Fin a las restricciones Covid: se eliminan cuarentenas y aforos pero no las mascarillas en interiores
Después de dos años de pandemia Covid, España camina hacia un nuevo escenario. El Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas han dado un nuevo paso para definir como gripalización al virus del coronavirus que ha causado en nuestro país más de cien mil muertes. Así, desde este lunes, los casos leves y asintomáticos de Covid-19 no están obligados a aislarse.
Sin embargo, en los ámbitos donde el riesgo es mayor (como las residencias, geriátricos, cárceles y otros centros sanitarios o sociosanitarios) existirán protocolos específicos que serán divulgados por las propias comunidades.
Después de seis olas y de medidas a veces muy restrictivas, se acaban los aforos, las cuarentenas y se inicia con todo ello una nueva fase de la pandemia, aunque por el momento las mascarillas seguirán en interiores, algo que no ocurre en países del entorno y se ha exigido que se aplique en nuestro país. Sanidad, aún no es proclive a dar este paso que supondría volver completamente a la normalidad que los datos evidencian.
En este sentido, mientras ya son diez los países europeos que han levantado la obligación de usar la mascarilla en interiores -Reino Unido, Escocia, Bélgica, Suecia, Países Bajos, Noruega, Dinamarca, Finlandia, Alemania y Francia- en nuestro país el presidente, Pedro Sánchez, baraja opciones en base de criterios políticos (y no sanitarios) sobre cuándo dejará de imponerla de forma obligatoria para espacios cerrados, ya que desde el pasado 10 de febrero dejó de ser obligatoria en espacios exteriores.
Salud Pública justifica que los cambios que han acordado se fundamentan en que «los altos niveles de inmunidad alcanzados en la población española han determinado un cambio en la epidemiología de la Covid-19 que apoya la transición hacia una estrategia diferente que vigile y dirija las actuaciones a personas y ámbitos de mayor vulnerabilidad y monitorice los casos de COVID-19 graves, y en ámbitos y personas vulnerables».
La vigilancia en esta fase de transición dará paso a un sistema consolidado de vigilancia de las infecciones respiratorias agudas que deberá conformar los sistemas de vigilancia centinela de las enfermedades respiratorias agudas (IRAs). En cualquier caso, esta fase transitoria solo se mantendrá siempre que los indicadores de utilización de servicios asistenciales «se encuentren en nivel bajo», según precisa Sanidad.
Como principal novedad, se ha modificado la indicación de realización de pruebas diagnósticas, que se centrará ahora en personas con factores de vulnerabilidad (mayores de 60 años, inmunodeprimidos y embarazadas), ámbitos vulnerables (sanitarios y sociosanitarios) y casos graves. Así, el diagnóstico de pacientes con síntomas leves compatibles con COVID-19 «se realizará según las necesidades de manejo clínico del mismo».
En relación con el control de la Covid-19 en la población general, los casos confirmados leves y asintomáticos no harán aislamiento y los contactos estrechos no efectuarán cuarentena. En este sentido, se emitirán recomendaciones dirigidas a las medidas preventivas como la utilización de mascarilla en todos los ámbitos y evitar contacto con personas vulnerables.
En los ámbitos vulnerables, como centros sanitarios asistenciales o sociosanitarios, «se podrán implementar medidas específicas de aislamiento y control», aunque Sanidad no da más detalles al respecto.
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