Guardia Civil o Policía», explica Ruiz Sánchez en el documental. Cuenta, también, cómo tras sobrevivir al plomo de las ametralladoras etarras tuvo que hacer frente al ostracismo, porque, en el País Vasco, a quien ETA apuntaba, el resto le daba la espalda.

«Yo me tuve que marchar del País Vasco y huí como un apestoso. Mi mujer y yo decidimos irnos a Ciudad Real sin un duro. No tuvimos apoyo del Gobierno español ni del Gobierno vasco ni de la sociedad. Nos tocó dejar atrás a la familia y marcharnos con cuatro hijas y sin un duro. Fue muy penoso», recordó, antes de añadir que a su llegada a Ciudad Real tuvo que pedir a Cáritas ayuda y una casa.

Francisco Ruiz, que ahora tiene 75 años, reivindica que el terrorismo de ETA sea parte obligatoria en los libros de texto, que se enseñe en colegios e institutos con realismo, que es lo mismo que decir con crudeza, sin dulcificar, sin blanquear, sin pero alguno. Esta víctima de ETA lo reivindica porque, lamenta, «los jóvenes no saben nada de Miguel Ángel Blanco ni de Txapote». «Sería bueno que en los colegios se explicase la historia del terrorismo y asesinatos».

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